
1. Dispossession
2. Chrome
3. We Must Bury You
4. Teargas
5. I Tanspire
6. Tonight's Music
7. Clean Today
8. The Future of Speech
9. Passing Bird
10. Sweet Nurse
11. Don't Tell a Soul
Qué portada tan desgarradora y sombría nos regalan los suecos KATATONIA para su quinta producción musical. Sin llegar a manifestarnos escenas cruentas o explícitamente atrevidas, ésta, al igual que la mayoría de su ya extenso prontuario, hace que la desolación y la aflicción te asalten abismalmente. Un precedente para lo que estamos por hallar a lo largo del álbum… y es que la música de KATATONIA, desde sus primeras demos de catacumba y su angustioso y sublime debut, “Dance of December Souls –1993–, hasta lejanías apasionantes en “The Fall of Hearts” –2016–, con portentosos y radicales cambios de propuesta, nunca ha desatinado en cuanto a expeler nostalgia y melancolía como muy pocas agrupaciones han logrado mantener con el pasar de las décadas.
Si bien el coloso “Brave Murder Day” –1995–, con la dupla pionera de Jonas Renkse y Anders Nyström desprendida del Death/Doom arcaico y sobrenatural que plantearon en un momento inicial, entonó hacia ambientes más progresivos, etéreos y letárgicos –a la par de postergados–, KATATONIA deciden reinventarse y acercarse a terrenos más “modernos” y menos “espesos”, pero imprimiendo una atmósfera que, por más que se han alejado de sus raíces, está presente en cada una de sus obras.
Con “Discourage Ones” –1998– y “Tonight’s Decision” –1999, y con el apoyo de Peaceville Records, casi nada– Renkse desata su garganta con desértica belleza y Nyström –vuelto a acompañar sabiamente por Fredik Norrman, que además nos arrastra a su hermano: Mattias– concentra sus seis cuerdas en precisar ambientes impenetrables y enojados, pero también cambiantes y duraderos. De manera equivalente nos viene dos años después “Last Fair Deal Gone Down” –2001–, que para opinión de este servidor lleva contenida una divinidad lóbrega y una particularidad deprimente, aun sin los enternecedores growls de antaño, equiparable a directorios anteriores.
“Las Fair Deal Gone Down”, en sintonía con los dos álbumes pasados, se destaca por tomar las riendas, digamos, más “alternativas” pero sin perder ni un ápice de provocación. De hecho, para quien ha podido disfrutar de estos suecos en todas sus etapas, sabrá que es muy difícil asociar su estilo con imágenes apocalípticas o morbosas, pues desde siempre se enfocaron en las perspectivas turbias de las profundidades del Hombr:; los vaivenes y los temores propios de la desesperanza y la soledad. Esa característica de sutil fricción y aguante, ahora llevada a parajes posmodernistas y urbanos, está templadamente desplegada a través de las once piezas que componen el trabajo.
La estabilidad de esta formación –Anders Nyström, Jonas Renkse, Fredik Norrman, Mattias Norrman y el nuevo baterista: Daniel Liljekvist– por varios años, tras constantes cambios en cada álbum, también se vio tensada por la escasez de recursos para este trabajo y el bloqueo de escritor por el que nadó el buen Renkse un tiempo. Sin embargo, pasadas las tribulaciones, éstas se ven arduamente reflejadas por toda la obra. Otros problemas personales de la banda son retratados con cruel pluma por el vocalista, cuya voz nos pasea entre corte y corte con ardor y temeridad, pero también con consternación y dolencia. Quienes llegamos a apreciar su voz gutural –de mis growlers predilectos, y véasele tan empoderado en el debut de su proyecto paralelo OCTOBER TIDE–, también quedamos pasmados y atraídos por la melancolía que brota de sus cuerdas vocales, modulando líricas verdaderamente luctuosas, usando voces limpias en su totalidad, y transmitiendo un mensaje tan claro y penetrante que es una de las mayores peculiaridades de “Last Fair Deal Gone Down”.
Lo demás ya es redundar en lo evidente. Desde una apertura tan angustiosa como “Dispossession”, hasta un cierre dramático del tipo “Don’t Tell a Soul”, es natural esperarnos una odisea de sensaciones frías y que nos contemplan como un fantoche inerte. Esas guitarras entre Nyström y Norrman son la constante en este desplazamiento necesitado, que fácilmente nos hacen detectar una plausible ligereza –yo no le denominaría precisamente así– respecto a las acostumbradas distorsiones conformes más remotas, si bien optan mitad y mitad por melodías gélidas que instantáneamente nos introducen y dan espasmos emocionales que frecuentamos en cada oportunidad que desenfundamos las espadas del olvido y nos enfrentamos a tensas presiones sobrenaturales ejercidas en cada canción del repertorio.
Se destaca muchísimo en “Last Fair Deal Gone Down” el acercamiento cada vez más continuo y evidente hacia, reitero, estos aires novedosos que nos presentaron los dosmiles y en los cuales surgieron un sinfín de bandas o fue permitido el ingreso de agrupaciones consolidadas, que, coqueteando o de pleno perfumados de esta modernización, emigraron definitivamente hacia este panorama. KATATONIA en mi opinión –quizás no para los más acérrimos de sus inicios– no se acerca tímidamente esperando sentir reacciones, sino que son los mismos Lord Seth y Blackheim los que optan por adquirir una evolución que deja atrás cohesión y el Metal más abrumador, pero adquieren un ancla y un caudal de melodías que reproducen –para éste: mejor– esos ambientes umbrosos y malditos que no son nada negados a tornarse deleitables y selectos.
“Chrome”, el vibrante sencillo “Teargas” y la alarmante “I Tanspire” son más claras en cuanto a presentación y desarrollo. “Last Fair Deal Gone Down” todavía preserva una producción apagada y, a pesar de su enfoque más abierto y menos dominante –aunque igual de tristón–, fúnebre. “We Must Bury You” es un oasis electrónico en un desierto triste, pieza atípica en el trabajo pero con igual incitación. “Clean Today” –de las más “recientes” del empaque– está atrapada en dos composiciones tan místicas y enardecidas como “Dispossession” –para éste: una entrada inigualable–: la enlazada “Tonight’s Music” –con irrebatible aire al álbum anterior– y la asfixiante “The Future of Speech”, las dos entre las más puras y agraciadas que podamos localizar en estos cincuenta minutos agónicos y expectantes.
No obstante, al final de este submundo intrigante que nos construye KATATONIA con esmero, “Passing Bird” abarca tres minutos de congratulación y euforia, sólo para que una pieza completamente temeraria –del palo LINKIN PARK primerizo, me atrevo a adelantar– como “Sweet Nurse” emocione e inmute más allá de esa sorpresa inicial que a muchos seguidores de monolitos como “Dance of December Souls” pondrá con el rabo torcido. Pasada esa impresión, esta delicia es de lo mejor que tiene “Last Fair Deal Gone Down” para proporcionarnos.
Sin lugar a dudas, un trabajo que vale la pena escuchar para asimilar a los KATATONIA posteriores a su periodo más pesado y apesadumbrado. Entre un repertorio interesante con álbumes espectaculares y trabajos menos brillantes pero igualmente interesantes, “Last Fair Deal Gone Down” se alza victorioso y nos brinda un viaje emocional inflexible y complicado. Desde una portada solitaria hasta composiciones admirables, algo modernas pero con la magia de antaño. Que sea la inicial y preciosa “Dispossession” la que te lo refleje, y de ahí en adelante pocas serán las ganas de dejar de oír este grácil álbum.
–80%–
Jonas Renkse – Voz.
Anders Nyström – Guitarra, Mellotrón y Sintetizador.
Fredrik Norrman – Guitarra.
Mattias Norrman – Bajo.
Daniel Liljekvist – Batería.