Jethro Tull - Crest of a Knave

Enviado por El Marqués el Mié, 12/10/2011 - 02:32
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Hey, que la carrera de Metallica siempre ha ido de la mano de los grandes mitos del Rock ¿Por qué nos extraña tanto que hayan grabado junto a Lou Reed, si en 1989 ya compartieron los titulares de la prensa especializada junto a Jethro Tull? Ian Anderson había publicado “Crest of a Knave”, y los cuatro jinetes clamaban por la justicia para todos, así que la alegoría de ojos vendados y toga romana repartió, en efecto, justicia, y el premio Grammy al Mejor Disco de Hard Rock/Heavy Metal se lo llevó el trovador de la flauta, el autor de “Aqualung”.

Hombre, “Crest of a Knave” no es Heavy Metal, eso seguro. Pero ¡vaya álbum de Rock! Como se nota que el que vale, vale, y a Ian Anderson se lo habían querido cargar desde que se entregara al Techno y publicara “Under Wraps”, y sobre todo “Walk Into Light”, su primer disco en solitario, reeditado este año, por cierto, y que no suena tan mal. Lo adquirí hace unos meses, y por la mañana lo puse en el coche. Comenzó a sonar el pitido que indica que no llevas puesto el cinturón de seguridad, y tardé varios kilómetros en darme cuenta, porque sonaba perfectamente integrado en aquellos temas que el viejo bufón compuso en el 83. Todo un visionario, un genio adelantado a su tiempo, si señor.

Claro que ¿a quién le interesan los Tull experimentales si se puede disfrutar de la banda de Rock que entrega temas del calibre de “Farm on the Freeway”, “Budapest” o “Said she was a Dancer”?

Puede decirse que desde su fundación los ingleses no habían dado un solo paso en falso. Hasta un disco en su día criticado por los fans como “A” nos sorprende por lo arriesgado que suena, hasta una obra conceptual tan enrevesada como “A Passion Play” es un puntazo…Y todo esto por no hablar de los triunfos rotundos, que estamos ante los creadores de “Aqualung”, “Thick as a Brick”, “Warchild”, “Stand Up”, “Minstrel in the Gallery”, “Too Old to Rock and Roll, too Young to Die”, “Songs from the Wood”, “Heavy Horses”, “Broadsword and the Beast”…¿seguimos?

No hay como juntarte con tus colegas, esos en los que de verdad confías, arreglarte la barba y calar tu sombrero de hongo para que todo venga rodado. Junto al fabuloso showman y bajista Dave Pegg, los baterías Gerry Conway y Doane Perry, que se repartieron las labores en el estudio, y su inseparable colega el guitarrista Martin Barre, Anderson le quitó las telarañas al atril, colocó sobre él el cuaderno de la inspiración, y grabó un disco impresionante, con gran sonido, canciones que sabes no vas a aparcar en un par de meses para no recuperar jamás –esto no es “Worship Music”-, y toda la magia característica de la música de Jethro Tull con un planteamiento moderno, excelentes letras, y gran sentido del espectáculo.

El inicio con la cañera “Steel Monkey” alucina, la flauta brilla a niveles de locura en “Dogs in the Midwinter”, que parece un villancico navideño del buen rollo que transmite, la tranquilidad de “The Waking Edge”, el rock de “Jump Start” y “Raising Steam”, la calidad de “Farm on the Freeway”, y el nivel de las tres obras maestras del disco: “Said she was a Dancer”, esa inolvidable y colosal “Budapest” –menudo despliegue instrumental-, y mi favorita, “Mountain Men”, con el vocalista entonando esos versos maravillosos que tengo tan grabados en la cabeza, que no necesito abrir el librillo del Cd para transcribir: “Where the Mountain Men are Kings/And the Sound of the Piper counts for Everything…”

¡Qué buenos, Jethro! “Crest of a Knave” abrió la última etapa de éxito y popularidad para el grupo, que siguió entregando muy buenas obras: “Rock Island”, “Catfish Rising”, el acústico en vivo “A Little Light Music”…Y el pragmático Anderson convencido, a día de hoy, de que el mundo no necesita un disco nuevo de la banda…Seguro que lo hacían mejor que Yes, que han sacado un disco muy normalito, por poner un ejemplo. Lluvia, cascadas y montañas que se elevan al cielo cubierto de nubes. Y el sonido de las gaitas que nos envuelve a todos, allá donde somos los Reyes.

Soberbios. Ni “Braveheart”, ni “The Clansman”, ni “Freedom” ni hostias. Aquí está el Highlander Ian Anderson desplegando el talento adquirido en los orígenes, en sus raíces, en su procedencia de unos parajes de leyenda. Y como caballero escocés que es, admitió que no era normal que le dieran a su banda un premio al “mejor disco de Heavy Metal” por encima de Metallica, y a partir de ahí el galardón contó con dos categorías separadas: “Mejor disco de Hard Rock/ Mejor disco de Heavy Metal”. Da igual, Jethro Tull son grandes, y “Crest of a Knave” una de sus mejores grabaciones. Cuatro cuernos muy altos. Un nueve casi rozando el diez.

Ian Anderson: Guitarra acústica, flauta, guitarra, percusión y programaciones.
Martin Barre: Guitarras
Dave Pegg: Bajo
Gerry Conway: Batería
Doane Perry: Batería

Sello
Chrysalis