
1. Refuse (00:31)
2. Gaps (00:31)
3. Created (00:29)
4. Hollow (00:41)
5. Nothing (00:31)
6. Crumble (00:40)
7. Dry (00:42)
8. Fleas (00:25)
9. Soil (00:48)
El Grindcore es para muchos un género absurdo, otros cuestionan si es música o una broma de mal gusto, pero la gracia del Grind es que no es un género para todos, ni mucho menos pretende serlo. Al escuchar canciones de menos de un minuto alguno acabará con la sensación de soltar una breve cagada en un baño público y poco más, pero somos varios los que encontramos uno de los mayores placeres de la vida en soltar por fin ese truño que te hacía sudar frío minutos atrás. El Grind puede tener más o menos mensajes políticos, ser más o menos putrefacto y bizarro o más o menos bizarro e ilógico, pero al final se resume en soltar toda la mierda que llevas de golpe de una sola “sentada”.
Y es que lo que hoy les traigo puede resultar tan relevante como una descarga marrón mañanera en el “trono blanco”, pero les pregunto ¿No sería, irónicamente, la vida una mierda si no se tuviese la posibilidad de soltar los desechos que uno lleva dentro?
“Life•Is•Trivial” no llega ni a los 6 minutos y muchos no le verán ni el chiste a que un álbum dure tan poco, pero es que ni falta hace más minutaje cuando estos tres chicos californianos te sacan la mierda de dentro con tanta vehemencia y efectividad.
“Kaya apenas tienen un mísero álbum (si se le puede llamar así) de cinco minutos y poco y pretenden que se les preste un mínimo de atención” dirán muchos, pero yo pienso que si se tiene la elocuencia para dar a entender algo con pocas palabras para qué alargarse ¿No?
Kaya son un ejemplo de la evolución (o involución) del Grindcore en tiempos modernos. El estilo ha sacrificado, parcialmente, la crudeza y la suciedad de antaño por intensidad y estridencia. Grupos como Discordance Axis o Pig Destroyer marcaron fuertemente la tendencia que tomaría el Grind de los dosmiles para arriba y estos muchachos son unos que toman ese camino de producciones más “cristalinas” (para estar hablando de Grindcore), griteríos descarnados y revienta tímpanos (las voces de la "fulana" Feral son literalmente una bestialidad), guitarras disonantes y abrasivas que derriten rostros y baterías controladamente caóticas que acribillan sin piedad a quien se cruce.
Son 9 canciones que se estrujan en míseros 5 minutos, pero cada una con un peso e impacto propio. Y es que aquí cada corte se siente como un golpe bajo que te deja sin aire, es algo así como aquel mítico “Unsilent Death” de Nails solo 30 segundos basta para impactar (y nunca mejor dicho) los oídos de los incautos y hacer un TEMAZO de apertura que se te queda brutalmente grabado en el cerebro como lo es “Conform”, pues dicha premisa Kaya la llevan al extremo y es que ellos no necesitan ni un miserable minuto para darte paliza tras paliza, de las que luego recuerdas con lujo de detalle.
Entiendo quién se quede con ganas de más y sienta que tuvo un coitus interruptus, pero si vives el disco con toda su intensidad quedarás sudando como un cerdo con el peso de una pluma.
Muchas veces buscamos desesperadamente experiencias trascendentales para escapar de la trivialidad de la vida, pero en ocasiones una fétida cagada de pájaro en todo el centro del coco es lo que nos saca de ese aparente eterno letargo que puede resultar a veces estar vivo.
Feral: Voz
Gary: Guitarras
Gregg: Baterías