
1. Medieval Overture (5:14)
2. Sorceress (7:34)
3. The Romantic Warrior (10:52)
4. Majestic Dance (5:01)
5. The Magician (5:29)
6. Duel of the Jester and the Tyrant (Part I & Part II) (11:26)
Supergrupos...siempre levantan grandes expectativas, pero la mayoría de las veces decepcionan. Completamente normal. Ver una formación compuesta por los mejores músicos de las mejores bandas alza la esperanza por los cielos, incluso algunas veces llega al espacio sideral. Casi siempre los, mal llamados supergrupos (Pocas veces la música resulta verdaderamente súper) no llegan a sus pretensiones.
Hoy estamos hablando de un verdadero supergrupo, es más ni siquiera súper, ULTRA-grupo, porque RETURN TO FOREVER en verdad tuvieron en 1976 una formación que es lo más cercano a la perfección que ha habido jamás. Con semejantes monstruos como CHICK COREA (esto no puede en minúscula señores), que ha estado metido en todos lo berenjenales habidos y por haber (MILES DAVIS, AL DI MEOLA, JOHN MCLAUGHLIN…). El mastodóntico, ciclópeo, enorme y cualquier otro adjetivo de grandeza que se les pueda ocurrir; STANLEY CLARKE (Aquí ningún miembro puede ir en minúscula), este bicharraco ha sido uno de los bajistas más importantes de la historia, pero aaah más cool es un Cliff Burton, Lemmy Kimilster o Flea ¿No? Son buenos músicos sí, pero en mi opinión son bajistas, y me perdonan la palabra, sobrevalorados en las dichosas listas de “mejores bajistas de la historia”. STANLEY CLARKE es tan bestia, que fue una de las principales influencias de JACO PASTORIUS, otro músico que revolucionó las cuatro cuerdas. Lo más escandaloso de esto, es que hay más…LENNY WHITE, una de las mejores baterías que he tenido el placer de escuchar, también conforma a este VERDADERO supergrupo, lo de esté músico no tiene palabra que lo describa. Pillín ¿Pensabas que eso era todo? ¿En serio? Jojojojo, no, no y recontra no, la guinda del pastel, guinda que por cierto es del mismo tamaño que el pastel, es nada más y nada menos que *redoble de tambores* Jesús en Tierra: AL DI MEOLA ¿Ven ahora lo que de verdad es un supergrupo? Yo me río en la cara de estos grupos que ya creen ser Dioses solo por reunir unos cuantos mismundis.
RETURN TO FOREVER, fueron unos de los pioneros en el matrimonio eléctrico-jazz, junto con MAHAVISHNU ORCHESTRA y los ya no visionarios, sino videntes SOFT MACHINE. Estos conjuntos de deidades no solo se conformaron con ser pioneros, siempre estuvieron mutando y evolucionando, ver su recorrido es presenciar el genuino viaje de un músico, verdadero ARTE, palabra que hoy en día se toma demasiado a la ligera por desgracia. Y es que en la actualidad se llama arte a cualquier cosa, desde “Merda d'artista”, que es literalmente mierda en lata, pasando por “Onement VI”, una pintura azul con una línea, que se vendió por 34 millones de Euros, hasta, la mal llamada música, reggaetón, dembow y pop moderno, “”””música”””” y esto va entre comillas por un triste suceso que está pasando en la realidad, y yo como joven de 18 vivo todos los días: Pasa que esas mal llamadas músicas se limitan a ser un divertimento de fondo, la gran mayoría de jóvenes ya no ven a la música como un arte, ni siquiera como una forma de entretenimiento ¡Qué coño! Ahora sirve como método de coger, para ponerlos en antros que parecen salidos de Mordor, todo con el fin de copular. Y claro, tampoco los culpo, hoy con innumerables medios de entretenimiento la música queda como un entretenimiento menor, cada vez esta maravillosa arte está en segundo plano y cada día se desvirtúa más su esencia.
Los negocios llevan por bandera a la música, pero que no los engañen ¡Esos no son músicos! Son hachas del marketing, magnates que vienen en varios formatos, a veces son los mismos empresarios los que llevan el disfraz de músico y en otras ocasiones los empresarios son marionetistas de caras bonitas disfrazados de músicos. Es triste que, en la actualidad, lo que se considera un artista no son más que meros payasos. Los juglares estos entretienen bien al pueblo, qué duda cabe, pero no me los llames artistas por favor…esa gente sólo se suma a las tendencias con el fin de lucrarse, pero no tienen aspiraciones musicales de ningún tipo, se montan en el tren de la fortuna y se limitan a eso.
Todo este rollo, viene para hacer contraste con la supuesta arte de hoy con lo que verdaderamente es ARTE y será ARTE por el resto de los restos ¿Pretencioso? Sí, no lo niego, pero que me venga a decir un reggeatonero radical lo que es música, lo siento, pero no lo soporto ¿Qué va a saber él de música, cuando solo se atiene a bailar “culeando”? Que me venga decir lo que es música alguien que la sienta, independientemente de que escuche pop, rock, jazz, flamenco, metal o jotas aragonesas.
“Romantic Warrior” es la obra maestra de un grupo, que parió varias obras maestras, no estamos hablando de un disco que se pueda ponderar con números, estamos hablando de lo más puramente bello, del alma de cuatro señores cantándonos los coros de ángeles más celestiales. Aquí se palpa la voluntad de un ser etéreo queriéndose comunicar con nosotros, inferiores seres humanos, con este disco presenciamos un mensaje superior que solo el 0.00001% de la población puede descifrar. Uno como obviamente no forma parte de ese 0.00001% no le queda de otra más que deleitar semejante acto espiritual poseedor de las más grandes pretensiones ¡Oh, Odín! Benditas pretensiones, moléculas inestables que mal manipuladas causan escatológicos desastres, pero que bajo buenas manos causan la iluminación máxima, capaz de hacerte trascender al Nirvana. Átomos sagrados.
Hablaría de todas las canciones del disco, pero me resulta una tarea cuasi imposible y tediosa para el lector, pues estaría horas parándome a contar los momentos que estremecen todos mis sentidos. Así pues, me limitaré a poner en la mesa de operaciones, con mi bisturí en mano al majestuoso guerrero romántico con su caballo y par de tórtolos: "Romantic Warrior".
“Romantic Warrior” el tema homónimo del disco, monta unas orgías musicales que es lo más próximo al cielo. Con una majestuosidad, que ya llega a ser hasta grosera, abre el tema. Pianos delicados, guitarras acústicas mágicas, baterías susurrantes y un espectacular contrabajo nos dan la bienvenida más hermosa que os puedan dar. Los instrumentos se complementan tan perfectamente que parece que los integrantes tengan el divino poder de la telequinesis, la sincronización es tan milimétricamente exacta que hay que verlo para creerlo. Esta bienvenida es la entrada a un portal de pura fantasía y esplendor, viajamos a un campo transdimencionalmente exótico donde la palabra magia pierde sentido porque estamos ante algo que supera dicho concepto. La canción nos acaricia, luego de darnos una calentada de motores parte en la más intensa sensualidad que usted pueda presenciar, es tan así esto, que el bajo llega a un punto erótico con sus gruesos deslices y suma elegancia. Acompañados de un AL DI MEOLA influenciado por Paco de Lucía, que, con su depurada y pulcra técnica, nos remueve todas las emociones como un tornado con sus alzapúas flamencas supersónicas. AL DI MEOLA se luce tanto, que te enceguece, pero como no, estamos hablando de un ULTRA-grupo.
TODOS se lucen. Momentos como el que nace a partir del minuto cinco, son segundos que me confirman que vale la pena vivir, aunque sea solo por la existencia de ese instante ¡El minuto cinco! El dichoso minuto cinco es una de las mejores experiencias que he vivido y lo será hasta que esté bajo una tumba. Nada más ese minuto podría ser estudiado segundo por segundo por las universidades más prestigiosas del universo. Nada más el quiebre que hace LENNY WHITE al comenzar el minuto cinco me resulta una de las maniobras más impresionantes que se han hecho con las baquetas, y me disculpan, sé dónde estoy, pero no me lo voy a callar: Ese instante, ese quiebre, él solito se come de un bocado a cualquier baterista de metal por más volado y rápido que me toque (Sean Reinert no cuenta, él trasciende el género), siento que nosotros, y me incluyo, tenemos la mala costumbre de valorar las baterías por la velocidad con que se toca, alabamos al que toca el doble bombo a mil por segundo, al que suena más bestia, al que quema los platillos, pero con ese minuto me di cuenta que la batería es MUCHO más que eso. Las percusiones van más allá de esas simples tonterías, tiene una profundidad y riqueza infinita y es que ese minuto cinco con LENNY WHITE demuestra que la batería da color al mundo, da relieve, es la tierra del campo que nos da flores, árboles, la vida. Cuando les dije que si mencionaba todos los temas no terminaba nunca, lo decía en serio, porque voy a seguir con el jodido minuto cinco, porque ese Dios que es AL DI MEOLA nos regala una guitarra preciosa y el adjetivo se queda corto. No entiendo como unos punteos me pueden transportar a una góndola navegando en una Venecia flotante, separada de la superficie. NO LO ENTIENDO. Y esa patética metáfora es uno de los millones de intentos fallidos de intentar describir lo que me produce ese santificado minuto, que es tan impactante que me hace creer que hay un Dios, que es real, que nos ama a todos y por ello nos regaló esta bendición.
Hablé del minuto cinco, pero ¡Después viene el 6! Específicamente en el minuto 6:30-6:55, mi piel no se pone de gallina, directamente, cada uno de mis poros se pone como un maldito cañón punzante ante esos breves, pero eternos segundos inmortalizados en mi sesera. Esa melodía, conformada únicamente por 25 segundos, es lo que más pelos de punta por microsegundo me pone en esta vida. Eso solo dos minutos ¡Solo dos minutos! ¿Tienen una idea de lo tremendamente divina que es “Romantic Warrior”? ¿Ah? Y eso es solo una canción, si nos vamos al disco entero pudiera seguir y seguir mientras muero por una sobredosis de placer.
Yo creo que, si el amor y el espíritu en unión hablaran, sería el sexto disco de RETURN TO FOREVER.
Lo siento, lamento de corazón mi incompetencia. Mil disculpas, sé que esto no le hace justicia al disco, ni nada de lo que escriba lo hará, podré derramar océanos de tinta, pero esta música dice más que cualquier palabra. Lo importante no es este vacío y pobre texto, que al fin y al cabo tiene cero importancia. Lo trascendental es la música, porque la música dice más que cualquier palabra, para eso fue inventada, para expresar lo que con el lenguaje es imposible. El lenguaje de la armonía y de la melodía: la verdadera lengua universal, que trasciende todas las barreras existentes y por haber.
¿Reseña pretenciosa? Totalmente, inundada de pretenciosidad. Pero qué quieres que te diga, este disco cambió mi visión, mi oído, mi vida, mi todo.
Considero que cuando entramos en estos terrenos, estamos hablando de algo que trasciende la misma música, un pedazo de cielo que nos es concebido por obra y gracia de algo que no sé qué es, mas indudablemente es un ser superior. Amo el metal con cada rincón de mi cuerpo, creo que aquí muchos lo saben, pero cuando hablo de este rollo simple y llanamente pienso que va más allá que cualquier ítem metálico subido en esta página.
¿Puntuación? No hay número que valga para esto.
Al Di Meola: Guitarras eléctricas, Guitarras eléctricas, Guitarra soprano, Campanilla, Flauta de émbolo.
Chick Corea: Piano, Piano Rhodes (eléctrico), Clavinet Hohner, Mini Moog, Moog 15, Micromoog, sintetizados analógico ARP Odyssey, órgano Yamaha YC45d, Polymoog, Marimba, Percusión.
Stanley Clarke: Bajo Alembic, Bajo Piccolo, Contrabajo, Campanilla, Bell Tree.
Lenny White: Batería, Congas, Timbales, Campanilla, Reloj depertador.