V. A. - Projections of a Stained Mind

Enviado por beetleye el Vie, 22/02/2013 - 23:51
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1. Entombed - Forsaken
2. Mayhem - Carnage
3. Grotesque - Spawn Of Azathoth
4. Therion - Future Conscience
5. House Of Usher - Battle Of Spectrum
6. Merciless - Nuclear Attack
7. Unleashed - The Dark One
8. Nirvana 2002 - Mourning
9. Chronic Decay - 1st Of September
10. Dismember - Sickening Art
11. Mayhem - The Freezing Moon
12. Merciless - The Book Of Lies
13. Macrodex - Cremation
14. Traumatic - A Putrid Reek Of Mangled Remains
15. Tiamat - Ancient Anciety
16. Skull - On A Mission In Blood

Hubo una época no tan lejana en la que el acceso a la música no era tan sencillo como lo es hoy en día. Como todos sabemos, Internet trajo el intercambio de archivos por la red, Myspace, Youtube, Spotify, etc., un sinfín de programas, páginas y aplicaciones que actualmente nos permiten estar al día de todo lo que acontece con nuestras bandas favoritas. En los ’90, todo ello no era más que una mera quimera. Teníamos que conformarnos con las cassettes que nos grababa el coleguilla de turno, pillar un disco de vez en cuando, escuchar ese programa de rock/metal que alguna emisora estatal maltrataba con horarios intempestivos y, los más afortunados, ver a la diosa Vanessa Warwick en Headbangers Ball cuando aún MTV era creíble. Devorábamos las típicas revistas metaleras que todos conocemos, en las que casi siempre aparecían las mismas bandas y donde el seguimiento a la escena extrema era escaso, por no decir prácticamente nulo. Había honrosas excepciones como la revista italiana Grindzone, que alguna vez me pasó un colega, donde Death, Black y Doom acaparaban todas las páginas, todo un lujazo, vamos.

Ante la falta de exposición en medios convencionales, fanzines y tape-trading cobraron especial importancia para el mundillo underground y jugaron un papel fundamental para dar a conocer lo que se estaba cociendo en ese putrefacto y fermentado caldero de la escena más extrema. A ello, no nos olvidemos, hay que sumarle las recopilaciones de las compañías discográficas, imprescindible instrumento de promoción de sellos y distribuidoras, que ya en los ’80 habían proporcionado compilaciones memorables como Metal For Muthas o la influyente colección Metal Massacre. En este sentido, discos olvidados como Appointment with Fear, Deaf Metal, Corporate Death, Grindcrusher, Pantalgia, los primeros…Death is just the Beginning y el que hoy traemos al Portal son algunos de los recopilatorios más brutales que se pergeñaron en cuanto a metal extremo y, más concretamente a death metal, en aquella dorada época. Ni que decir tiene que los recomiendo encarecidamente si les interesa el asunto.

Metiéndonos en faena podemos apuntar que este Projections of a Stained Mind fue recopilado y comercializado por Chickenbrain Records (CBR), sello de uno de los personajes imprescindibles de la escena escandinava, Fredrik Holmgren, que monopolizó gran parte de las trabajos primerizos de la escena. Pues bien, CBR reúne en este disco a las bandas suecas más punteras del momento - además de los dioses black noruegos Mayhem – y aglutina principalmente tracks que hasta ese momento sólo habían aparecido en formatos “básicos” (por decirlo de alguna manera) como demos, singles, EPs o todavía no habían sido publicados, y que capturan a la perfección el sonido directo y crudo de una escena que comenzaba a ser referente mundial.

Como no podía ser de otro modo, el primer martillazo viene de parte del alma mater de la escena, Nicke Andersson y los influyentes Entombed. Forsaken, que así es como se llama esta burrada, es sin ningún género de dudas una de las canciones más brillantes - y a la vez desconocidas- de la banda y por ende, de la escena. Con el gigante Orvar Säfström al micro (¿alguien echa de menos a LG?), Entombed nos muestra en cuatro escasos minutos el enorme potencial que desprendían en la época y arman un certero petardazo que contiene las trazas elementales de su propuesta: brillantez compositiva, perfecta estructuración y concatenación rítmica, excelente combinación de contundencia, velocidad y riffs a medio tiempo, así como de agresividad y melodía, notables punteos y, cómo no, una batería rica en detalles y sencillamente aplastante. Imprescindible.

Crudo, como el frío y desangelado invierno noruego, se nos presenta Mayhem, que cuela dos de sus temas más representativos en la recopilación. Carnage y, sobre todo, el himno Freezing Moon, nos congelan la sangre, transmiten una sensación general de inquietud y desasosiego que sólo los más grandes pueden evocar, a lo que contribuye sobremanera los espeluznantes y desgarradores alaridos del zumbado Dead.

De la mano de Necrolord, uno de los genios a la sombra de la escena, es el momento de descender al puto infierno y arder como los jodidos pecadores que somos. Qué podemos decir de Grotesque y su brutal Spawn of Azathoth. Rezuma calidad, intensidad y complejidad por los cuatro costados, auténticos fueras de serie en su labor de transmitir el mal a través de la música. No pierdas ni un nanosegundo en buscar su exigua pero imprescindible discografía si pretendes saber algo de metal extremo. Mandatory!!

Tras el garrotazo en la sien de Grotesque, es Therion quien nos golpea con especial virulencia, inimaginable hoy en día si nos atenemos a la almibarada y sinfónica orientación musical con que nos obsequia Christopher Johnson desde hace bastantes años y, especialmente, si comparamos esta orientación con la feroz propuesta de sus primigenias demos y su impresionante EP, Time Shall Tell. Future Consciousness, perteneciente a la demo de 1990, acabó siendo incluida como brutal opener en Beyond Sanctorum, lp donde ya se pueden vislumbrar perfectamente trazas de lo que Therion publicaría en el futuro. El tema en sí inicia de forma caótica, irremediablemente nos vemos empujados a deslizarnos por un tobogán de riffs vertiginosos e iracundos, mientras Johnson berrea como si no hubiera un mañana. La segunda parte del tema se presenta más místico, cargado de unos medios tiempos devastadores donde prima la atmósfera.

Tras el vicioso y ganchero aporte de House of Usher, nos topamos con el primer envite de los dos con los que Merciless nos obsequia en el disco. En sendos cortes nos encontramos a una formación que muestra cómo las fronteras entre thrash y death ya dejaban de estar tan marcadas. Banda de culto, no hay más que pegar una escucha a cualquiera de los dos tracks para comprobar el talento que atesoraban estos jovenzuelos apadrinados por el infame Euronymous. Talento del que no estaban exentos ni muchísimo menos Unleashed y Dismember, vacas sagradas del género que podrían sentarse por su constancia, su trayectoria y su indudable calidad a ambos lados respectivamente del trono que Entombed ocupó sin rival en esta etapa. Tanto los esbirros de Hedlund como los de Estby cuelan uno de sus clásicos imperecederos, que ya habían aparecido en alguna demo y que poco después serían incluidas en tótems sagrados del género, como Where no Life Dwells y Like an Everflowing Stream.

No podemos cerrar esta reseña sin mencionar a Nirvana 2002 y su trallazo, Mourning, grabado ex profeso para esta recopilación y que, aparte de ser una de mis favoritas del disco, encierra una interesante anécdota: Orvar Säfström usó la guitarra y el ampli con el que Uffe Cerderlund grabó Left Hand Path. Además, el hacha de Entombed y su compi Nicke produjeron este tema en los Sunlight, ingredientes que, unidos a la indudable capacidad de los de Edsbyn para firmar temas matadores, hacen de Mourning una de las verdaderas joyas perdidas de la Swedish Death Metal Old School. Masterpiece absoluto.

Para terminar, recomiendo no dejar pasar el resto de latigazos, especialmente las propuestas más simples y primitivas de auténticos dinosaurios del género como Macrodex y Chronic Decay o la pegadiza Ancient Anciety, en la que Tiamat ya muestra signos de su particular eclecticismo, bandera de Edlund en buena parte de su carrera.

Y aquí finaliza la reseña de este Projections of a Stained Mind, auténtica reliquia que encierra detrás de esa macabra portada un pedazo esencial de la historia del death metal, un brillante ‘who is who’ de la old school sueca, en definitiva, un testimonio necesario y fundamental de aquellos años gloriosos que hará las delicias de los nostálgicos amantes del género, y al que irremediablemente le planto cinco cuernos por el incalculable valor que encierran sus pistas.

* La edición en vinilo de la recopilación incluye 11 temas.

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