Saxon - Palacio de Vista Alegre, Madrid, 17-12-2016

Enviado por El Marqués el Lun, 19/12/2016 - 20:55
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1. Battering Ram
2. Heavy Metal Thunder
3. Sacrifice
4. Solid Ball of Rock
5. Never Surrender
6. The Eagle Has Landed
7. Stand Up and Be Counted
8. The Devil’s Footprint
9. Strong Arm of the Law
10. Power and the Glory
11. Rock ‘N Roll Gypsy
12. Chasing the Bullet
13. 20,000 Ft
14. Queen of Hearts
15. And the Bands Played On
16. Dallas 1 PM
17. Ace of Spades
18. Wheels of Steel

Bis 1:

19. Let Me Feel Your Power
20. 747 (Strangers in the Night)

Bis 2:

21. Crusader
22. Denim and Leather
23. Princess of the Night

Dentro de 9 nueve días hará un año que perdimos a Lemmy. Con ello el Rock and Roll se oscureció en gran parte, como un árbol de navidad al que de golpe se le averían la mitad de las luces, y uno de los efectos más inmediatos que tuvo el deceso, independientemente del bajón que nos produjo, fue la suspensión de la gira que a principios de febrero debía traer a Motörhead a la Península junto a Saxon y Girlschool. Iban a actuar en el Palacio de los Deportes en Madrid el día 6.

Aquel concierto se canceló como es lógico, y alrededor de 10 meses después las dos bandas británicas que debían abrir para el terceto del legendario bajista nos han visitado en un escenario algo más modesto, la sala San Miguel del Palacio de Vista Alegre, junto a los hard rockers catalanes 77, dentro de un mini tour por suelo ibérico que también ha abarcado descargas en Bilbao y Barcelona.

He asistido a enormes conciertos en ese recinto, con la arena y el graderío repletos en noches como la de Maiden 2003, Judas 2005/2012 o más recientemente Scorpions en 2014, así como la última visita de Alice Cooper a España en noviembre de 2010, hace ahora seis años, pero no conocía esta Sala San Miguel, situada en un lateral interior, sin el mejor sonido del mundo pero bien acondicionada para una descarga de una banda con tirón intermedio por así decirlo, como es el caso de los sajones.

Tirón intermedio a nivel popular, no parece probable que a corto plazo vayan a traducir al castellano la autobiografía “Never Surrender” de Biff como sí se ha hecho con la de Lemmy, ni que el águila de Saxon se vaya a convertir en un icono visual para todos los públicos como ha terminado pasando con nuestro Snaggletooth, pero en la esfera de lo artístico, de lo que realmente nos importa, puedo afirmar con total rotundidad que los de Barnsley han hecho ya méritos suficientes para ingresar en el top ten de las más grandes bandas de Heavy Metal de todos los tiempos. Ahí un peldaño por debajo de los citados en el párrafo anterior más Black Sabbath, pero a la altura de unos Accept, un Schenker, unos Queensrÿche –los de Geoff Tate-, y muy pocos más, porque su concierto del sábado fue una nueva exhibición de poder, de oficio, de garra y de saber hacer, regado todo ello con un repertorio espectacular.

Y llevan a este ritmo ni se sabe cuántos años, se nota que no van a parar, y no esperas de ellos el anuncio de un tour de despedida, porque no tendrán el tirón de otros, pero son ya también verdaderas leyendas. Valga como prueba la elevada media de edad de la mayor parte de la audiencia, melenudos canosos de cazadoras sin mangas llenas de parches sobre la camiseta negra, o el simple detalle de encontrarte al Pirata en la barra del bar donde te servían minis de Mahou pese al nombre de la sala, o de la mexicana Desperados, de la que dimos buena cuenta.

Entrando en materia, como todavía no se han inventado los días de 40 horas nos fue imposible presenciar el show de Seventy Seven, una pena teniendo en cuenta que la banda de los hermanos Valeta garantiza adrenalina por un tubo y es bastante mejor en mi opinión que otras que ensalzamos porque vienen de fuera, caso de los australianos Airbourne, pero sí que pudimos presenciar la actuación completa de Girlschool. Simpáticas, enrolladas, sin un sonido especialmente remarcable, tocaron temas de sus discos más conocidos, “Demolition”, “Hit and Run” y demás, más algunas actuales, destacando el intercambio de voces entre Kim McAuliffe y Enid Williams, recordaron a Ronnie James DIO y cerraron con su clásica “Emergency”.

Un placer tener delante a una de las bandas femeninas de Metal por excelencia, tal vez la primera de la que muchos tuvimos noticia en los 80, cuando la llorada Kelly Johnson militaba en sus filas y grababan y actuaban con Motörhead, pero poco más. Típico concierto de opening band que no pasará a la historia, aunque me alegro de haber disfrutado durante unos 45 minutos de la presencia de la bellísima Jackie Chambers (56 años la contemplan, y está hecha un pibón, pocas mujeres vais a encontrar en la escena que luzcan el cuero negro como ella), y la feota pero imponente batería Denise Dufort, con ese aspecto de tumbar a guantazos, de superar bebiendo Jack Daniels o simplemente de ganar un pulso a cualquiera de los “aguerridos” metaleros que poblábamos la sala.

McAuliffe se despidió presentando a los poderosos Saxon, y vaya si fueron “Mighty”.

Junto a sus acompañantes que ya se han convertido en eternos, los señores Scarrat, Glockler y Quinn más el nuevo Gus Macricostas, habitual en Battleroar, sustituyendo puntualmente a Nibbs Carter, tomó el escenario Biff Byford con su elegante guerrera de botones y su lacia melena rubia que hace décadas venció al paso del tiempo, y tras la mirada del puente de luces en forma de águila, como en los grandes días del Heavy Metal, cuando bajaba colgada al estilo del bombardero de Motörhead, la campana de AC/DC, el puente de luces de Maiden en el World Slavery Tour para cantar la rima del anciano marinero o tantos otros más, el quinteto ofreció otro concierto espectacular, con rescate de piezas que muchos no habíamos oído en vivo (“Rock and Roll Gypsy”, “Stand up and be Counted”, “Dallas 1pm”, el recuerdo al “Call to Arms” de 2011 con “Chasing the Bullet”…), los inevitables nuevos temas que sonaron de fábula, los clásicos de toda la vida que ya van conformando un sprint final memorable –sólo se dejaron “Motorcycle Man”, pero por supuesto sonaron “Heavy Metal Thunder”, “Strong Arm of the Law”, “20.000 Ft”, “747 (Strangers in the Night)”, las hímnicas “Wheels of Steel”, “And the Bands Played On”, “Denim and Leather”-, y el maravilloso final con “Crusader”, que cobró especial relevancia con las luces en forma de cruces, y “Princess of the Night”, la mejor de sus muchas extraordinarias canciones.

Como siempre un fenómeno Biff quitándose el reloj y rompiendo el set list, demostrando que no veía la hora de terminar, y el homenaje a Lemmy con una versión de “Ace of Spades”, que por supuesto sonó muy blanda a los oídos de quienes tuvimos el privilegio de escuchar en vida ese tema interpretado en directo por su autor original unas cuantas veces, aunque el detalle quedó de maravilla. Además nos dijo que el concierto se estaba grabando.

No pude ver a Saxon en directo hasta 2004, un domingo por la noche. Entonces sorprendieron con un concierto de más de tres horas presentando “Lionheart”, con Byford pidiendo al personal de la Sala Arena que cerrara las puertas con candado para que de allí no saliera nadie, y el del otro día es el mejor show que les he visto desde entonces.

Un saludo a los amigos con los que presencié la velada, don Pedro, doña Cecilia y por supuesto Cristina@The Princess of the Night, autora de la foto en la que podéis adivinar las alas del águila. Las condiciones de la sala no favorecían una realización de imágenes perfecta, pero ¡qué coño! Ahí tenéis el brazo de un Metal Head elevando los cuernos, qué más necesitamos???

Biff Byford: Voz
Paul Quinn: Guitarra
Doug Scarrat: Guitarra
Gus Macricostas: Bajo
Nigel Glockler: Batería