
01. We Will Rock You (Fast Version)
02. Let Me Entertain You
03. The Game
05. Somebody To Love
05. Killer Queen
06. I'M Love With My Car
07. Get Down, Make Love
08. Save Me
09. Now I'm Here
10. Dragon Attack
11. Now I'M Here (Reprise)
12. Love Of My Life
13. Under Pressure
14. Keep Yourself Alive
15. Drum Solo
16. Guitar Solo
17. Crazy Little Thing Call Love
18. Jailhouse Rock
19. Bohemian Rhapsody
20. Tie Your Mother Down
21. Another One Bite The Dust
22. Sheer Heart Atack
23. We Will Rock You
24. We Are The Champions
25. God Save The Queen
Hace unos años con el diario Marca, por solo dos euros más, te podías llevar a casa una serie de DVD’s de conciertos de varias bandas de rock. Así me hice con “A Night With Lou Reed”, “Clapton And Friends”, con el infumable Phill Collins a la batería o con “Legends Of Rock ’N’ Roll”, un compedio de titanes como B.B. King, Bo Didley, Little Richard o un salvaje y envejecido Jerry Lee Lewis tocando el piano con su mismísimo culo. Pero el primero de todos, y seguramente el mejor, fue “Rock Montreal”, grabado durante el doble recital que Queen ofreció en Montreal, Canadá, que constituyó el fin de la gira de presentación del infravalorado “The Game” (1980).
“Rock Montreal” (2007) había sido editado tan sólo uno o dos años antes de que me lo pudiese llevar a casa por ese precio irrisorio, y como me enteré posteriormente, también había sido editado en CD, así que hasta el momento no lo había catado. Pues bien, después de haberlo visto mil veces, sólo, con amigos (ya se sabe, las cosas buenas siempre gusta uno compartirlas con la gente que quiere), afirmo que es, para mi gusto, el mejor material en directo que editó jamás la banda británica.
Habrá quien pueda mencionar “Wembley ‘86”, disco que también tengo y me encanta. De acuerdo. Contiene momentos mágicos, la Reina quizá está en la cima de su popularidad, ellos están en plena forma, y el duelo vocal entre Mercury y el público debe de ser uno de los momentos más alucinantes de la historia del rock. Pero “Rock Montreal” es otra cosa. Lejos del baño de muntitudes que supuso “Wembley ‘86”, (ésto es un recital en un pabellón deportivo, el público son “sólo” unos pocos miles) Queen ofrece un concierto más crudo, más rock.
En Wembley la banda cuenta con un músico adicional, en la sombra, además de utilizar ciertos arreglos pregrabados para materializar en directo de temas de álbumes como “The Works” (1984) o “A Kind Of Magic” (1986). Aquí lo que hay es la base del rock: guitarra, bajo, batería, voz. Un piano que se alternan May y Mercury. Y ya. Freddie añade un delay en su voz para algún tema y Brian tiene una completa pedalera de efectos para su Red Special. El resto, sin trampa ni carton. Poco hecho, crudito, palpitante.
Y es que, que una banda tan grandilocuente, tan excesiva como ellos, tan dados a arreglos imposibles y complicadas harmonías vocales, pisen el escenario con la versión rápida de “We Will Rock You”, esto es, puro rock sin concesiones directo a la yugular, es toda una declaración de intenciones de lo que será el show. Freddie aparece con pantalón blanco, camiseta con el logo de Superman, muñequera de tenis y chupa de cuero, que le durará dos canciones. Comenzar como un trueno, con una lluvia de napalm sobre todo y sobre todos debería ser obligatorio en cualquier buen show de rock ‘n’ roll y nada lo ejemplifica mejor que esta versión vertiginosa de “We Will Rock You”. Freddy saluda al público y les pregunta si quieren volverse locos. Debe debe ser una pregunta retórica… ya lo están.
El hard rock potente continúa con “Let Me Entertain You” para pasar a un set de la actuación algo más reposado, con el piano como protagonista. Así se suceden “Play The Game”, que mejora considerablemente con respecto a su versión de estudio, o una enorme “Somebody To Love” que aúna potencia rock, feeling, calidad intrepretativa, comunión con el público. Pura magia: el sonido espacial de la Red Special de Brian, los coros de Taylor, Freddie Mercury desgañitándose y aporreando el piano a puros puñetazos… inolvidable.
El vodevil que supone “Killer Queen”, clásico entre clásicos de la banda británica, da paso a “I’m Love With My Car”, tema cantado y compuesto por el díscolo e infravalorado Roger Taylor para el inmortal “A Night At The Opera” (1975). “Get Down, Make Love” torna más eléctrico el show, con interludio psicodélico a cargo de las 6 cuerdas de May. Este tema de su álbum “Jazz” (1978) fue prohibido en Argentina por la Junta Militar, hecho que a la Reina no le importó en exceso ya que en su visita a este país durante la misma gira de “The Game” la tocaron en directo con un Mercury enfundado en la camiseta de la albiceleste con el número 10 que le regaló el mísmisimo Maradona. Dos genios como ellos tenían que conocerse sí o sí.
En “Save Me” Brian y Mercury se van intercalando el piano en otra intrepretación tan sentida como memorable, y “Now I’M Here” vuelve a traer del rock más atronador mezclándose con “Dragon Attack”, con ese bajo quebrantahuesos que uno imagina destrozando cristales y haciendo ladrar a los perros del vecindario.
La mágica interpetación de “Love Of My Live” supone el ecuador del show, con Brian a la guitarra acústica de 12 cuerdas y Freddie destilando feeling y talento, ya descamisado y sudando. “Under Pressure” era el single de éxito de Queen en aquel momento, escrito en colaboración con David Bowie; apareció en su próximo (y denostado) disco de 1982 “Hot Space” y es uno de los más celebrados por el público de Montreal.
“Keep Yourself Alive” es uno de los momentos más hard rock de todo el recital, con la guitarra de May convenientemente distorsionada y el galopante bajo de Deacon entrelazándose en uno de los mejores temas de la etapa setentera de la banda británica, para dar paso al pertinente solo de batería de Taylor. Nunca me gustaron los solos de batería y este no iba a ser menos: como mal menor, dura poco. Curiosamente el mejor solo de batería que he visto en directo fue realizado por el propio Taylor: en noviembre de 2008 la gira Queen + Paul Rodgers pasó por el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid (ahorrénse el Barclays no se qué: jamás lo llamaré así….) y tras el set acústico en medio de la pasarela, en la que Taylor sólo tenía un bombo, empezó a tocar mientras los pipas le iban añadiendo diversas partes: cajas, charles, platos, etc… y quedó, al menos, como el más original y entrenido que he visto.
Y después del solo de batería llega el de guitarra. Aunque no soy muy dado a efectos excesivos en las guitarras, May consigue aquí, a través de delays y demás parafernalia sonora, un collage de atmósferas y sonidos de lo más logrado.
El rock años 50 irrumpe en el show con el doblete “Crazy Little Thing Call Love”, en la que Freddie se cuelga una acústica por primera y última vez en todo el recital y May utiliza para el solo una Telecaster en detrimento de la sempiterna Red Special y “Jailhouse Rock”, popularizada por Elvis y que quí suena realmente espectacular.
Poco se puede decir de “Bohemian Rhapsody”. Todas las bandas tienen su gran tema mítico, y el Queen es este, por encima aún de los futboleros “We Are The Champions” y “We Well Rock You”. Como es habitual, la parte opéristica, imposible de reproducir en directo, viene regrabada para entrar de nuevo la banda entre explosiones varias y el delirio del respetable. Delicioso.
“Tie Your Mother Down” es uno de esos temas hard rockeros y atronadores de May que no desentonarían entre los clásicos del género de la época, con riffs convenientemente afilados y un solo con slide al mejor estilo de las bandas americanas de la década. “Another One Bite The Dust” es quizá el primer gran éxito de la etapa 80’s de Queen, y un buen exponente de la música que desarrollarian en los próximos años. Aquí en Montreal suena más agresivo que nunca, donde cada nota del bajo de Deacon parece casi un cañonazo.
Ya en la recta final, el tema de Taylor “Sheer Heart Atack”, nacido en 1977, plena era punk, es más ídem que todas estas bandas juntas. Para cerrar el show, la tripleta mítica que conforman “We Will Rock You”, “We Are The Champions” y “God Save The Queen”, y que cerraron casi todos sus conciertos desde 1977 hasta el fin de la banda.
Este “Rock Montreal” muestra uno de los momentos más memorables de una de las bandas más excesivas, históricas, carismáticas y exitosas de toda la historia del rock. Freddie Mercury está a la altura de su leyenda, incluso un poco más allá. Seguir hablando de él sería vacuo: ninguna sucesión de adjetivos le haría justicia. Deacon siempre fue el tapado, aunque escribió alguno de los grandes éxitos de Queen, sobretodo en la década de los ’80, si bien es cierto que no se suelen encontrar entre mis favoritos. Con el bajo en las manos es algo devastador y el contrapunto perfecto al protagonismo del resto de la banda. Taylor siempre me pareció uno de esos baterías carismáticos al estilo Keith Moon: actitud rockera, excentricidad, buen humor… impagable el detalle del bombo de su batería: donde otras bandas ponen el nombre del grupo o simplemente dejan el logo de la marca, en este show aparece… ¡su propia cara!
Y May… Ay, May. El tono de su guitarra es tan característico en el sonido Queen como la propia voz de Freddie. Aún recuerdo cuando lo ví en esa gira con Paul Rodgers: se encienden las luces y de repente estaba ahí, tocando el riff de “Hammer To Fall”. Brian May, pensé. El puto Brian May y está ahí, a veinte, treinta metros. Y llevaba colgada la Red Special con la que grabó tantos y tantos discos de Queen…
Como curiosidad, este “Rock Montreal” incluye un extra que no es ni más ni menos que May y Taylor comentando el concierto con sus chascarrillos, sus batallitas y sus anécdotas de la época y de muchas de las canciones, y además subtitulado al castellano. Todo un detalle que los editores de la promoción Marca hayan incluído esos extras, cuya edición podría quizá uno esperar que hubiese sido algo más chapucera.
La película es técnicamente impecable: calidad cinematográfica, planos acertados en todo momento… imperdible.
Freddie Mercury: Voz, piano, guitarra acústica, pandereta
Brian May: Guitarra eléctrica, guitarra acústica, piano, coros
Roger Taylor: Batería, percusión, voz, coros
John Deacon: Bajo, coros