Thin Lizzy - Roisin Dubh (Black Rose): A Rock Legend

Enviado por El Marqués el Mar, 08/02/2011 - 18:22
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1.Do Anything you want to
2.Toughest Street in Town
3.S&M
4.Waiting for an Alibi
5.Sarah
6.Got to give it up
7.Get Out of Here
8.With Love
9.Roisin Dubh (Black Rose): A Rock Legend

Ayer, todos los periódicos de información general en España reflejaron en sus páginas el fallecimiento de Gary Moore en un hotel en la Costa del Sol. Al pie de la noticia los comentarios y las muestras de condolencia se multiplicaban. De entre todos los mensajes que pude leer, uno, firmado por un seguidor anónimo, me llamó especialmente la atención: “A partir de ahora cuando haya tormenta en el cielo, sabré que sois Stevie Ray Vaughan y tú cruzando vuestras guitarras”.

Yo hubiera añadido a Rory Gallagher y a Jeff Healey, y por qué no a Randy Rhoads, pero en los primeros que pensé para esa superbanda soñada, y así lo reflejé en el foro de esta página, fue en Cozy Powell y en Phil Lynott.

Sirva de homenaje al genio de la Gibson Les Paul esta reseña en la que voy a hablar de los días en que Gary Moore y Phil Lynott tocaron juntos sobre la faz de la tierra, sin necesidad de pensar en jams celestiales.

El mulato de Dublín y el pandillero de Belfast habían coincidido en una de las primeras formaciones de Skid Row, el proyecto de blues que a finales de los sesenta creara un músico llamado Brendan Shields. Nada que ver por supuesto con la banda de Sebastián Bach.

La conjunción de talentos naturales aún por desarrollar no cuajó, y cada uno siguió su camino. Lynott fundó Thin Lizzy, y Gary Moore comenzó a poner los cimientos de su carrera en solitario.

En 1973, la suerte pareció sonreír a Lynott, que consiguió cierta repercusión gracias al single “Whiskey in the Jar”, pero el guitarrista original de Thin Lizzy, Eric Bell, abandonó el barco obligando a Phil a interrumpir una gira por Europa. Gary Moore echó un cable a su colega, y le ayudó con las composiciones del siguiente álbum, “Night Life”.

Lynott era un líder natural, y Moore ya contaba con “Grinding Stone”, su primer disco en el mercado, por lo que sus caminos se separaron nuevamente. Casualidad o no, Lynott contrató a dos guitarristas para cubrir el hueco dejado por Moore: el escocés Brian Robertson y el californiano Scott Gorham, dando inicio a la etapa más gloriosa de Thin Lizzy, lo que equivale a hablar de la etapa más gloriosa de uno de los mejores grupos de rock que ha existido.

Durante la grabación de “Bad Reputation”, Lynott advirtió síntomas de indisciplina en el conflictivo Brian Robertson, y le castigó excluyéndole de la foto de la portada de ese lp. Los problemas con el guitarrista escocés se acentuaron en la subsiguiente gira, y en 1979 fue expulsado definitivamente. Robertson, como todo el mundo sabe, ingresó en Motörhead y sólo le duró a Lemmy un disco, el excepcional “Another Perfect Day”.

Había llegado el momento de que Gary Moore y el bajista de los rizos y la piel oscura se tomaran en serio la misión para la que estaban predestinados desde que se habían conocido: La grabación de una serie de canciones que quedaran para la posteridad y dieran fe de la compenetración entre ambos genios. Fue así como nació “Roisin Dubh (Black Rose): A Rock Legend”, compuesto y grabado por una formación inédita en Thin Lizzy: Moore y Lynott, junto a Scott Gorham y el eterno batería Brian Downey.

Todos los países tienen sus leyendas, sus tradiciones y sus fantasmas. Irlanda es el país de los cementerios de piedra y las cruces celtas, del cielo gris y los prados verdes. Y el acervo de siglos de historia bajo un cielo nublado e incontables noches heladas a la luz de la hoguera late, toma cuerpo y empuja ese bajo y esos tambores que al galope presentan Do Anything you Want to. Las guitarras, el estribillo, ese acorde que Moore y Gorham rasguean bajo los coros, el entusiasmo en la voz de Phil Lynott (escuchad ese imperativo “Hey you”! del minuto 1´37…), todo, todo es una absoluta maravilla en esta perfecta pieza inicial. Parece mentira que sobre Thin Lizzy planeara siempre el fantasma de la autodestrucción. El propio Gary declararía que volver a esta banda era volver al desenfreno y a las drogas, pero estos problemas no parecían afectar a las canciones.

Toughest Street in Town es la única canción, junto al tema título, en que Gary Moore participa en labores de composición, y es un pedazo de tema lleno de vida, rocanrol irlandés que animaría un entierro, y reivindicación, además, de las raíces callejeras de sus creadores.

S&M, tiene un ritmo entrecortado, casi funkie, y cuenta la historia de un encuentro bastante picante con prácticas masoquistas por medio, aunque narrado en un tono light, sin excesiva estridencia. Lynott no era un malhablado, tenía estilo hasta para narrar historias sórdidas.

En Waiting for an Alibi tenemos de nuevo todos los elementos que hicieron grandes a Thin Lizzy: Una canción magistral, con el sonido gemelo de dos guitarristas colosales, y el storyteller Lynott ejerciendo de playboy.

Sarah es el canto de amor del cantante/bajista a su recién nacida hija Sarah, a la que llamó como a su abuela, quien tuvo que luchar para sacar adelante a Lynott mientras su madre soltera, Philomena Lynott, trabajaba para ganarse la vida y educar al rebelde Phil. Es un tema pop con un comedido, delicioso solo de Gary en la mitad.

¿Y qué me decís de ese Got to Give it Up, que Lynott entona con tanto mimo? Es un tema sofisticado, no exento de un cierto toque AOR, y muestra el nivel al que había llegado en ese punto de su carrera el bajista a la hora de componer todo tipo de estilos, ya fuese Folk, blues, hard rock o arrollador rock and roll. Escuchad esas guitarras a partir del minuto 2´09, hacedme el favor.

Pero es que Get Out of Here es incluso mejor, casi parece música heavy de baile, con esas voces dobladas y el estribillo tan vivo. Quedémonos de nuevo con el juego guitarra rítmica/guitarra solista que los dos hachas nos regalan a partir del minuto 1´39. Y con la plenitud con que Lynott canta eso de “I Used to be a Dreamer” justo al final del punteo de guitarra.

With Love siempre me pareció el tema más discreto, pero es que no me extrañaría que estuviera colocado ahí adrede: Puede que sólo sea un recurso para hacernos bajar la guardia y sorprendernos, porque lo que viene a continuación es uno de esos momentos por los que merece la pena haber nacido.

Roisin Dubh (Black Rose): A Rock Legend ,es, sin discusión alguna, el mejor tema de Thin Lizzy, y una de las mejores composiciones de la historia. Siete minutos divididos en cuatro partes. La historia del legendario Cu Chulain, un guerrero celta, intercalada con dos melodías tradicionales del país de los tréboles: “Shenandoa” –cantada- y “Danny Boy” –interpretada por las guitarras-. Estamos hablando de verdadera emoción registrada para la posteridad, de historia hecha música, del sueño de unos creadores inigualables que eran incapaces de grabar un tema normalito.

El inicio vocal de Lynott recitando –porque eso no es sólo cantar, el mulato alcanza cotas superiores- lo de “Tell me the legends of long ago…”, me reafirma en mi creencia de que este tío había vendido su alma a Mephistófeles. La inclusión de “Shenandoa”, entre el minuto 1´46 y el 2´11, y sobre todo el punteo que reproduce la reconocible melodía de “Danny Boy”, la tonada con tintes nacionalistas norirlandeses, entre el minuto 2´12 y el 2´32 pueden hacer llorar de felicidad al oyente más insensible. Pero es que a partir de ahí las guitarras se lanzan a una orgía instrumental que dura varios minutos, y que paso de describir porque no me veo capacitado. Pinchen el enlace y disfruten, ladies and gentlemen.

¿Y la coda? Voy a contar un recuerdo que mantendré siempre asociado a la parte final de esta canción. Corría el verano de 2008. Se celebraban en Zaragoza dos festivales conjuntos, el Metalway y el Monsters of Rock. El primer día abrieron Rage, Candlemass y Pretty Maids bajo un sol de justicia. El cartel incluía a Saxon, Ted Nugent, Twisted Sister, Deep Purple y los Thin Lizzy de Scott Gorham y John Sykes. Hacía tanto calor que los pipas estaban regando con una manguera a la gente de las primeras filas. Yo lo veía desde las gradas, estaba reservándome. Cuando salieron Thin Lizzy me posicioné, y durante hora y pico disfruté del repertorio inmortal de este grupo. Sykes se encargó de recordarnos, como si hiciera falta, que cada segundo que estaban en el escenario se lo dedicaban a Phil Lynott. Total, que en el bis incluyen esta canción, asombran al respetable con el duelo de guitarras que contiene, y cuando, hacia el minuto 5´00 ha de entrar de nuevo la voz, que Lynott cantaba en el estudio sobre un dibujo de guitarra que parecía una mandolina, echo el cuello hacia atrás, cierro los ojos y me preparo a sentir ese momento, uno de los más bellos jamás registrados, que llevaba toda mi vida escuchando.

No me acarició el sonido de la mandolina, no. El pipa me deleitó con un manguerazo en toda la cara que arruinó la poesía de ese instante, que debería haber sido mágico. El caso es que una hora después estalló una tormenta de viento y lluvia que arruinó el festival, privándonos de disfrutar, entre otras cosas, del “Somewhere Back in Time Tour 2008” de Iron Maiden.

Bueno. Retomando el mensaje que ayer un lector dedicó a Gary Moore, sé que a partir de ahora estamos todos a cubierto. Que cuando los dioses del trueno nos quieran tocar las narices, Gary Moore y sus compañeros ejercerán de parapeto.

Espero que disfrutéis de la leyenda de la Rosa Negra. Yo, desde el pasado domingo, tengo menos miedo a la muerte, porque pienso abrirme paso entre un ejército de almas errantes para asistir a ese show que en un mundo lejano están preparando Mr Moore y Mr Lynott.

Phil Lynott: Bajo, Voz
Gary Moore: Guitarras
Scott Gorham: Guitarras
Brian Downey: Batería

Sello
Vertigo