Rush - Rush In Rio

Enviado por Dieguitoacdc el Mar, 27/10/2020 - 16:28
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1. Tom Sawyer (5:04)
2. Distant Early Warning (4:50)
3. New World Man (4:04)
4. Roll The Bones (6:15)
5. Earthshine (5:44)
6. YYZ (4:56)
7. The Pass (4:52)
8. Bravado (6:18)
9. The Big Money (6:03)
10. The Trees (5:12)
11. Freewill (5:48)
12. Closer To The Heart (3:04)
13. Natural Science (8:34)
14. One Little Victory (5:32)
15. Driven (5:22)
16. Ghost Rider (5:36)
17. Secret Touch (7:00)
18. Dreamline (5:10)
19. Red Sector A (5:16)
20. Leave That Thing Alone (4:59)
21. O Baterista (8:54)
22. Resist (4:23)
23. 2112
24. Limelight (4:29)
25. La Villa Strangiato (10:05)
26. The Spirit Of Radio (5:28)
27. By-Tor & The Snow Dog (04:35)
28. Cygnus X-1 (03:12)
29. Working Man (05:35)

Si tuviera que enfrentarme a la ardua labor de hacer un listado de mis bandas predilectas, seguramente en los puestos más altos encontraríais a Rush (pocas dudas tengo sobre su presencia en estos). Y es que, para este ser sentimental que escribe, los canadienses han formado parte de la BSO de su vida desde que era un renacuajo hasta nuestros días. Es por ello que mi cariño hacia Geddy Lee, Neil Peart y Alex Lifeson es tan grande.

Pero bueno. Aquí los protagonistas son Rush no yo, por lo que vamos a hablar con calma de uno de sus numerosos álbumes en directo. Concretamente del gran “Rush In Rio”, un triple CD que, como buen “live album” del trío, muestra el despliegue técnico y sonoro tan poderoso que estas leyendas llevaron a cabo durante su extensísima trayectoria. Por ello, y aunque sean unos cuantos, siempre recomiendo detenerse en cada material en vivo del grupo (ninguno es igual).

“Rush In Rio” recoge el show que nuestros queridos músicos grabaron el 23 de noviembre del año 2002 en el Estadio Maracaná de Rio de Janeiro, durante la primera gira de los canadienses por Latinoamérica. Como muchos sabrán, este perteneció a la gira promocional de un disco al que guardo cariño como es “Vapor Trails”, al cual me gusta apodar siempre como “la resurrección de Rush” ya que sacó del retiro a un grupo que se había visto obligado a ser disuelto tras los trágicos fallecimientos de la mujer y la hija del eterno Neil Peart. Por lo tanto, este documento aquí reseñado tiene ese punto extra de emotividad ya que muestra la energía de una banda que se reencontraba con sus legiones de seguidores por todo el mundo tras años de incertidumbre.

El espectáculo roza las tres horas y, sinceramente, no le sobra ninguna canción (¿he mencionado ya la grandeza de estos músicos con sus respectivos instrumentos?). De hecho, algo que me encanta del repertorio que este nos ofrece es que recoge un poco de lo mejor de cada etapa, por lo que siento que los fans de las diferentes facetas del trío quedarían encantados.

Esta reseña, como todas las de Rush que he escrito, va dedicada a todos sus miembros, pero con especial cariño a Neil Peart, a quien extraño día sí y día también. Para mí el mayor genio que se ha sentado tras la batería.

Para abrir fuego nada mejor que un himno. Es por ello que la banda salta a escena como un “Tom Sawyer” que suena monumental y que ese agradecido público brasileño corea de principio a fin junto a Geddy Lee. La producción, a diferencia de la primera versión de “Vapor Trails”, que sonaba completamente cavernaria, es nítida para la época. Tras otro cañonazo como “Distant Early Warning” (¡viva los Rush ochenteros!) salta la sorpresa en el setlist con la inclusión de “New World Man” de ese “Signals” tan maravilloso y que siento que termina cuajando a las mil maravillas.

Una de las canciones modernas de Rush que más me gusta escuchar en directo es “Roll The Bones”, ya no solo por su ya memorable sección rapeada por un aparente esqueleto, sino por el sonido tan pulido del bajo de Mr. Lee y la percusión de Peart, quien rota entre lo acústico y lo electrónico dependiendo del momento. A continuación, aparece “Earthshine”, primera referencia directa al “Vapors Trail”, que a mí particularmente me gusta, aunque no me emociona tampoco. Eso sí, la banda vuelve a subir el nivel con esa joya instrumental llamada “YYZ” en la que cada músico hace magia con sus respectivos instrumentos, llegando a la gloria eterna (no es solo Geddy Lee y su bajo, sino esos punteos de Lifeson y los golpes veloces y precisos de Neil).

Tras una dupla siempre agradable de escuchar como “The Pass” (siempre defenderé el “Presto” como un disco notable del grupo) y “Bravado” (pocas cosas que añadir hacia este melódico caramelito), nuestros queridos artistas se marcan una lograda versión de su “The Big Money”. Pero si hay una canción que a vuestro humilde escritor ha enamorado siempre, esa es “The Trees” ya no solo por su peculiar trasfondo lírico, sino por esa estructura progresiva tan dulce y, al mismo tiempo, cruda. Rock de máxima calidad.

Ahora se vienen dos maravillosas canciones del “Permanent Waves” como “Freewill” y “Natural Science”, que, para nuestra divina fortuna, se intercalan con otra pieza añeja del grupo como “Closer To The Heart”. Estamos en el paraíso.

Ahora es el turno de una dupla más cañera que en este directo suena especialmente bien. Hablo, inicialmente, de “One Little Victory”, el cañonazo de Rock Duro en el que Neil se desmadra tras la batería con una percusión única, y la pegadiza “Driven” y sus riffs más crudos, por no hablar del momento solista de Geddy tras el bajo. Dos canciones más del VP como “Ghost Rider” (adoro la letra de esta) y “Secret Touch” antes de encontrarnos con “Dreamline”, la inolvidable overtura del “Roll The Bones”.

¿Fan del “Grace Under Pressure”? Pues estás de enhorabuena porque Alex Lifeson empuña la guitarra y anuncia con un inconfundible riff la llegada de “Red Sector A”, otro reconocido tema del grupo que hay que reconocer que les suena de escándalo en vivo. Segundos después, volverán las piezas instrumentales con “Leave That Thing Alone” y, todos en pie, un solo histórico de batería de Neil Peart (como todos los que hizo) titulado en esta ocasión “O Baterista”.

¡Qué bonita suena en este directo “Resist”! Para mí un diamante en bruto que, inexplicablemente, quedó en el olvido rápidamente pese a su hermosura y que la banda logra llevar a otra dimensión en este show.

Como vino siendo habitual en las últimas décadas, Rush siempre jugó bien sus cartas y supo sacar provecho de su virtuosismo para llevar al directo los dos primeros movimientos de “2112”, esa epopeya de 20 minutos que, para mí, resume a la perfección lo que es el Rock Progresivo. La interpretación, en este caso, de la “Overture” y “Temple Of Syrinx” es un regalo para cualquier oído con gusto exquisito. Los tres músicos hacen honor al nombre de RUSH y nos recuerdan por qué son una de las bandas más grandes de la historia. Pero es que la cosa, ahora va de clásicos, tal y como podrás comprobar a continuación con dos piezas perfectas como “Limelight” (la audiencia brasileña vuelve a darle un plus de calidad al material) y esa ostentación de la perfección que es “La Villa Strangiato” en la que, como siempre, Lifeson asoma la cabeza y parece decirnos “ey, no me olvidéis cuando hagáis un top de mejores guitarristas, ¿eh?”.

La audiencia carioca termina de enloquecer con los licks inconfundibles de “The Spirit Of Radio”, canción que siempre ganó en directo pese a su ya indiscutible grandeza en estudio. Algo similar sucede con la celebradísima “By-Tor And The Snowdog” de aquel memorable “Fly By Night” que suena cada semana por mi casa.

Como penúltimo número de este diamante en bruto tenemos una versión recortada, pero no menos gloriosa, de “Cygnus X-1: The Voyage”. La banda interpreta con firmeza la introducción de este tesoro de 18 minutos de extensión que abría mi querido “Hemispheres”, un disco perfecto como casi todos los de estos artistas.

Finalmente, y en una especie de guiño al pasado, los canadienses se despiden de Brasil con “Working Man”, aquel primer éxito de su debut, en el que las cuerdas vocales de Geddy suenan frescas, la batería de Peart incorruptible y, como en la versión de estudio, la guitarra de Alex escupe humo con su momento solista (ojo en este momento a la manera en la que Peart golpea los pedales). Un final exclusivo para músicos de tanta grandeza.

Como el hecho de haber tenido que concentrar el concierto en tres CDs en vez de en dos, la banda decidió añadir al último dos grabaciones adicionales para sumar más minutos al documento. Estas son “Between Sun & Moon” y “Vital Signs”, ambas extraídas de la misma gira, pero de dos shows diferentes (Arizona y Quebec).

En el Rock, en lo que a técnica se refiere, hay bandas buenas, muy buenas y, luego, está Rush. Como el resto de su catálogo en vivo, “Rush In Rio” es digno de la máxima nota y de la reverencia más grande posible.

Tom Sawyer

2112 y Limelight

One Little Victory

Resist

Geddy Lee – Bajo, voz y sintetizador
Alex Lifeson – Guitarra eléctrica y acústica
Neil Peart – Batería y percusión

Sello
Atlantic Records