
1. Rock ´n Roll Barcelona
2. Animal de Ciudad
3. Piso el Gas
4. Madera Dura
5. Haz Explotar tu Volkán
6. Estoy Hecho Polvo
7. Quién Apretó el Botón
8. Noches de Rock y de Alcohol
9. Súbete al Globo
10. Maldita Soledad
Ni una broma a partir de ahora, porque hoy nos vamos a ocupar de Evo, una de las bandas más carismáticas en la escena metálica española de los 80. Ni fueron los mejores, ni dejaron un legado musical extenso, ni aportaron canciones que pudieran medirse con todos aquellos “Resistiré”, “El Que Más”, “Más Duro que Nunca”, “Héroe de Papel”, “Maldito sea tu Nombre”, “Voy a tu Ciudad”, ni se les recuerdan intervenciones especialmente memorables en los escasos festivales que se organizaban en nuestro país, pero, si hablamos de personalidad y de ese ingrediente tan básico como difícil de encontrar en su verdadera esencia que los británicos llaman “guts”, a estos cinco catalanes no los supera nadie.
Evo se formaron en Barcelona hacia 1981, inicialmente contaban en sus filas con una vocalista llamada Carmen García, con el conocido Pedro Bruque al bajo (luego en Tigres, y en el proyecto El Heavy no es Violencia), el batería Ramón Solá, y dos guitarristas llamados Pepe Cánovas y Richard, simplemente Richard, un personaje de aspecto serio y carácter imperturbable, al estilo Ritchie Blackmore, que había formado parte de bandas de rock cósmico-psicodélico totalmente underground con nombres como N.P.I. o Suck Electronic Enciclopedic, y que desde el principio asumió el liderazgo de la banda.
Esa primera formación tendrá una breve trayectoria, y tras la salida de Carmen García se producirá un hecho clave: La entrada de Stímula, todo un personaje que, si hemos de hacer caso a sus propias palabras, se interesó en el mundo del Rock porque su ocupación laboral –leñador- le hacía pasar muchas horas en el monte, oyendo la radio el día entero, con lo cual decidió introducirse en el negocio para poder escucharse a sí mismo.
Stímula –si Samson contaban con un batería llamado Thunderstick, ¿Por qué no iba el hombre a quedarse con ese apodo, que era como se llamaba su primera banda?- y Richard reestructurarán al completo el grupo, llamado Evo en alusión, según ellos, a que el primer hombre no fue Adán, sino la pareja de Eva, contratando los servicios de un nuevo bajista, Zippy, del guitarrista Victor Molero, y a los parches un veterano que había tocado en Los Salvajes y en Lone Star, Jerónimo Martínez, quien no sólo habría de aportar su experiencia, sino una condición indispensable para triunfar a nivel de imagen en aquella escena: La posesión de un imponente mostacho, al estilo todos los grandes drummers del Metal español, veánse Hermes Calabria en los Barones, Fernando Sánchez en Obús, Rafael Ramos en Panzer, o Iñaki Munita en Ángeles del Infierno, portadores todos ellos de unos bigotazos tan jevis, tan bizarros y orgullosos de su poder como las patillas del Algarrobo, el Estudiante y Curro Jiménez mientras asolaban las pedanías de Sierra Morena.
Con la nueva formación captan el interés de la poderosísima EMI, la compañía que en España distribuía a bandas como Maiden, Scorpions o W.A.S.P., quien apuesta fuerte por ellos y se los lleva a grabar a Inglaterra, convirtiéndolos en el primer grupo español que registra su debut en las Islas Británicas. Barón Rojo habían grabado “Volumen Brutal” en Londres en 1982, pero se trataba de su segundo trabajo.
Será en el otoño del 83 cuando “Animal de Ciudad” vea la luz, un trabajo compuesto por diez canciones, en las que Evo sentarán las bases de su estilo: Visceral y venenoso Heavy Metal in your face, heredado sin tapujos de los primeros Saxon y de Judas Priest, en el que la banda oculta sus discretas dotes compositivas bajo una avalancha de actitud corrosiva, desde la entrada con “Rock ´n Roll Barcelona”, un uptempo que cuenta con una breve intro blacker (¡en 1983!), y en el que el grupo reivindica la condición de la Ciudad Condal como centro rockero del Universo, frente a la escena focalizada en Madrid, donde funcionaban la mayoría de sus compañeros de profesión.
“Animal de Ciudad”, “Piso el Gas” –puro Saxon de los días de “Strong Arm of the Law”-, “Estoy Hecho Polvo”, “Súbete al Globo”, “Quién Apretó el Botón”, son todos ejemplos de su desbocada manera de interpretar el Metal, con entusiasmo, estribillos pegadizos, punteos a mil por hora, y también una amarga mala leche, presente en todos los surcos de este artefacto que fue “Animal de Ciudad”, una rara avis que solo tendría una secuela, el también tremendamente especial y único “Duración de lo Eterno”, más sólido en su conjunto, y con una espectacular portada en la que se ve a un macho cabrío presidiendo un rito satánico, con una cornamenta que ríete tu del advenedizo que ilustra la cubierta del “Zos Kia Cultus” de Behemoth.
La estancia en Londres, por cierto, no cundió demasiado a nuestros cinco metal heads, pues el sonido, ahogado por momentos, es uno de los mayores defectos de este disco, en el que unos temas suenan a mayor volumen que otros –“Madera Dura”, esa especie de adaptación libérrima del “Victim of Changes” de Judas, es el ejemplo más claro-.
No quiero despedirme sin mencionar “Maldita Soledad”, la canción que cierra el disco, un poderoso medio tiempo con un Stímula soberbio que nos abre su corazón, y confiesa, en un tempestuoso clima de frustración, su añoranza hacia la compañía femenina, y sus reticencias ante la perspectiva de encontrar consuelo en un burdel. Curiosamente, a la hora de grabar su siguiente disco, nos demostró en el tema “Brujas” que se había atrevido a dar el paso, y se le notaba más satisfecho, aunque no quisiera reconocerlo y se ocultara en otra de sus letras dolientes y autocompasivas.
En el siguiente disco sufrieron algún cambio, pero seguían siendo demasiado especiales, aún dentro de un movimiento tan peculiar como el Heavy Hispano de los 80, y desaparecieron, perdiéndose en la memoria durante muchos años. Llegué a leer que se han reunido, y que actúan de manera esporádica. No cuento con demasiada información al respecto, lo cual es un gran error por mi parte, pues admito que, tras haber tenido la suerte de presenciar en directo a la mayoría de mis frontmen preferidos, no quiero dejar este mundo sin tener ante mí a Stímula, al menos una vez en la vida, interpretando “Rock ´n Roll Barcelona”, “Buitres del Mal”, y todos aquellos pequeños, pero maravillosos himnos.
Stimula: Voz
Richard: Guitarra
Víctor Molero: Guitarra
Juan Carlos Barja@Zippy: Bajo
Jerónimo Martínez: Batería