
1. Predator
2. Addicted to Pain
3. Hollow Words
4. Buried Alive
5. Coming Home
6. Dream's Assassin
7. Escape From Nowhere
8. Outlaw
9. Wating Forever
10. Night of The Witches
Creados a partir de la disolución de Stormblade, los alemanes Predator, haciendo honor a su nuevo nombre, se pusieron las pilas de cara a su debut homónimo.
No iban a cambiar en demasía, vamos. Un nuevo nombre, por movidas de derechos, y, ala, a seguir dándole cerita a la onda powermetalerosa.
Viajecito compactote, del que te hace mover el cuellote un buen ratote.
Power salpicado por el Heavy de toda la vida. Un buen vocalista, unos buenos soletes, una batería poderosilla y épica velocisto-cabalgadora (trucutrúm, trucutrúm...ya sabes). Cero complicación, oye. Al tito Kai y al tito "Peavy" les fue de puta madre, ¿no?. Pues a ellos no tendría por que irles como el culo. Claro que, contando como andan las cosas, no siempre el entregar buen material va de la mano del éxito y el reconocimiento. Está el cementerio del Heavy Metal llenito, plagado a más no poder, de soldados que nunca debieron de morir. Pero les mataron. Nadie te asegura nada. Chuck Norris muriendo antes de salvar a los rehenes de "Delta Force". Una pena.
Cuando algo te funciona, esté de moda o no, sigue con ello. Erre que erre, al pie del cañón. La constancia, máxima en el reino metalero, da frutos. Amargos o no, claro, ya depende del jodido destino. La suerte, que se puedan alinear los astros de forma poco jodida, tener un buen mánager...en fín, jodiendas que, ajenas a la música, tienen su relevancia.
Dejando de lados las clases de "como moverse por el mundo metalerillo a nivel business", vamos con la obra del 2004.
Portadote asquerosote, con una larva repugnante, muy del estilo Alien, a puntito de saltarnos a la cara, introducirse por nuestra garganta, directita al estómago. Yo habría metido al jodido Depredador (o a un plagio descarado), el de la peli schwarzenesca, con su lanza y algún cabezón en la mano, aullando a la Luna (o movidas similares). Pero, bueno, yo no soy un miembro de Predator. Ellos sabrán. Aunque si algún dia tengo una banda a la que llamo Gato, joder, no pondré un perro en la portada. Rarezas.
"Predator" , el encargado de dar el pistoletazo de salida, el primer galgo en ponerse a correr, tiene una estructura rapidota, basada en el corte guitarrero, en la melodia que no se quiere despegar y en el chispazo. Producción que sabe sacarle el brillo a todo. Un vocalista, Marko, que tiene fuelle, que no tirará de agudos, al que, sin tener el nivel de los grandes, se le ve con agallas, y un buen montón de Metal de calité, joder, son elementos, a priori, que ya te enamoran del combo. Predator suenan, aún dentro de su homenaje a tiempos pretéritos, con mucha sal y pimienta. Y eso, en el mundillo Power, reino sobresaturado de clones sin alma ni personalidad, se agradece lo que no está escrito, macho.
"Addicted to Pain", en la que el voceras suena apagado y la historia mixturiza, y de forma muy obvia, a entes como Iron Savior, Priest, Maiden o Gamma Ray, cae en el error de abusar del estribillo, de martillear más de la cuenta. Una cosa es hipnotizar. Otra, y bien distinta, es dormirnos. Himno algo baratero. Aquí, coñes, nos han bajado el nivel respecto al track inicial.
"Hollow Words", más ochentera que la portada del "Walls of Jericho", me sorprende por su versatilidad. Tanto me funciona para intro de anime manga como para la escenita de entrenamiento del prota en la típica cinta, malísima, de artes marciales o para ponerme a jugar al Streetfighter. Potencia vacilona, con cierto poso Hard, que atrapa. Daniel Hinz y Niels Löffler, los guitarras, lo mejor de Predator. Se lucen, joder, los seis cuerdas. Haciendo chirriar a sus nenas como maestrotes.
"Buried Alive" (groovielona-corero-headbangerista-gammarayesca), "Coming Home" (Speed-Power que parece que anda de cachondeo, aunque la chicha solista, otra vez, es para quitarse el sombrerete. ¿Parodia con puntazo? Eso espero) y "Dream's Assassin" (la baladita), ya dejan claro que lo que nos venden Predator, que no está siendo una moto nada lentorra, nada cutrona (es más, es una cañita en según qué momentos), que se sale con los fragmentos guitarreros y atmosféricos, que brilla, no es nada que no esté destinado a acabar siendo olvidado.
Uno recuerda, a través del material de los alemanes, a Blind Guardian, a Maiden, a Gamma Ray, a Running Wild, a los Rage de los noventa o a Tad Morose. Eso está bien. Pero me dan ganas de escucharlos a ellos. No de seguir escuchando a Predator. Contraproducente movimiento el de Marko y sus colegas. Te venden el primer gramo. Pero te mandan a comprar a otros cuando quieres más. Así no harán negocio.
Es una pena, pues tienen "algo". Componen de puta madre y tienen nivel. Les falta el toque final, el acabado. Se disfrazan de los grandes. Y lo hacen bien. Pero les hemos calado. No son de los grandes.
"Escape From Nowhere", "Waiting Forever", una instrumental, "Outlaw", y el track final, "Night of the Witches", van a saco con el temita Hansen y no disimulan una leche. ¿Descartes del tito Hansen y regalados a los mendas? Si me lo dices, joder, me lo creo. La banda tiene nivel, demasiado, como para andar calcando el material, intocable además, del maestrazo del Eurometal.
Tienen sonidazo, elegancia y saben exprimir sus instrumentos. Mejor que le metan a la onda Fates Warning, que les va más, que al concepto "nuevos Hammerfall". Está muy visto ya. Y es una mierda.
Te aburrirás, saltarás de emoción y te enojarás al reconocer el plagio. 3 en 1, coñes. 3 cuernos (medios) para Predator. Es lo justo.
Clase, saber hacer y personalidad. En el lado negativo, claro, la vagancia total por indagar. Metal autocomplaciente. Y, coñes, demasiado plagiador. Demasiado.
Cruce Gamma Ray-Rage 90's. Buen material. No lo vamos a negar. E, insisto, pegadle un ojo (u oido) a los guitarras. Cracks.
Para el amante del Power 88-94. Aquel que no sabe aún que Kiske ya no canta en Helloween.
Marko Osterholz: Voz
Daniel Hinz: Guitarra
Niels Löffler: Guitarra
Max Schmieding: Bajo
Sebastian "Batta" Hinz: Batería