The Quireboys - A Bit of What You Fancy

Enviado por House el Dom, 19/07/2015 - 20:49
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El mundo del rock and roll está lleno de injusticias, de sueños rotos, de carreras truncadas, de bandas que pese a habérselo ganado por uno u otro motivo nunca obtuvieron el reconocimiento que realmente se merecían quedando relegadas solo para los oídos de los mejores melómanos. Está es más o menos las historia de los londinenses Quireboys.

Comandados por el obstinado pirata rocker Spike los Quireboys irrumpieron en la escena con una propuesta que los dejaba un poco en tierra de nadie. Pese a contener algunas referencias al hair metal/glam rock que aún dominaba el planeta, la propuesta de la banda bebía directamente de agrupaciones como los Rolling Stones o los Faces así como de compatriotas olvidados como los Dogs D’Amour, distanciándolos significativamente de gente como Poison o Warrant. Del mismo modo poco o nada tenían que ver con el tsunami de rock alternativo que, tan solo un año después de la publicación de este A Bit of What You Fancy, iba a engullirlos como a tantos otros.

Así pues, entre los últimos coletazos del hard rock ochentero y el inminente movimiento grunge procedente de Seattle, A Bit of What You Fancy presentaba en sociedad a los Quireboys con un soberbio ejercicio de rock and roll del que sencillamente ya no se hacía en aquel entonces —imaginaos hoy en día— repleto de pianos omnipresentes, ocasionales coros femeninos, puntuales arreglos de viento o cuerda, una voz rota y aguardentosa que parecía trasplantada de la garganta del mismísimo Rod Stewart y doce inspiradísimas composiciones que apestaban a bourbon y tabaco.

Canciones llenas de buen gusto, rock and roll vigoroso y estribillos memorables como 7 O' Clock, Man on the Loose, Hey You, Misled o There She Goes Again se encargaron de convertir A Bit of What You Fancy en un modesto éxito que auguraba a los Quireboys como a una de las formaciones más prometedoras de los incipientes noventas.

Un irresistible medio tiempo como Whippin' Boy parece beber en cierto modo de esas canciones de carretera y rollo cowboy que tan bien les sentaba a los Bon Jovi de temas como Wanted Dead or Alive o Stick to Your Guns mientras que Sex Party es un verdadero cañonazo de rock and roll festivo que encierra el espíritu salvaje y despreocupado de los difuntos ochentas.

La maravillosa Sweet Mary Ann y la mágica balada I Don't Love You Anymore son de esos temas que de haber sido interpretados por Rod Stewart veinte años antes hoy serian junto a Maggie May piezas ineludibles en el repertorio del veterano rubiales. También hay reminiscencias a Rod the Mod en la súper rocanrolera Long Time Comin' y en la hermosa Roses and Rings; la primera con unas guitarras que al final de ciertas estrofas parecen querer juguetear con la enorme Hot Legs y la segunda con unos hermosos arreglos de cuerda que recuerdan a la faceta más folk del pichabrava ingles.

El emotivo rock and roll final de Take Me Home pone el broche de oro a un trabajo sencillamente perfecto e imprescindible que permitió a la banda codearse con verdaderos monstruos de la escena como Guns N’ Roses o los Rolling Stones al tiempo que les dejo palpar con la palma de la mano la gloria que desafortunadamente terminaría por escurrirse de entre sus dedos dos años después con la publicación de su siguiente trabajo.

No voy a andarme con rodeos. A Bit of What You Fancy es, junto a Shake Your Money Maker y The Southern Harmony and Musical Companion de los Black Crowes, el mejor álbum de rock and roll genuino de los noventas. Punto.

Spike: Voz, guitarra
Guy Bailey: Guitarra
Guy Griffin: Guitarra
Chris Johnstone: Teclado
Nigel Mogg: Bajo
Ian Wallace: Batería

Sello
EMI Records