
1. Coil
2. Heir Apparent
3. The Lotus Eater
4. Burden
5. Porcelain Heart
6. Hessian Peel
7. Hex Omega
Para unos el principio del fin, para otros una buena obra a tener en cuenta. “Watershed”, el noveno trabajo discográfico de los suecos Opeth ha sido hasta el día de hoy motivo de mucha polémica, dirigida por dos sectores que difieren por completo en su opinión sobre el disco: unos lo consideraron una enorme decepción, otros vieron en él una buena muestra de calidad y fortaleza por parte de la agrupación de Akerfeldt. Yo por mi parte, me encuentro entre los que opinan que pese a no alcanzar la notoriedad de trabajos como “Still Life”, “Morningrise” o incluso “My Arms, Your Hearse”, es un álbum muy disfrutable, con algunas composiciones realmente memorables que lo hacen merecedor de una oportunidad.
El trabajo de 2008 supuso la entrada de dos nuevos miembros en la agrupación: el guitarrista Fredrik Akesson (que llegó para sustituir a Peter Lindgren quien desertó por pérdida de interés hacia la banda) y el baterista Martin Axenrot (quien sustituye al enorme Martin López, quien se vio obligado a dejar la agrupación en plena gira de “Ghost Reveries” por problemas de salud). Tengo que decir que pese a que Axenrot no me parece un mal baterista, no le veo la misma versatilidad que si tenía López en las baquetas, quien otorgó durante su estadía un toque, si se quiere, jazzístico a la base rítmica de la banda. No se me malentienda, Axenrot funciona muy bien tras los parches, pero no tiene ese toque sutil que si veía en los ritmos marcados por López en trabajos anteriores.
Algo que se hace evidente tras escuchar este disco y que sirvió de queja de muchos fans es que Akerfeldt poco a poco iba abandonando su hábito de usar guturales. Si bien en “Watershed” hay presencia de guturales, la voz limpia toma mayor protagonismo a lo largo del LP. También podemos encontrar frecuente uso de guitarra acústica y algún que otro aire a su obra de Rock Progresivo “Damnation” lanzada en 2003 como contraparte del burrísimo “Deliverance”.
“Watershed” da inicio con “Coil”, una pequeña introducción tocada únicamente con guitarra acústica y cantada a dúo por Akerfeldt y la cantante invitada Natalie Lorichs. Una pieza breve y muy bella que nos sumerge de lleno en esa atmósfera de melancolía que caracteriza a todas las obras de Opeth. “Coil” muere a sus tres minutos de vida para dar la bienvenida a la aplastante “Heir Apparent”, composición que a primera vista posee una ambientación casi Doom, dirigida en gran parte de su primera mitad por un ritmo lento y agobiante que la convierten en la canción más asfixiante del disco. Durante el desarrollo del tema hay presencia de arreglos acústicos y una buena participación en los teclados por parte de Per Wiberg, pero en general, la distorsión y las voces guturales son los protagonistas. Destacar ese climax de antología que tiene lugar en 05:58, de ahí en más hasta el final del tema, tiene lugar uno de los mejores y más intensos momentos del álbum.
“The Lotus Eater” es más optimista en relación a su antecesora, un tema más versátil e intrincado, y con algunas melodías realmente emotivas. Es una composición muy rica en matices y en cambios de tiempo. Akerfeldt alterna voces limpias y guturales mostrándose más variado que en el tema antecesor. Axenrot también cumple de sobra su performance, otorgándole a la pista un toque más extremo y agresivo con su base rítmica. Atención a ese pasaje en 05:45, una sección, cuanto menos curiosa al tratarse de la banda que nos ocupa.
A partir de este punto el álbum se sumerge en aguas mas calmadas, con protagonismo de acústicas y Akerfeldt en su versión vocal más melódica. “Burden” es una composición que remite a la faceta más setentera y progresiva de la banda, hay quienes la odian, otros que la adoran. Se puede percibir cierto aire a lo que sería su obra más polémica hasta la fecha (incluso más que la que nos ocupa) “Heritage”, en donde los suecos toman un sendero musical más clásico que se aleja por completo de lo que habían hecho hasta el momento. Aún así sin ser esta versión de Opeth mi favorita, lo considero un gran tema que al principio se atraganta un poco, pero conforme a que se le repasa, acaba siendo muy disfrutable.
La fúnebre “Porcelain Heart” se alza para un servidor como uno de los temas bandera de “Watershed”, gracias a la desoladora performance de Akerfeldt, quien nuevamente hace principal uso de voces limpias en una melancólica y depresiva pieza que emana en ciertos momentos un ambiente muy a lo “Damnation”. Es uno de esos temas que uno simplemente no quiere escuchar en un momento de suma tristeza.
“Hessian Peel” con sus once minutos y medio es el tema más largo del disco. Durante los primeros cinco minutos el grupo continúa remitiéndonos a la majestuosa obra de 2003 presentando un bellísimo trabajo en la guitarra acústica e incluso haciendo inclusión de violines que con su melodía agregan un punto extra de emotividad a la composición. Los suecos vuelven a la agresividad en 05:45, en donde inesperadamente descargan toda su adrenalina a base de un doble bombo supersónico, guitarras distorsionadas y un Akerfeldt en su versión más violenta. A partir de este punto hasta 07:24, en donde quitan el pie del acelerador, los suecos ejecutan uno de los pasajes más bestias del LP. El tema continua con un ritmo contundente hasta su finalización. Para el que aquí escribe, otro punto álgido de “Watershed”, un tema que resume todo lo que es Opeth a nivel musical.
El álbum finaliza con “Hex Omega”, tema que comparte similitudes con el desarrollo de “Porcelain Heart”. Akerfeldt, en su labor vocal se presenta calmado y casi susurrante en una canción que si bien no es mala, no aporta demasiado al disco a estas alturas. Un tanto innecesaria, a decir verdad.
En definitiva, “Watershed” al contrario de la opinión de una gran parte del sector de fans de Opeth, es para un servidor un buen disco. Posee buenos temas, buena ejecución, y una gran producción. Si bien es cierto que la inspiración de obras como “Still Life”, “My Arms, Your Hearse” o “Ghost Reveries” ha desaparecido y que el último tema se toca un tanto innecesario, el LP se mantiene firme y se defiende bien. Lo dicho, un buen álbum, que aunque no se acerca a las mejores entregas de la banda, se disfruta bastante, y eso para mí es suficiente para otorgarle tres cuernos bien altos.
Mikael Akerfeldt: Guitarra & Voz
Fredrik Akesson: Guitarra
Martin Mendez: Bajo
Martin Axenrot: Bateria
Per Wiberg: Teclados