Praying Mantis - Nowhere to Hide

Enviado por Kaleidoscope el Sáb, 25/01/2020 - 05:33
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1. Nowhere to Hide (5:31)
2. Cruel Winter (5:53)
3. The Clocktower (5:11)
4. Can't Stop the Fire (4:54)
5. Future of the World (6:18)
6. Whenever I'm Lost (6:07)
7. You'll Never Know (5:39)
8. River of Hope (6:10)
9. Naked [bonus track] (7:53)
10. S.O.S. (6:46)

Álbum completo

No todo en la vida va a ser Thrash, Death, Black o Grindcore, en el corazón podrido de un amante de lo cafre y hórrido también hay un espacio para la felicidad azucarada ¿No? Entre la variedad de dulces hoy toca uno de alta calidad, palestería de clase: los siempre injustamente infravalorados Praying Mantis.

Al margen de lo más evidentemente brillante de la NWOBHM Praying Mantis mostraron una calidad desbordante claramente por encima de la banda promedio de la época, teniendo joyazas como aquel espectacular “Time Tells No Lies”, con el brillo de un diamante de muchos quilates, o el más melódico, pero igualmente brillante “Forever in Time”. Lamentablemente los británicos no aprovecharon el posible impulso que pudieron haber tomado luego de su disco debut, cayendo en aquel vacío que todo lo traga en el cual cayeron muchas bandas prometedoras de la NWOBHM; muchos cambios de formación y varios discos para nada malos, pero sí muy menores a comparación con lo que habían hecho en sus inicios hasta que llegó aquel colosal “Time Tells No Lies”, sin embargo, ya era demasiado tarde, tenían con qué triunfar, pero nunca jugaron bien sus cartas, igualmente una cosa no quita la otra: siguieron entregando calidad.

Esta vez nos despedimos de la mítica mantis religiosa como protagonista de sus portadas (la cual volvería aparecer pletórica en el 2015) y con ello se podría pensar que vendría un cambio drástico del sonido ¿Cierto? Pues la respuesta no es ni sí ni no, sí bien es cierto que en este prácticamente dejan atrás los elementos Heavy para ir a una dirección ya claramente Hard AOR, no es nada de qué extrañarse teniendo en cuenta que la banda iba hacia sonoridades más “light” desde hace años.

Sorprendentemente la formación del “Forever in Time” se mantiene intacta, aún con Dennis Straton en sus filas y con el gran Tony O’Hora al micro. Ya desde la canción homónima se puede ver que los elementos AOR que antes se asomaban moderadamente son lo que predominan: teclados protagónicos, coros melódicos envolventes y guitarras más contenidas pero que mantienen la potencia. Habrá quien dirá que se vendieron, que se bajaron los pantalones o que se volvieron unas “nenas”, pero yo soy de los que defienden el AOR, el cual está lejos de ser mero pop radial, porque a lo mejor para la gente con prejuicios es difícil encontrar el “rock”, pero ya les digo que en el pop no vas a encontrar los guitarrazos que se esconden entre teclados y voces armonizadas del AOR, e incluso yéndonos a la parte más “azucarada”, como lo pueden los estribillos coreables hasta decir basta, hay una clara intensidad que la mayoría del pop comercial carece ¿Intensidad? Pues sí, y es que escuchando varios de los coros de este “Nowhere to Hide” se me viene mucho a la mente la palabra abrasivo, y es que la forma en que Praying Mantis armonizan sus coros me resulta realmente abrasivo, no a lo Slayer, Dark Angel o Kreator por supuesto, pero sí resulta abrasivo por la energía desbordante que transmite y amigos, eso es algo característico del rock y a veces equívocamente se tachan de pop algunas formas de cantar cuando en la realidad no lo son del todo.

Pero bueno, dejando a un lado la charla sobre la intensidad rockera del AOR que brilla por su ausencia para la mayoría que mira despectivamente al género como una malformación o desviación, toca un poco hablar de la séptima placa de Praying Mantis ¿No?

Antes sonaban más a Thin Lizzy y a Iron Maiden, ahora suenan mucho a Asia, Magnum y Boston ¿Y qué? Normalmente de un puritano amante de lo pesado como yo habría quejas con semejante cambio, pero en el caso de Tino Troy y cía me es imposible echarles mierdas o tacharlos de vendidos, porque a diferencia de muchas bandas que se suavizaban para buscar más ventas o intentar aparecer en la radio, Praying Mantis no buscaban el éxito fácil ni se prostituyeron por el dinero, no y no, porque ya me dirán ustedes quién coño pretendía hacerse rico tocando Hard AOR en pleno año 2000 cuando este estaba en declive. La evolución de las “mantis religiosas” es claramente natural, una inquietud creativa por un estilo que seguramente desde un principio el bueno de Troy quizo explorar, porque incluso desde aquel “Time Tell No Lies” se le veía el plumero.

Normalmente en un álbum de esta naturaleza se hace una descripción tema por tema en orden, pero es algo que encuentro tedioso e innecesario en este caso. Si bien es cierto que “Nowhere to Hide” marca un bajón algo considerable con respecto a su anterior lanzamiento no es algo que reprochar fervientemente teniendo en cuenta la enorme calidad del “Forever In Time”, el listón estaba alto y era muy difícil de superar o mantener, no obstante, a pesar de la notable curva en descenso la clase, la elegancia y sobre todo el buen gusto en las melodías sigue siendo muy, pero que muy notoria, porque al fin y al cabo dicha curva hacia abajo no es tampoco excesivamente pronunciada.

La agrupación nos sigue regalando auténticas joyazas como la excelente muestra de maestría de una banda ya veterana en la brutal “The Clocktower” o la arrolladora y flameante “Can’t Stop the Fire” que trae de vuelta aquellos guitarrazos Heavys de Dennis Straton y Tony Troy que se combinan perfectamente con las secciones más melódicas y qué decir del nada pretencioso, pero sobrio y glorioso solo de “Future of the World” con esas líneas de bajo tan exquisitas de Chris Troy, el cual se luce a lo largo de todo el disco o de la camaleónica “River of Hope”, tan variopinta y versátil con un tratamiento de guitarras que no hace más que exhibir la pericia de la banda a la hora de unir riffs maidenescos y folclóricos con secciones más cristalinas y calmadas, un auténtico temazo que en manos de otro grupo posiblemente hubiese sido un despropósito sin cohesión. Sin embargo, no todo en el álbum es brillante...aunque no me atrevería a decir que hay un tema verdaderamente malo si hay unos claramente más flojos como “Whenever I`m Lost” donde suenan ya demasiado a Boston y abusan de los estribillos coreables hasta al punto de ser cansino, pero más allá de dicho tema todo y cada uno de los tracks esconden momentos especiales y algunos mucho más que especiales como los de la espectacular “S.O.S”, mi predilecta del álbum de lejos, y es que es una canción que resume todo lo que tiene ofrecer el disco con una ejecución sólida como una roca, que desprende una energía abrumadora y buen rollera que te pone sube los ánimos inmediatamente...y ese final es simplemente espectacular, llegan al clímax con guitarras que parecen cantar, con un bajo cabalgante e incesante que parece nunca mirar atrás y unas guitarras explosivas que te llevan al cielo. Temas como “S.O.S” me hacen ver un futuro prometedor por delante, que lo que está por venir es bueno.

En síntesis, “Nowhere to Hide” es un elepé que, a pesar de mostrar cierto agotamiento creativo, repetición de ideas y una duración algo excesiva para su propio bien, vale realmente la pena por aquellos pequeños momentos sublimes que atesora. Tal vez si hubiesen echado un poco la tijera en la duración de algunos temas e incluso prescindir de algunas canciones el disco hubiese quedado más redondo.

P.D: Aunque suene contradictorio luego de haberme quejado de la longitud del álbum, recomiendo encarecidamente la edición de Frontiers Records que incluye el bonus track “Naked”, que a pesar de elevar la duración del conjunto a una hora merece la pena y MUCHO, porque es tremendo TEMAZO que de haber sido incluído en la versión original tranquilamente hubiese sido la mejor del disco junto con la celestial “S.O.S” y “River of Hope”.

Puntuación: Un merecido 8.0 que se traduce en cuatro cuernos justos o tres altísimos.

Tony O'Hora: Voz
Dennis Stratton: Guitarras
Tino Troy: Guitarras, Teclados
Chris Troy: Bajo, Teclados
Bruce Bisland: Batería

Sello
Frontiers Records