
1. I Don't Need Society
2. Commuter Man
3. Plastique
4. Why
5. Balance Of Terror
6. My Fate To Hate
7. Who Am I
8. Money Stinks
9. Human Waste
10. Yes Ma'am
11. Dennis' Problem
12. Closet Punk
13. Reaganomics
14. Sad To Be
15. War Crimes
16. Busted
17. Draft Me
18. F. R. D. C.
19. Capitalists Suck
20. Misery Loves Company
21. No Sense
22. Blockhead
En esta postmodernidad tan sorprendentemente cambiante en la que vivimos sumergidos, me pregunto a mí mismo lo siguiente: ¿qué significa ser Hardcore? ¿Ser calvete, “macho” y decir tres groserías a alta velocidad intentado ser parte de una mancomunidad de “iguales”? ¿O sencillamente un complejo impersonal que determina realmente un sentimiento?
No lo sé, al igual que tampoco lo sabían una pandilla de sucios y asquerosos imbéciles oriundos de la ciudad de Houston, Texas. 4 muchachos vagos, holgazanes y rebeldes de la época. Spike Cassidy, los hermanos Eric Brecht y Kurt Brecht y Dennis Johnson eran estos sujetos de los que hablo. Adolescentes muy influidos por lo que se gestaba como la música alternativa del momento. En esos circuitos en donde sonaban todo el día Sex Pistols, Ramones y varios otros grupos que renegaban de progresiones musicales complejas y optaban por producir un minimalismo seco y a la vez refrescante para toda una generación posterior.
Estos cuatro jóvenes vivían de parrandas, fiestas y activismo social dudoso. No tenían ni la experiencia ni el conocimiento musical apropiado para tomar sus instrumentos y producir un trabajo más o menos aceptable. Ellos sólo sabían de peleas, huidas de la poli a medianoche y cervezas que venían y cervezas que se iban. Eran jóvenes del momento, con poco atractivo en general, pero con muchas ganas de reventarlo todo y presentar su propuesta al mundo.
Decir que estos cuatro jóvenes inventaron un sonido de la nada sería una mentira del tamaño de la Casa Blanca. Lo que sí debo decir, afirmativamente, es que había una escena cimentada (promovida por los Sex Pistols) que constituía gran parte del Rock “duro” en los años en que estos chicos oían música: Punk. Por un lado teníamos a los Heavys con sus Judas y Sabbaths de finales de los 70, mientras por el otro estaban personas en otra… atmósfera, más apegadas a gente como Bad Brains. Ese fue el inicio de la guerra entre heavys y punkers. Unos apreciaban más un sonido, otros más el otro, y así. Pero no se crean, el Heavy evolucionaba, al igual que el Punk de manera directa.
Hardcore Punk: Minimalismo épico llevado a la máxima expresión. Ser un maldito Hardcore significaba ser lo más hijo de puta posible en tu área. Era tomar tu micrófono, decir “MALDITOS SEAN LOS CABRONES QUE LE PEGAN A LAS VIEJAS DE LA COLA DE LA SEÑORA MARTA” lo más rápido posible y lanzarte al escenario para moshear contra todo el público. Un estilo de vida rápido, furioso y tan poco musical que era considerado un arte. El Hardcore Punk debe encuadrarse musicalmente hablando en el periodo 1979-1981, cuando verdaderamente estaba tomando una dirección establecida.
Los Dirty Rotten Imbeciles (más conocidos, cariñosamente, como D.R.I.) estaban acostumbrados a lo que he venido mencionando: velocidad y descontrol. Nada de amor por sonar típicamente estable o, al menos, tener coherencia en las escalas y movimientos musicales. Nada de eso. D.R.I. sonaban como ellos querían que sonaran: machacones hasta por donde no tuvieran pelos. Ensayos ultra ruidosos en la casa de los hermanos Brecht hicieron que sus padres comenzaran a tratarlos de pendejos sin sentido musical, una pandilla de sucios y asquerosos imbéciles.
El poco talento musical, sumado a la inadaptación social, la rabia recurrente y el proceso cultural under en el que estos chicos estaban, llevó a que tomaran una dirección más clara en cuanto a lo que querían. Sonaban raros, sí, pero raros “raritos” no, sino como los cabrones más cabrones del jodido mundo. Era sonar como un borracho tirándose tres pedos en una misa o no hacer nada. D.R.I. iban a ser como si el presidente de un país asiático se meara frente a los senadores internaciones en medio de una rueda de prensa. D.R.I. tenían fijo un objetivo: ser unos hijos de puta pero bien, bien, bien, bien pasados de tono.
En dos noches de bebidas alcohólicas y enajenación prematura, D.R.I. grabó su primer azote de antipatía y furia absoluta: Dirty Rotten EP. Un disco de 22 canciones que no superan, en conjunto, los 20 minutos. Un EP, ya saben, de esos que suenan mientras sacas al perro a pasear. Pero, eso sí, tu perro te morderá y arrancará la pierna si le llegas a colocar tus audífonos endemoniados etílicamente.
Dirty Rotten EP es una muestra de poder, calamidad y prestigio minimalista duro. No es un disco virtuoso, no es un disco lleno de solos destacables, ni siquiera un disco para pasarla bien. Esta mierda es pura rabia y descontrol despreciable hasta que te cansas. Es un disco para echarse puñetazos hasta que te sangre la nariz. Dirty Rotten EP suena a 1982 + Red Bull + una porno de la época + una euforia putona. Un disquito que representa fielmente un movimiento de exasperación y desasosiego machacado hasta la saciedad. En donde podemos sentir a cuatro jóvenes quejarse de que sus novias no les quisieron practicar felaciones o que el alcalde subió el pasaje del transporte público, etc. Todo tocado con las ganas de reventarle la cabeza a un mamón que te ha pillado desprevenido el móvil en el metro.
Dirty Rotten EP es, efectivamente, un disco sádico por donde lo busques, y lo más duro y revientadiablos que podía existir en aquel momento (junto a sus colegas Discharge al otro lado del atlántico). No, no era tiempo de Possessed, Celtic Frost, Slayer… no. Era la hora de cuatro hijos de perra obsesionados con la sociedad y despreciativos frente a cualquier forma de represión de un sistema de vida “liberal” que llevaban como un estandarte. Los D.R.I. y este primer bombazo de mierda blanca y seca estaban destinados a impactar a medio universo. Así no lo oyera ni su mamá.
El disco no es que suena a Chuck Berry haciendo Metal Neoclásico en las sesiones de Maybellene, tampoco así. En Dirty Rotten EP vemos la clara influencia de estos vagos y maleantes: Sex Pistols, Bad Brains y Motörhead. Un Punk fuerte y minimalista al mínimo pelo. Con claros toques de bigotes y chaquetas de cuero inglesas. Como un cartucho de balas dispuesto a ser vaciado en la boca de un capitalista moribundo. D.R.I. tomaban todo lo que escuchaban regularmente y lo comprimían hasta colapsarlo en una gota de cianuro con cloroformo y nitroglicerina espacial.
Dirty Rotten EP es un trabajo bastante inocente en un principio. Se esconde, te presenta una portada fea y extraña para que no te des cuenta, te hace creer que es una simple demo más de dos marigüaneros japoneses. Como vemos en la claramente ramonesca I Don’t Need Society, que empieza en plan Pop Chicle vacilón y te toma los cojones desprevenidos para machacártelos con el martillo de Thor. NADA de comprensión, pura furia sin medición y Brecht diciéndote en menos de 30 segundos todas las formas cómo morirás en la calle. Asesinado, quemado, violado, estrangulado. ¡Los cabrones no muestran piedad!
Y a través de todo este curioso EP vivirás sensaciones muy parecidas; con canciones más “relajadas” que se convierten en explosivos cardiovasculares, idas de olla de 25 segundos en donde te dicen de todo, menos algo que entiendas. Una base rítmica absurda, guitarras desafinadas y a un vocalista que está entre sufrir una catálisis y una corrida lujuriosa, musicalmente hablando, claro. Repiten y repiten lo mismo, nada de escalas orientales y ritmos Jazz. ¡Psss! ¿Enserio piensan encontrar aquí eso? Lo único que te demostrarán D.R.I. es que no te tocan ni Smoke On The Water, pero te hacen sentir más poderoso que Dios follando con las groupies surcoreanas de Manowar.
El contenido lírico del disco es muy interesante de asimilar. Primero, es de esos trabajos tan minimalistas y jodíos que pusieron de moda los títulos cortos y sin mucha gracia (Yes Ma’am, Plastique, por ejemplo) que luego tanto imitarían las bandas de Nu Metal. Segundo, las letras son demasiado graciosas o demasiado horrorosas como para calificarlas fácilmente. El contenido lírico está fuertemente influenciado por movimientos como el Socialismo, la impotencia de no poder acostarte con todas las mujeres del barrio, las peleas en los bares, polis corruptos y demás problemas que enfrentaban los adolescentes a comienzos de 1982. Una burla y una sátira al sistema general, porque ese era el objetivo de D.R.I.: sonar serios y rudos, pero en el fondo ser un reflejo contemporáneo de una sociedad marginal y pobre de valores. Dirty Rotten EP era un disco que tenías que oír si tenías 17 años, odiabas a Reagan y querías matar a tu suegra. La biblia de los cabrones, casi nada, pues.
Este disco también tiene el mérito de poseer la canción No Sense, un tema verdaderamente representativo e influyente para el Metal Extremo. ¿Saben por qué? Porque es la primera canción de la historia de la humanidad en donde se puede oír lo que todos conocemos hoy como “Blast Beat”. ¿Qué es un Blast Beat y porqué D.R.I. fueron los primeros en implementarlo? Sencillo, el Blast Beat es darle al bombo al mismo tiempo que le das al hit-hat y a la caja alternadamente. Y los D.R.I. fueron los primeros en hacerlo porque fueron los primeros malditos que querían sonar más duros que una patada de caballo de en tus frágiles bolas. Cuando comencé a practicar batería, no podía dejar de darle al bombo mientras reventaba la caja, todo porque le daba con furia, así como lo hacía Eric Brecht, cansado de que su mamá no le diera la mesada suficiente para irse a jugar con el Atari alquilado del vecino.
Reducir Dirty Rotten EP a pocas palabras es sencillamente imposible. Es un disco increíblemente influyente; tanto que es una referencia para el naciente Thrash (siendo incluido en el género Thrashcore, un Hardcore Punk extremadamente rápido como el que tenemos aquí) y las próximas generaciones de Crossover como Suicidal Tendencies. Y sí, Dirty Rotten tienen mejor material en su repertorio, como el maldito Thrash Zone, pero nada se puede comparar con este debut tan lleno de enloquecimiento, frenesí y marginalidad provocada.
Para entender y valorar el poder de Dirty Rotten EP, hay que saberlo ubicar en la época. Un disco de rabia, demencia y preocupación por todo el sistema. Un trabajo lleno de velocidad, ferocidad y honestidad. Claro, bastante inmaduro, poco musical y hasta fastidioso si quieren… pero, ¿qué importa? ¡Esto es tener COJONES y saber soltar la furia de una manera extremadamente creativa! Cómo se nota que Walker y sus Carcass, Napalm Death y Terrorizrer se mamaron todo el este disco miles de veces (junto a los discos de Discharge). El Grindcore no es más que un Dirty Rotten EP más burro y grosero. Claro, sin olvidar a dioses importantes como Discharge (los D.R.I. pero de Inglaterra).
D.R.I. hicieron historia… y qué historia. Pura distorsión, maldiciones y velocidad. ¡Velocidad! Adrenalina, sexo sin condón y embriaguez contra los problemas sociales que vivían estos chicos. Puro underground maldito y para nada simbólico en marcha.
Disco y trabajo completamente esencial. Lo recomiendo especialmente para aquellos que quieran destruir su casa en menos de un minuto. Y recuerden: “YOU’RE A MOTHERFUCKER! YOUR FUCK GIRLFRIEND WILL SUCK MY BALLS! HAHAHAHA!!”.
Spike Cassidy: Guitarra.
Kurt Brecht: Voz.
Eric Brecht: Batería.
Dennis Johnson: Bajo.