Hypocrisy - The Final Chapter

El que nació con la intención de ser el último álbum en la carrera de Hypocrisy, "The Final Chapter", acabó siendo la razón de la no-extinción, el motivo por el que el combo sueco continuó adelante.

¿Las razones? El trabajo es la polla, macho. No hay más.

Era imposible que la banda nos dejase plantados aquí, justo después de editar semejante obraza.

Injusto... y de gilipollas.

Melodía, pura agresión, locura, Death Metal de otra galaxia, rabia, melancolía, pura belleza, pesadillas, visiones extrañas, extraterrestres, abducciones, suicidios, ... un batido ideal para el amante de lo riffero-devastador, de lo malsano, de lo especial, de lo que no se da cada día.

Tres músicos en portada, sombreados, ocultando su mirada (quizás tristonas por eso de pensar que era la última fiesta), frente a nosotros. Simpleza total. Ni satanismo maquetero, ni un mendas en una silla ni una cruz en llamas. Hypocrisy está formada por un cerebro, Peter, y un cuerpo, sus músicos. La portada no es más que una definición exacta del sonido del combo: Tres mendas al máximo. Por eso salen de protas; sin Eddies, ni guerreros ni buenorras en apuros. Las estrellas son ellos.

Los Motörhead del universo "galáctico-terrorífico-machacante-astraloide" nos saludan.

"Inseminated Adoption", que abre el disco de maneras groovielonas, con un riff sólido, pronto empieza a abarcar más y más. Aunque no hablamos de crudeza totalitaria, una batería a todo trapo y un Peter altamente rabioso, como mordedor, letalmente huraño, salvan mucho el invento, y la cosa funciona como track calienta-coños.

"A Coming Race", uno de los temas que más me flipan de Hypocrisy, te eleva de mala manera. Prepara tu culo para convertirte en Superman. Atmósferica, envolvente, mística como un shaman hasta las cejas de peyote, y a la vez, decadente, sucia, perversa. Black, Death, Groove...de todo, y perfectamente conjuntado. Un himno para el directo.

"Dominion", mucho más thrasher y bravucona que las anteriores, y que también muta a ente Power-metalero (siempre bajo el influjo de la "vision Tägtgren", claro), quema, desinfla al mismísimo Hércules y zarandea al más versado. No sabes nunca qué pasará con un temita de Peter y colegas. Sorpresas, cambios de dirección, amalgamas extrañas... puro Hypocrisy.

"Inquire Within" (mediotiempera e increíblemente oscuro-demoledora), "Last Vanguard" (Black 'n' Thrash), "Request Denied" ("in crescendo" de altísima calité, y con un solazo que haría llorar al Chuck Norris de "McQuade, el lobo solitario"), "Through the Window of Time" (tan jodidamente intensa que te entra por el orejón, te remueve las entrañas, se come la mitad y te sale, a toda velocidad, por el culo), "Shamateur" (Black Metal desde Saturno) y
"Adjusting the Sun" (orgía "thrashero-maiden-inflamista", speedica y tormentosa). Demasié. Todo es sudarla, todo es colosalmente intenso. Solidez, potencia, mal rollete mental y una actitud incontestable.

"Lies", que se casca una onda "Inquire Within", y "Evil Invaders", versión de Razor, y bastante fiel a la original, revistiendo de kevlar "hypocrysiano" todo el follón, despierta a nuestro metalhead maligno interior. El rifferío de la banda canadiense, y apoyado en la actual movida que facturan Peter y su horda, te convierte en una guitarra Jackson, la Rhoads, y te clavas en la yugular de aquellos que no conocen el poder del Metal auténtico. Versión cojonuda, perfecta, elevando lo que los maestros vendían. Como Sepultura hicieron con "Orgasmatron", Vader con "Fight Fire With Fire", Annihilator con "Live Wire" o Dark Tranquillity con "My Friend of Misery", Hypocrisy rinden tributo, pero matan a la vez al homenajeado. Superando los conocimientos del gurú. Mola. Nadie te cede la corona, la robas y punto. Con un par.

"The Final Chapter", una de las máximas joyazas del álbum, nos llega ya. Se acabó, supuestamente la banda nos va a decir adiós y se toma la decisión de lanzar lo mejorcito. Que te recuerden en la cima, vamos. Otro batidazo extremo, otra cohesionada creación entre todo lo que duele, mata y no perdona, se da cita ahora. Dark Tranquillity e Immortal, bandas de las que se bebe para parir el track, no lo harían mejor. Gélido puñal empala-poco osados. Alma, dolor y puro Metal. Arrastrados al suicídio por obra y gracia del maestrazo Peter Tägtgren.

Discazo. Tu alma abandona tu cuerpo, te ves desde fuera, flotas... y un Alien tremendo se te zampa vivo. Así acaba todo con la banda. Cojonudo, claro.

Hypocrisy han mutado desde los tiempos de "Penetralia", hermano. Su visión abarca ahora mucho más. Ya no se conforman con dominar el mundo. Quieren el universo. Egoístas metálico-depresivos...

4 cuernacos (medio-altos) para "The Final Chapter". Punzantes y dominantes.