Negură Bunget - Tău

Creo que no debería ser necesario el decir que cualquiera al que le guste mínimamente el Black Metal y tenga dos dedos de frente, cosa que no siempre va pareja, debería como mínimo darle una oportunidad al mil veces mentado Öm de esta banda que nos ocupa, Negură Bunget. Tras las peleas que tuvieron como consecuencia la disolución del grupo, parece que Negru, percusionista y batería, robó vilmente el nombre y concepto del asunto, y aún así parió de su propio puño y letra un disco mucho más que interesante como fue el Vîrstele Pămîntului, anteriormente reseñado en este mismo Portal.

Pese a ello hay que reconocer que fue adelantado por la derecha, aunque tampoco a full throttle como a muchos fans les pareció en su momento, por la banda que montaron los otros dos integrantes del grupo, Dor De Duh. Aún así, Vîrstele Pămîntului fue un disco mucho más que digno, interesante y lleno de matices que demostró que el batería era más que capaz de liderar un proyecto dominado por él mismo, quizá con mala fe, pero ¿cuántas veces la mala fe ha sido motor de discos excepcionales? Yo os lo digo. Incontables.

El tema es que Negru lo intenta, y para ello pare en este 2015 el inicio de una trilogía. Sobre los Cárpatos rumanos. Bueno, no es muy original, y ciertamente es pretencioso, pero en estas estamos con este Tău. Se supone que representa el arriar las velas para un proyecto sin Hupogrammos ni Sol Faur, que eran los que manejaban el temazo cuando los tiempos dorados (relativamente) de Măiastru Sfetnic, 'N Crugu Bradului y el mil veces loado Öm. O tempora, O mores.

El caso es que repitiendo la formación que dió lugar a Vîrstele Pămîntului, la banda pierde cierta capacidad de sorpresa. Si bien es cierto que nadie esperaba que la cosa fuera para delante sin los dos mentados popes del Black rumano, tampoco Negru parece decidido a dar un auténtico empujón. Al final de la corrida da más bien la impresión de que Negură Bunget no quiere dar ni un paso para delante ni un paso para atrás, así que se conforma con traernos una propuesta que sin dejar de ser interesante sí que representa una especie de freno de mano entre lo que pudo ser y no ha sido y se apega en lo posible a la fórmula desarrollada en su mencionado disco anterior.

Y con ello no quiero decir que no tenga calidad, pues es bien sabido que los rumanos no son cojos ni mancos ni castrados. Pero bien es cierto que perdieron magia en su disco anterior, y que para afrontar algo tan pretencioso como una trilogía hace falta algo más de lo que nos traen en este Tău.

Un disco que hereda directamente todo lo trabajado en Vîrstele Pămîntului pero que por eso mismo pierde la capacidad de sorpresa. Que suaviza las formas y va progresivamente abandonando los signos más puros del Black Metal para abrazar cada vez más una mezcla bastante inapropiada de Avantgarde/Folk que no llega a llenar al fan de sus trabajos anteriores.

No hay mancha en la factura instrumental del trabajo. Todos los temas suenan nítidos, con un trabajo de sonido folk espectacular. Flautas, teremín, percusiones rumanas y demás toman completo control de la inicial "Nămetenie", en un ejercicio heredado del disco anterior, y que como tal ralla a gran altura, dando protagonismo a las partes de instrumentación tradicional e introduciendo growls y secciones más Black en su justa medida. El problema empieza a partir de aquí.

Porque por más valido que sea el argumento de Negru para espolear a la banda, no deja de renunciar a la experimentación para repetir fórmulas. Todo está en su sitio y más que medido, pero aquellos que se hayan molestado en indagar en el pasado de los rumanos encontrarán todo esto, como mínimo, de un nivel bastante normalote para lo que podría ofrecer Negură Bunget si estuviera la cosa a punto de caramelo como siempre ha parecido que iba a estar.

Ya hay ciertos visos de irregularidad en "Izbucul galbenei", que se encarama como una pieza apegada a lo más normal del Black melódico, con sus partes de teclado intentando crear una oscuridad que no llega a cuajar del todo.

El grupo muestra su mejor cara de nuevo en la balada "La hotaru cu cinci culmi", con partes recitadas y folk muy trabajadas, pero no aporta nada que no haya exprimido ya hasta la saciedad. "Curgerea muntelui" insiste en lo ambiental con un punto menos de brillantez, incluso introduciendo líneas de trompetas locas en un giro un tanto jazz que tampoco sorprenden ya a nadie a estas alturas.

"Tărîm vîlhovnicesc" intenta subir una marcha, pero se queda a medias en el intento y la inclusión de medios tiempos, partes ambientales y organillos de feria hace que el tema se resienta pese al monstruoso trabajo de percusión de Negru. Las flautas y marcha general de "Împodobeala timpului", con la colaboración de Blasphemer, de Aura Noir, insisten en el ambiente creado en el tema anterior, pero de nuevo se peca de irregularidad y sólo se gana interés, aunque sea más como curiosidad, cuando el tema se despega de la línea dura y se acerca a campos que recuerdan a una especie de festival de campamento romaní, metiendo voces femeninas en la mezcla.

"Picur viu foc" intenta echar la vista atrás a la carrera del grupo con acierto, pero de nuevo las atmósferas que se ensayan no llegan a hacerse palpables, como era costumbre en la banda, y la estructura repetitiva del tema no le ayuda a destacar, mientras que "Schimnicește" intenta cerrar el trabajo de forma oscura y misteriosa, pero no lo acaba de conseguir de nuevo.

Compositivamente este Tău se resiente de la pérdida de Hupogrammos y Sol Faur y engrandece a su predecesor, donde sí que parecía que Negru iba a conseguir capear el temporal. No es un disco ramplón, tiene calidad y momentos excelentes, pero es probablemente lo más flojo que han editado los de Timișoara en su carrera y como primera piedra de una trilogía no llega a estar a la altura de lo que se esperaba de él. Tres cuernos algo justos para otra de las decepciones relativas de este 2015.