Obituary - Inked in Blood

Que la industria discográfica hace años que va de capa caída (en todos los sectores, no solo en el Metal), es algo que todos sabemos. Los tiempos han cambiado y las descargas ilegales, el abusivo precio de los cd’s, las comisiones de los intermediarios y un largo etcétera, han hecho que ganarse la vida tocando Metal sea un privilegio reservado para unos pocos elegidos. Pero el caso de Obituary nos deja entrever que el problema es aun más profundo que una menor venta de discos.

¡OBITUARY! Una jodida leyenda del Death Metal, pioneros de dicho género incluidos en la productiva hornada de bandas deathers de finales de los ochenta principios de los noventa, junto con otras instituciones como Death, Morbid Angel, Deicide, Suffocation, Cannibal Corpse, Autopsy, y algún otro que seguro me dejo, ¿tienen que andar pidiendo dinero a sus fans para grabar un nuevo disco? La reacción por suerte para ellos fue espectacular y en veinticuatro horas ya tenían los 10.000 $ que pedían para ello. Aunque aquí pueden haber dos versiones, la primera es que no había discográfica alguna que apostara por ellos, la segunda que fueran ellos mismos quienes decidieran optar por este sistema de financiación para evitar que la discográfica les sangrara. Yo dejo ambas posibilidades en el aire, solo las discográficas y sobretodo los propios Obituary pueden opinar con fundamento al respecto, pero lo que sí sé es que deja un mal sabor de boca que una banda como esta se tenga que ver así.

También es verdad que Obituary no ha vuelto a acercarse, ni por somo, al nivel exhibido en sus tres primeros discos. Con el paso de los años la banda se ha vuelto harto previsible, como podremos comprobar por enésima vez con este “Inked in Blood”. Pero ello no quita que su peculiar Death/Groove Metal siga siendo muy disfrutable, y que todavía arrastren un buen número de fieles seguidores que siempre esperan con ilusión un nuevo trabajo de estos “machacasaurios”.

Si algo ha caracterizado la carrera de Obituary desde sus inicios, es su capacidad para crear un sonido propio y distinguible como pocos. Comenzando por ese riffeo tan pesado y machacón copyright de Trevor Peres, secundado a la perfección por la infalible sección rítmica de Donald Tardy y su martilleante doble bombo, y terminando por la voz más peculiar (no digo la mejor) que ha dado al historia del Death Metal. Esos “gallos”, esa garganta resquebrajada de John Tardy jamás ha tenido imitador posible.

Con la espina dorsal intacta, la ayuda del prolífico bajista Terry Butler (Massacre, Denial Fiend, ex Death, ex Six Feet Under) y el desconocido guitarrista Kenny Andrews, Obituary se pone manos a la obra. Y arrancan rápidos y agresivos, con un tema que nos recuerda bastante a “Threatening Skies” de aquel “Back from the Dead” de 1997. Pero por desgracia, este tema que tan buenas sensaciones nos deja, acaba siendo una simple punta de lanza seguida por un largo palo de áspera madera, y no será hasta el primer oasis en el desierto “Violence”, donde la banda vuelve a imprimir algo de velocidad. Operación que solo se volverá a repetir una vez más en “Minds of the World”, por cierto uno de los mejores cortes del disco.

Y al igual el párrafo anterior ha sonado a decepción o algo así, y tampoco es eso, si no más bien desazón. Todos sabemos del gusto de los de Florida por esos temas tan machacones, densos, repetitivos y pesados, y su capacidad para aplicar la esencia Groove al pútrido Death es digna de admiración. Pero viendo lo bien que responden los tres temas más veloces, creo que al global del disco le hubiesen venido bien un par de temas más de esa índole en detrimento de los temas más “estancados” mencionados. Véase que “Violent by Nature” y “Visions in my Head” son dos cortes prácticamente idénticos, en su estructura y en esa velocidad a medio tiempo tan característica. Algo similar a lo que ocurre con “Pain Inside” y “Back on Top”. Entonces si suprimimos alguno de esos cortes y añadimos otros más veloces, creo que el disco hubiese ganado en dinamismo.

Del resto de temas me quedo con “Deny You” y su hedor a “Whe Who Are Not as Others” de Sepultura, y sobretodo con su parte final donde ese riffeo de esencia blacker secundado a la perfección por ese metrónomo humano del doble bombo que es Donald Tardy, te parten por la mitad. Aunque para cruje huesos nos quedamos con “Minds of the World” mencionada anteriormente, uno de los temas más completos del plástico, donde velocidad y pesadez se conjugan a las mil maravillas.

Obituary ha cuajado un buen regreso, que cumple las expectativas pero que tampoco es para tirar cohetes. Pecando quizás de ser algo repetitivo en algunos cortes, al igual les hubiese valido más la pena dejar el disco en nueve temas y escasos cuarenta minutos de duración (clásico del Death Metal Old School), que alargarlo para no ofrecer nada nuevo. Y es que en ocasiones; menos es más. Aun así hay temas muy disfrutables y que se quedan grabados en el cerebro con suma facilidad. Un disco que los fans de la banda disfrutarán de buen gusto aunque no aporte novedad alguna. Así que si necesitas tu dosis de Obituary “in vein” aquí la tienes, a buen seguro que no te va a defraudar, aunque quizás te quedes con la sensación que podían haber dado un poquito más de sí. Por eso le otorgo tres cuernos altos, muy altos, rozando el 7/10, pero que no llegan a los cuatro.