Triumph - Never Surrender

Enviado por el richard de … el Jue, 15/04/2021 - 23:23
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1. Too Much Thinking
2. A World of Fantasy
3. A Minor Prelude
4. All the Way
5. Battle Cry
6. Overture (Processional)
7. Never Surrender
8. When the Lights Go Down
9. Writing on the Wall
10. Epilogue (Resolution)

Disco Completo

Triumph son una de las bandas más infravaloradas de la historia del hard rock. Cosas así no las suelo aseverar de manera directa, y suelo matizar que se trata tan solo de mi opinión, pero en este caso lo veo tan absurdamente claro que me atrevo a confirmarlo al 100%. Con una carrera impecable que comenzó en los 70s con discos de puro hard rock, pasando por sus discos más heavys de los primeros 80s y su acercamiento al AOR a finales de la década los canadienses no tienen disco que baje del notable (a expensas de Edge of Excess, el único en el que no participó Rik Emmett). Incluso llegaron a participar en el US Festival del 83 con gente de la talla de Van Halen, Ozzy Osbourne, Scorpions, Judas Priest o Motley Crue. Preguntadle a cualquier fan promedio del hard rock y el heavy metal y sabrá quiénes son esas bandas, ¿pero cuántos de ellos sabrían quiénes fueron Triumph?

Realmente ahora mismo estoy siendo bastante exagerado. La banda tampoco es que se comiera los mocos ni nada por el estilo, tuvieron canciones que llegaron a entrar en los tops de Canadá y USA, y en su etapa gloriosa llenaban recintos en el continente americano. Sin embargo, me da la sensación de que aquí en Europa y en los países hispanohablantes del sur de América nunca han sido tan reconocidos como el resto de sus coetáneos. Quizás esto se deba a que, al contrario del resto de bandas que participaron en ese mítico festival, Triumph se disolverían años después para no volver a reunirse jamás (salvo un par de conciertos en 2008), mientras que las otras bandas siguieron con sus carreras hasta el día de hoy. O quizás es que yo me estoy volviendo loco y resulta que Triumph sí que son ampliamente recordados, pero por si acaso, aprovecharé esta reseña para reivindicar su posición en los olimpos del heavy metal.

Never Surrender, el disco que hoy nos ocupa, toma una posición peliaguda en la carrera de la banda. Y es que es uno de esos discos a los que les toca quedar entre medias de dos obras maestras. En este caso, entre Allied Forces (a mí parecer el mejor disco de la banda) y Thunder Seven. Esto no significa que sea un mal disco en absoluto, pero sí que es cierto que al colocarlo entre ellos dos queda un poco camuflado. Además, tampoco es que sea uno de esos llamados “discos de transición”, que con un sonido diferente puede lograr que sea más memorable. Más bien, Never Surrender es una continuación directa de su hermano mayor, Allied Forces, y al ser tan similares en sonido pero ser este último claramente mejor uno siempre termina optando por meterse en vena el disco del 81 cuando le apetece un poco de esta etapa de Triumph.

Eso me pasó durante muchos años, pero hace unos meses cuando estaba repasando su discografía y lo volví a colocar en el reproductor me di cuenta de que el disco era mucho mejor de lo que yo recordaba. Ya la primera “Too Much Thinking” nos trae reminiscencias del disco anterior, siendo un tema hard rockero muy cañero y energético, en sintonía al tema título que abría Allied Forces. En ella Gil Moore demuestra que es un fiera en todo lo que hace, con una labor a la batería y a la voz excelente (me flipan lo gamberros que suenan esos “too much” del estribillo). Sin embargo, veo un poco vergonzoso a Emmet, con un solo que no me termina de cuajar del todo y unos riffs que sin estar mal tampoco son cosa del otro jueves (aunque ese riff de wah wah del estribillo es tremendo).

Cuando pasamos a “World of Fantasy” la cosa cambia por completo, eso sí. Una de las cosas que siempre me ha encantado de Triumph es ese buen gusto a la hora de mezclar el hard rock con el rock progresivo. La mezcla siempre queda hacia el lado del hard, por lo que a los que quieren algo directo no les desentona, pero a los que quieren algo más elaborado y mágico también nos deja más que satisfechos. Por esa razón creo que Allied Forces siempre fue mi preferido, y es que “Magic Power”, “Fight The Good Fight” y “Ordinary Man” son tres temazos que andan en este estilo y que estarían todos dentro de mi top 5 de la banda. “World of Fantasy” no llega al nivel de estos en mi opinión, pero es sin duda otro muy buen tema en esa onda que encandilará a todos los que aman esa faceta de la banda. Además, la voz de Emmet es una de las más infravaloradas (prometo no volver a decir esta palabra más) del rock, con un registro de agudos muy por encima de la media, un tono muy cálido y un buen gusto para crear melodías de estas que parecen mecerte envidiable.

Después del interludio de guitarra clásica “A Minor Prelude” entra “All the Way”, una de mis dos canciones favoritas del disco. El tema es hard and heavy de categoría, y sin duda lo que la hace resaltar son esas fantásticas melodías vocales del estribillo, que hacen que cada vez que me pongo el tema me lo tenga que poner veinte veces más y después me pase tarareándola todo lo que queda de día. El solo de guitarra también nos muestra a un Emmet más suelto, que hasta este momento del disco parecía estar conteniéndose, y eso que ya había demostrado ser un titán de las seis cuerdas.

“Battle Cry” se me hace la canción más floja del disco. Va en esa onda de hard rock progresivo que comentaba antes y, sin ser mala, si que me parece algo plana. Además, siempre pensé que la voz de Emmett habría quedado muchísimo mejor que la de Moore. Por suerte, justo después de esto nos topamos con “Never Surrender”, el tema más legendario del disco y otro de esos que metería a mi top 5 de la banda. Aquí encontramos una de las interpretaciones vocales más logradas de la carrera de Emmet (que ya es decir), unida a unos riffs de guitarra bastante atípicos para lo que es el estilo. Y es que el colega Rik no es un cualquiera, y aparte de dominar la guitarra rock-heavy también sabía tocar música clásica y jazz, y aquí decide incorporar un montón de acordes y figuras de este último estilo, los cuales quedan sorprendentemente bien. El estribillo es de una intensidad suprema, de esos que más de una vez te hacen soltar una lágrima, y en el solo al fin vuelvo a encontrarme al Emmet estratosférico que tantísimo me gusta. Un tema para el recuerdo.

“When The Lights Go Down” es un buen tema de hard rock clásico, que recuerda mucho a sus discos de finales de los setenta, con canciones como “American Girls” de Just a Game o “Woman In Love” de Progressions of Power. En el solo además podemos observar claramente la labor de Mike Levine al bajo, que aunque siempre ha sido eclipsado por sus dos compañeros de banda es un excelente músico. Y para terminar, “Writing on the Wall” es un buen tema de hard rock melódico, alegre y veraniego, de estos que recuerdan a los veranos adolescentes en las películas ochenteras de Hollywood.

Never Surrender es un disco quizás algo menor en la discografía de Triumph. Como ya he intentado expresar a lo largo de la reseña esto no significa que se trate de un mal disco ni de cerca, y es que a un disco que tuviera tan solo “Never Surrender” ya me sería imposible ponerle menos de un cinco. Pero sí que es cierto que hay otros discos de la banda que merece la pena explorar antes. Never Surrender por mi parte se llevaría 4 cuernos, entre un 7.5 y un 8 depende de como esté de ánimo ese día.

Rik Emmett: Guitarra y voz
Mike Levine: Bajo
Gil Moore: Batería y voz

Sello
Attic Records