
01. I'Ve Gotta Tell You Mama
02. I'M Busy
03. Un Señor Llamado Fernández De Córdoba
04. Woman Mine
05. It's All Right
06. I Don't Know
07. Crazy Machine
08. Experiencia Sin Órgano
Hablar de la historia del hard rock en España remite automáticamente a Leño con Rosendo a la cabeza, y los anteriores Ñu, compartiendo éste liderazgo con José Carlos Molina y destilando un sonido potente con tintes progresivos, si bien nadie, o casi nadie, suele acordarse de los auténticos padres del asunto en la piel de toro: The Storm.
Estos sevillanos, al igual que otras tantas bandas andaluzas, como Smash o Triana, encabezaron la auténtica vanguardia a la hora de endurecer el rock español, bastante inocente, que había hasta aquel momento -Los Bravos, Los Brincos, Los Sírex- siendo quizá “La Glorieta De Los Lotos” de Smash el primer gran disco de rock de nuestra historia. Soprende pensar que había en 1969 una banda española editando un disco como ese, y siendo además contemporánea de los mejores conjuntos de la historia mientras éstos editaban algunos de sus mejores trabajos.
El primer album de The Storm, homónimo, no llegó hasta 1974. Y quizá pueda considerarse el primer disco realmente hard rock en España. En ese momento, Burning ya existen: cantan en inglés (como es norma generalizada en la época) y tienen grabado su primer single, aunque su debut no se produciría hasta el 78, y su música se basaba en el rock ‘n’ roll de los Stones o Chuck Berry con una pizca de Lou Reed. Los catalanes Tapiman habían grabado su debut en 1971, una obra maestra por lo insólito de su propuesta en la España franquista, aunando esbozos hard, psicodelia y blues rock, y también podríamos considerarlos pioneros, si bien su hard rock con más matices no alcanzaba la explosividad de The Storm.
Denominados inicialmente como Los Tormentos, desgajan en su puesta de largo discográfica a nombres como Hendrix, Cream, Led Zeppelin y, sobretodo, Deep Purple, onmipresente influencia en forma de los estupendos órganos y hammonds que toca el teclista Luis Genil. Es en esencia un disco guitarrero, de riffs punzantes y devastadores punteos, con una base rítmica engrasada, potente, sólida. Una aútentica Tormenta de rock. Soprende que fuese grabado en tan sólo una noche, aprovechando un rato que dejó libre el estudio Joan Manuel Serrat: no les hizo falta más para parir este potente y afilado trozo de rock, y sobretodo, de historia. Y por cierto… ¿cómo es que suena mucho mejor este disco de 1974 que la mayor parte del rock español ochentero, con una industria musical infinitamente más desarrollada?
Pero en esta historia es tan importante su mánager, José Luis Fernández de Córdoba (padre de los noventeros y por fortuna efímeros Café Quijano) como la influencia de los Lord, Blackmore y compañía. A principios de los ’70, toma consciencia del negocio que podía suponer el rock y comienza su andanza como promotor de conciertos y productor. Organiza en 1975 el que fue quizá el primer festival rockero de cierta enjundia en la historia de España: “15 Horas de Música Pop”. Celebrado en Burgos, una de las ciudades fuertes del Régimen, la prensa rancia y afín a la dictadura lo rebautizó como “Festival de la Cochambre”. En él actuaron los primigenios Burning, Triana, los propios The Storm o los fascinantes Eva Rock, un trío de hippies que habitaban en una comuna viviendo para la música y el LSD, y de los que no hay registro sonoro alguno, pero que fueron, según las crónicas, los grandes triunfadores del festival, sonando como unos Led Zeppelin pasados de rosca.
El crítico musical Darío Manrique sostiene que cuando conoció a Fernández de Córdoba éste era “una persona a la que no le gustaba la música”, y no dudó en intentar sobornar al crítico cuando se reunió con él, con la inocente esperanza de ser acerditado para el festival, pensando el mánager que se trataba de algún funcionario buscando su parte del pastel. Pocos años después, los citados Leño ya describieron a este tipo de personajes en el tema de su debut “El Oportunista”, criticando a los empresarios, productores y demás gente del negocio que vieron en el rock una fenomenal manera de aumentar los ceros de su cuenta corriente. En este album The Storm le dedica el tercer corte instrumental, bautizado en honor del siniestro empresario demostrando así la influencia que tuvo (por desgracia no siempre positiva como más tarde veremos) en la banda sevillana.
The Storm cantan en un inglés precario –algo que se olvida escuchando las partes instrumentales- excepto en “I’ts All Right Now”, tema muy en la línea de los primeros Burning. Los ritmos frenéticos se suceden en el doblete de apertura, “I’ve Gotta Tell You Mama” y “I’m Busy” destacando en las seis cuerdas los punteos del guitarrista Ángel Ruiz y sus berreos agónicos, supongo inéditos en la piel de toro -por cierto, Ruiz tenía por ese momento… ¡diecisiete años!- para continuar con el citado instrumental “Un Señor Llamado Fernández de Córdoba”, con toques progresivos y psicodelia.
“Woman Mine” remite de nuevo a los Purple con esos pasajes de órgano y más riffs al mejor estilo de la época, cambios de ritmo y más rock progresivo, para continuar con la citada “I’ts All Right Now” y la potencia de “I Don’t Now”, puro rock británico.
“Crazy Machine” es sin duda la joya de la corona. Con sus más de siete minutos y sus diferentes ambientes (rock progresivo con un misterioso e inquietante órgano; hard rock de lo más corrosivo con uno de los mejores solos de guitarra, con pedal wha wha a lo Hendrix, grabados en un disco español; un interludio ¡jazz! y un solo de batería demoledor para terminar) puede constituir, a mi parecer, una de las cimas de la historia del rock español.
Cierra esta obra maestra de nuestro rock “Experiencia Sin Órgano”, y es, como su propio nombre indica, el único tema del disco en el que no interviene este instrumento. Se trata de una improvisación que la banda grabó a modo de divertimento para aprovechar su estancia en un estudio profesional después de grabar el resto del álbum, (¡les sobró tiempo y sólo fue una noche de grabación!) y es el tercer instrumental del disco. Esto es puro hard rock, seguramente lo más contundente hasta ese momento en nuestro país y quizá al mismo nivel que otras bandas internacionales de la época.
El álbum fue un éxito para la época y la crítica (supongo que del ambiente más underground dado el gris momento que atravesaba todavía el país en aquel entonces) acabó rendida a los pies de la banda, y cito textualmente:
“…Storm pueden codearse con los grandes del mundo…”
“…indudablemente es el mejor grupo que he visto en mi vida. Puede ser facilmente un grupo de nivel mundial…”
Hacen aparición en TVE, una corta actuación intercalada con entrevistas a los miembros de la banda en la que tocan varios temas de este primer álbum, y suenan absolutamente atronadores y en riguroso directo, algo inusual en la época. Tenían el sonido y también tenían la imagen, que no resulta menos que hipnótica para ese momento. No puede uno más que suponer que con esas pintas y esos pelos tuvieron que llevarse más de un guantazo por parte de algún miembro de las fuerzas del orden del Régimen con la mano demasiado larga, lo que nos da como resultado de la ecuación que tenían todas las papeletas para la rifa… la versión de “Crazy Machine”, con un desatado Ángel Ruiz en un solo haría palidecer de envidia a cualquiera de sus contemporáneos guiris: tocando con los dientes, con un ¿vaso? y utilizando todas las técnicas posibles en uno de los momentos más espectaculares y poco reconocidos de la historia de nuestro rock. El disco, reeditado hace poco con jugosos extras como críticas y recortes de prensa de la época incluye, además, todo el programa de TVE entero, un lujo, ya que es la actuación por la que muchos les conocimos.
La banda despega y vuela alto. Queen visita España en plena gira “Sheer Heart Attack” para actuar en Barcelona y The Storm son los teloneros, marcándose una actuación, según las crónicas, realmente memorable: son felicitados personalmente por Freddie Mercury, que es, como todos sabemos, uno de los personajes más espectaculares (y menos humildes) de la historia del rock; Roger Taylor, después de ver el demoledor show tras la batería de Diego Ruiz, hermano del guitarrista Ángel, se abstiene, según las malas lenguas, de realizar su pertinente y pomposo solo de batería.
Un representante de la banda británica le propone al infame mánager, el citado Fernández de Córdoba, realizar una gira europea como teloneros y la vaga promesa de producirles su siguiente álbum: al andaluz se le ponen las pupilas con el símbolo del dólar, y sus altas pretensiones económicas terminan por caer en saco roto.
Algo parecido le ocurrió a Barón Rojo pocos años después, tras rechazar su compañía ofrecimientos que sin duda los habría hecho llegar al estrellato internacional, como grabar su disco en directo en el Budokan de Tokio o telonear a AC/DC en una gira americana. Si hasta en esto fueron pioneros The Storm…
Poco después llega la mili, y en el mejor momento de la banda, se ven obligados a separarse. Cuando retoman el grupo, su tren ya ha partido. Graban en 1980 su segundo disco, “El Día De La Tormenta”, cambiando el inglés por el castellano, carente del espíritu de su debut y con críticas poco benévolas. La banda se separa definitivamente en 1981, justo en el momento en el que diferentes bandas de rock duro –Leño, Barones- alcanzaban su punto álgido, sin ser quizá el público y muchas bandas de la escena conscientes de las gotas de la virulenta tormenta sevillana que se extinguían.
En 2004 fallece el teclista Luis Genil, primo de los hermanos Ángel y Diego, y en 2006 la banda –ya sólo con estos dos como miembros originales- vuelve a reunirse para conciertos esporádicos, como las intermitentes gotas de lluvia antes de una tormenta; comienzan de nuevo a tocar en festivales, como Leyendas del Rock o Serie Z. En 2014 sacan “nuevo” disco después de más de 30 años, “Trilogía”, una especie de recopilatorio que recoge temas de sus dos primeros albumes y alguno nuevo. Se vuelve a empezar a oir hablar de ellos; lo merecen. Por rompedores, por pioneros. Por ser tan buenos, coño. Que no cese la tormenta.
Ángel Ruiz: Guitarra, voz
Diego Ruiz: Batería
Luis Genil: Órgano, teclados, voz
José Torres: Bajo