
1. Descending Into The Deepest Abyss Of The Self And Deny The Creator Of Lands and Seas
2. The Doctrine of Transcendental Invocation
3. Buer, Président de l'Enfer Noir
4. Code, Meditation and Conduct in Entering the Inferior Realm
5. The Cryptic Exorcism of Peace and Joy
6. From the Profound Subterranean Winds
7. Summoning the Lords of Tragedies Storm
8. The Signal Of The Evil Existence (Rotting Christ cover)
Dentro de los muchos rasgos que caracterizan al ser humano, hoy se me antoja destacar uno en particular. Un rasgo que, en la vida diaria, incluso puede llevarnos al objetivo deseado, pero siempre con consecuencias colaterales negativas y, en ocasiones, funestas. ¿De qué rasgo hablo? De la violencia, señores. La violencia es tan vieja como la existencia misma, está presente en todos los rincones del planeta y vive dentro de cada ser humano que haya pisado éste mundo.
Pero, dejando de lado la reflexión psicológica, en el mundo del arte, y particularmente en la música (la nuestra, por supuesto) la violencia siempre ha ocupado un sitial de lujo, sea como elemento lírico o característica sonora. Claro está que canalizar la violencia inherente a la naturaleza humana en la música no ha sido siempre un acierto, pero cuando se ha hecho de buena forma, el resultado siempre ha sido de gran calidad y valía artística.
Si hablamos de bandas cuya propuesta es tratar los oídos y el cerebro del oyente como a un saco de boxeo, obligadamente tenemos que adentrarnos en el Grindcore. Y cuando éste se fusiona con el Black Metal, lo único que podemos esperar es un vendaval de esquemas "musicales" retorcidos, riffs asesinos, baterías a todo trapo y voces salidas del inframundo. Todo, por supuesto, maquinado por mentes que parecieran estar desquiciadas al límite, o que ya hayan perdido la chaveta hace mucho.
MONGE (equivalencia en portugués para "monje", para los algo despistados) surgió en Brasil en el 2012, como un proyecto paralelo a Facada, banda de grindcore en la que militan los tres integrantes del grupo. Asimilando la influencia de gente como Anaal Nathrakh, Killgasm o Chronocide, estos tres músicos brasileños juntaron ideas y las plasmaron en la brutal demo homónima que os traigo aquí. Demo cuya calidad sonora podría no parecer decente tratándose de una grabación de estos tiempos, pero es justamente la producción sucia, cruda y saturada la que contribuye, y mucho, a crear esa atmósfera salvaje, esquizofrénica, caótica y oscura que despide el trabajo de los brasileños. Vamos a por él. Y ojalá no salgamos demasiado apaleados, aunque en realidad eso sea algo inevitable.
La intro acústica, (“Descending…” para abreviar el kilométrico título), empieza con una calma que podría tildarse de irreal, porque lo que evoca es un lamento desesperado, un grito ahogado de soledad y locura, el horror que podría experimentar cualquiera que pise los caminos que llevan a las puertas del Infierno. Minuto y fracción después, empieza la masacre sónica. Y aquí sería inútil describir pista por pista, porque la sensación de asfixia y claustrofobia que dejan los 5 siguientes temas es prácticamente la misma: el desquiciado James vomitando unos alaridos ininteligibles en el micrófono, la guitarra de Danyel (sin apoyo de un bajo, vale decir) podría estar quemándose al mismo tiempo que suelta esos riffs tan diabólicamente veloces como acojonantes, y la machacante batería de David, que bien podría sustituirse por una ametralladora o un rotomartillo, pero manejados por el mismísimo Satanás. Un minuto en promedio por track, que bastan y sobran para dejarnos al límite de la destrucción mental.
“Summoning the Lords Of Tragedies Storm” sigue el derrotero de repartir caña burra de las anteriores, aunque con mayor dinamismo. Atención al riff y cambio de ritmo del minuto 2:36, una verdadera máquina aplasta-cráneos, y el final que no es sino un efecto de lluvia, efecto que da un breve respiro de la paliza metálica que nos dieron momentos antes. Y el final, con un cover de “The Signal Of The Evil Existence”, de los titanes griegos ROTTING CHRIST, pero más cabreado y enfermizo, nos deja con una outro escondida (arranca al minuto 2:22, después de aproximadamente 40 segundos de silencio), que no es más que la prédica de un pastor evangélico sobre los supuestos pactos que personajes famosos hicieron con el diablo (aquí os dejo el vídeo original). No es una manera muy común de cerrar un disco, pero tampoco es que sea un detalle fatal. Algo chungo, que queda como anécdota. Diecisiete minutos de pura bestialidad sonora y se acabó el camino al infierno.
Sin ser precisamente un gran trabajo, Monge muestra todo lo que tiene para dar con su maqueta homónima. Black Metal/Grindcore directo a la vena, caña bestial sin treguas ni concesiones. Objetivamente hablando, no es un disco innovador ni realmente fresco, ni abunda en matices sonoros, pero todo aquel que necesite de una dosis de bestialidad metálica sin misericordia, tiene en Monge una buena opción.
Tres cuernos altos (7/10) para el invento infernal de James, Danyel y David. Efímero, pero brutal de cojones. Para amantes de la violencia sonora.
James: Voz
Danyel: Guitarra
David: Batería