Lions Breed - Damn the Night

Lions Breed, a quiénes encontraréis en algunas webs como Lion´s Breed, fueron la primera versión del gran grupo de Heavy/Power germano Scanner, manteniendo esa tradición tan alemana de tener ocupados a los funcionarios del Registro Civil con tanto cambio de nombre, pues el dato los emparenta automáticamente con todos sus colegas thrashers, speeders y heavys de Bonfire (antes Cacumen), Rage (antes Avenger), o los dioses Kreator (Tormentor en sus inicios).

Quienes a final de década nos harían pasar unos cuantos buenos ratos con su metal espídico de manual, editaron bajo la denominación del león tan solo un disco, este alucinante y merecedor de todo tipo de elogios “Damn the Night”, con una divertida portada en que una chica sexy parece huir asustada al comprobar que su amante ha sido sustituido, o se ha convertido en una Flying V.

El disco aparece firmado por tres de los cinco componentes que debutarían con “Hypertrace” en el 88, los dos guitarristas Julius y Sopha, mas el bajista Martin Bork, y por mucho que disfrutemos con el tono de voz de Michael Knoblich en Scanner, siente uno cierta tristeza por el hecho de que se deshicieran del hombre que pone las voces a este “Damn the Night”, un nibelungo llamado Ulrich Rohmann que lo borda en los nueve tracks del disco.

Ocho en realidad, pues “Mental Domination” es la típica entrada instrumental brevísima que realiza las labores de presentación hacia este viaje que nos propusieron los cinco alemanes en el 85, treinta y tantos minutos en lo alto de la montaña rusa del mejor Heavy Metal, aquel en que ni te parabas a pensar en que la mezcla final o el sonido podían ser mejorados, aquel que bebía de las mejores fuentes, y que tan pronto sonaba a Accept como a Saxon o a Maiden haciendo de ello una virtud, algo casi sagrado que bendecía nuestros oídos.

Exceptuando un tema a medio tiempo como “Live and Let Die”, nada que ver con la composición de Paul McCartney que versionaron Guns n´Roses, lo que aquí suena, ya se ha dicho, es música Heavy sin paliativos, con irresistibles galopadas por los mástiles, alguna que otra joya que podría haberse convertido en un pequeño clásico –esa orgásmica “All Night be Damned”, o el intenso machetazo final, “Valve of Hell”-, velocidad, descaro, claridad de ideas para dar y regalar, y la labor del voceras, que en algunos pasajes consigue estremecernos (esos alaridos hacia el final de “Mystery Game”).

Y si, una canción como “Lady of the Night” contiene unas líneas de guitarra tan Murray/Smith que casi parece un homenaje/Parodia a la Dama británica.

Claro que Harris se cobró el favor trece años después al calcar las primerísimas notas que se oyen en “The Clansman” de la entrada de “Searover”, otra de las destacadas de este buenísimo “Damn the Night” que nos regalaron los Lions Breed pre Scanner.

Podéis comprobar todo lo escrito pinchando este enlace:

http://youtu.be/8ExISsUIHu0