Speereth - Algo hay ke kemar!!!

España se ha convertido por méritos propios en el paraíso de los chorizos. Es vergonzoso ver como cada vez que escuchas las noticias, aparece un nuevo caso de corrupción y derivados. El caso Bárcenas, el cas Palau, el caso ERE en Andalucía, el caso Gürtel, jubilaciones multimillonarias para altos directivos de la banca pagadas con el rescate fruto de los impuestos de todos los españoles, así puedo seguir toda el día. ¡Joder, si es que hasta la puta monarquía, no satisfecha con vivir a costa de los españoles, ha acabado robando como demuestra el jodido caso Nóos! Es tan sencillo como poner un rato de Salvados o El Intermedio, y tendréis suficiente con diez minutos de programa para sacar espuma por la boca.

¿Pero sabéis que es lo peor de todo? No es tan solo que todos estos cabronazos roben a diestro y siniestro, tengan a nuestro país sumido en una crisis de caballo y encima tengan toda la jeta de negar los cargos que se les imputan. Lo peor de todo es que nosotros, el ciudadano de a pie, nos hemos convertido en suaves, aterciopeladas e inofensivas esponjas, que absorbemos todo este flujo de barbaridades perpetuadas por todos estos cabronazos, con una parsimonia e indiferencia muy preocupantes.

Auténticos borregos amaestrados, programados para tragar y callar. Incapaces de sublevarse, organizarse en bloque y reventarlo todo. Unos PUTOS COBARDES, sí, en mayúsculas, incapaces de pelear con cojones por las causas justas, como hicieron en su momento nuestros antepasados. ¿Y sabéis porque? Porque tenemos poco que ganar y mucho que perder, o al menos eso es lo que se encarga de hacernos creer el estado. Y lo saben, y juegan a controlar nuestra furia, con nuestro propio miedo. La caja mágica se encarga de hacer parte del trabajo sucio, entreteniendo nuestros cerebros con fútbol, culebrones, realities y un sinfín de gilipolleces varias. Ocupando el más que abundante tiempo de ocio de algunos, poniéndolo fácil para evitar que el pueblo piense, haciendo que en vez de planificar una revolución social acorde a los desastrosos tiempos que corren , nos preocupe más si a Cristiano Ronaldo le ha salido un grano en un huevo o si Belén Esteban se ha operado el escroto.

Pero hay una parte de la sociedad que ya ha llegado al límite, que ya no puede más, que está tan desesperada que es capaz de quemarse a lo gonzo por que lo han desahuciado, o de atracar una tienda solo para que lo metan en la cárcel y al menos tener donde comer y dormir. Todo esto antes de sublevarse, porque nos tienen absolutamente controlados y acojonados. Están tensando demasiado la cuerda, y al final pasa lo que pasa, a un ciudadano equis se le cruzan los cables y PUM! Presidenta provincial del PP a criar malvas. Porque la línea que divide la cordura de la locura, es mucho más fina y frágil de lo que en ocasiones creemos, y uno puede pasar de Jekyll a Hyde, de ciudadano ejemplar a asesino en menos de lo que canta un gallo (o si no que se lo pregunten a Michael Douglas en “Un día de furia”).

Hoy no he venido aquí a hacer apología del terrorismo, la muerte de inocentes con fines políticos jamás puede ser justificada bajo ningún punto de vista. Pero os aseguro que toda esta panda de chorizos que nos rodea, politicastros, banqueros, florentinos, Undargarín y demás corruptos de cinco estrellas, merecen, si no volar por los aires, como mínimo un buen escarmiento y pagar sus culpas. Está jodido, los que deben condenarlos también andan, en la mayoría de los casos, metidos en el ajo, y si alguno se pone borde (como por ejemplo Baltasar Garzón), ya se ocupan de silenciarlo. Así pues qué, ¿no hay solución alguna? Es posible, pues nos tienen bien pillados por los huevos, pero lo realmente penoso es que ni si quiera lo intentemos.

Es obvio que esta humilde reseña no va a ser el punto de partida de ninguna revolución social ni nada por el estilo, pero como mínimo servirá para presentaros un disco que cuando lo escuchas te entran ganas de partir cabezas a diestro y siniestro. Nos situamos a principios de los noventa, cuando el metal reivindicativo proveniente de tierras vascas andaba en auge, capitaneado por Soziedad Alkoholica y Su Ta Gar, a los que rápidamente se les unieron otras como Beer Mosh, Koma, Berri Txarrak, Negu Gorriak, o la banda que hoy nos acontece, los gerundenses Speereth. Todo esto siempre con el permiso de los pioneros La Polla Records.

La palabras que mejor definirían a Speereth son sin duda “¡mala oxtia!”, eso es lo que destilaban estos tíos por todos los poros de su piel, puro veneno, pura adrenalina, pura rabia que tenía que salir por algún sitio. Y toda esa ira la supieron plasmar de una manera brutal en su primer disco “Algo hay ke kemar!!!”. La portada del disco, sí disco, no cd, un autobús en llamas, y la pegatina del vinilo dos metralletas cruzadas, las “k” típicas del metal reivindicativo y los tres signos de exclamación que son otro tanto, así que la carta de presentación está clara. El objetivo principal, luchar contra el estado opresor.

Musicalmente Speereth tocaban una mezcla entre Thrash, Crossover y Hardcore, un cóctel ideal si lo que pretendes es poner las pilas al personal. El disco es un torbellino de apenas treinta minutos de duración, donde caerán un total de catorce cortes a cual más violento y revolucionario. Las primeras palabras que se oyen tan solo arrancar el primer corte “Tu paz es cobarde”, definen perfectamente el tocho que os he escrito más arriba: “Vivir hundido en el miedo y el silencio, esta es la paz de esta falsa democracia”. Ni más ni menos, justo en el blanco. Y solo con leer el resto de títulos uno ya puede echarse a temblar, “Venganza”, “Adrenalina”, “Mala Oxtia”, “Revienta Cerdo”…

Un disco no puede llegar a cundir tan solo por su ideología si no tiene chicha detrás, y este “Algo hay ke kemar!!!”, la tiene y mucha. El nivel musical es más que notable, Txero se muestra implacable con la batería trabajando muy bien el doble bombo, los dos hachas no se quedan atrás, y lejos de limitarse a cuatro ritmos básicos hardcoreros, fabrican adictivos riffs cañeros e intercalan algún que otro punteo interesante, como por ejemplo el tapping que lleva la pauta en “Full Nuff”, y algún que otro breve solo. Aunque lo mejor de todo es la visceral voz de JuanRa, un revolucionario convencido que ingresó en prisión en 2002 por supuesta colaboración con ETA, y que consigue transmitir una mala leche tremenda con su agresiva voz que ya quisieran para sí la mayoría de cantantes de Thrash y Death Metal (transmitir esa energía, no la voz en sí).

Como es típico en este tipo de metal reivindicativo, las letras (que en ocasiones rozan lo cutre), van mezclando reivindicación a muerte con algo de ironía y humor, como es el caso de “Full Nuff”, donde la emprenden con un niño de papá o la siguiente “Live a Beach”, criticando al típico artistucho que se cree por encima del bien y del mal con su filosofía liberal. En “Slagge Dementia” , “Cottolengo” y “Dextroy” vemos cierto tufo Napalm Death, tres temas que no pasan del minuto de duración de una mala baba tremenda. Peor aún se pone el asunto con “Mala oxtia”, donde reivindican la anarquía claramente y pronuncian alto y claro la frase: “terrorismo al estado”.

Llegando al final encontraremos un par de versiones que son de lo mejor del disco. La primera es el clásico de Body Count “Kop Killer”, que les queda fantástica, desprendiendo aun más furia que la original y respetando esos redobles de batería que imitan el sonido de una metralleta. Y la segunda es uno de los temas más populares de Barón Rojo, el tema protesta “Resistiré”, que en esta ocasión, pasado de vueltas te pone aun más enceliscado. Y con la cachonda "Laureano" cerramos el disco, el inicio con la musiquilla del telediario es para partirse la caja, ¿y el nombre de la presentadora? María Dolores Castigo, jaja!! Tema muy punkorro, divertidísimo de tocar en plan fin de fiesta.

Vuelvo a repetir por si no ha quedado claro, no he venido aquí a hacer apología del terrorismo que implica atentados, el de la masacre de Hipercor, de Carrero Blanco volando por los aires, o del secuestro de Ortega Lara. En pleno siglo veintiuno, no creo que la violencia sea el camino correcto para hacer justicia. Pero sí creo en la unión del pueblo, en ese movimiento reciente de “Los Indignados” que parecía tomaba fuerza global, y de momento se está quedando en nada. Algo así es lo que necesita este momento de la historia española para acabar de una vez con la república bananera de España. Para encarcelar y hacer pagar culpas a toda la corruptela que nos rodea. Para volver a ser un país justo donde, el que tiene ganas de trabajar, puede ganarse la vida dignamente. Para dejar de ser de una puta vez el hazmerreír de Europa, que no miente demasiado cuando afirma eso de “África comienza en los Pirineos”. En resumen “And Justice for All”, si queremos podemos…

PD: El sábado final de la Champions, así que todo este tocho importa una mierda pues el circo del pueblo nunca descansa…