
1. Blessed Is the Black
2. 6669
3. Burn the Cross
4. Out of the Grave
5. Rock This Church
6. Iron Dick
7. The Monguer
8. McDonaldland Massacre
9. Another Life
10. Creature of Duty (and My Duty Is Death)
Allá por el año 1985 el tema del satanismo en el metal no era nada nuevo. Para titanes como Venom, Celtic Frost o Bathory las historias sobre sacrificios, brujas, infierno y Satán eran el pan de cada día, siendo temas abordados con una seriedad absoluta. Coven querían seguir por ese camino, pero antes de convertirse en un chiste sobre ellos mismos llevándolos con un misticismo absurdo, decidieron hacer ellos mismos el chiste. Eso es, thrash metal, divertido, rápido, energético y con unas letras que utilizan el humor más absurdo y bestia para ridiculizar al cristiano más creyente… ¿Qué puede salir mal de esta combinación?
Coven nace de manos de los hermanos Dean (guitarra) y Neal (batería) Babbitt, en un intento por imitar lo que sus ídolos, y posteriormente mayores influencias, estaban haciendo. Fans del material primerizo de Metallica, Slayer o Venom y asiduos a los conciertos de metal de la zona, donde conocieron a Jay Clark (voz) y Gary Peebles (bajo), los hermanos Babbitt querían darnos unas buenas dosis de metal y a la vez asustar a los creyentes con sus directas y macabras letras. Así que se pusieron manos a la obra y con esta formación de cuatro se compuso el disco que aquí os traigo en su totalidad. Tras muchos ensayos y con una demo bajo el hombro reclutaron a Paul Hash como segundo hacha, terminando de definir el sonido de la banda, y tras ofrecer una serie de conciertos en el estado de Washington, su lugar de nacimiento, captaron la atención de “Ever Rat Records”, los cuales les ofrecieron un contrato para grabar su primer larga duración.
Entrando en materia, nada más darle al botón del play nos encontramos con el primer monstruo del conjunto. "Blessed Is the Black" ataca con su maquinaria thrash-speedica y no deja a títere con cabeza. La banda suena engrasada, las guitarras son melódicas a la vez que cortantes, la base rítmica crea una barrera sonora impenetrable y la voz de Clark suena como si la de un demente se tratara, como una mezcla entre Cronos, Tom Araya y Tony Portaro. Cinco minutos de desenfreno con un tema que ataca ferozmente a la cristiandad, pero que aún no muestra ese toque humorístico marca de la casa.
Solo llevamos una canción y ya nos hemos dado cuenta de lo mala que es la producción, yo con una guitarra del Don Dino y un tostador a modo de amplificador podría haber sacado un mejor sonido. Quizás este sea el mayor inconveniente del trabajo, ya que las guitarras se ven muy afectadas, sonando enlatadas, y eso impide que muestren toda la potencia que poseen. Por suerte, la calidad de las composiciones hace que esto sea un detalle que se puede ignorar, y que coño, estamos hablando de jodido thrash metal, aquí lo que cuenta es la actitud, y a Coven le sobra de eso.
"6669" se erige como una mezcla entre el número de la bestia y otro con el que estaréis familiarizados si habéis estado practicando el Kamasutra. Musicalmente seguimos en la misma onda speed-agresiva, a lo Show No Mercy, pero en el tema de las letras comenzamos a ver ese humor tan bestia del que os hablaba.
“6669, Copulation with a Corpse/"6669, sexo con un cadaver
Demons rape her rotting hole/los demonios violan su podrido agujero
fucked and left to die”/follado y abandonado a morir"
Esto es tan solo una muestra de lo que las mentes de los hermanos Babbit y Jay Clark podían llegar a crear. Digna mención para este estribillo, una vez lo escuches no podrás sacártelo de la cabeza en días.
Mientras que "Burn the Cross" continúa en la misma onda que los anteriores, "Roch this Church" nos presenta un tema más cercano al heavy tradicional, y "Out of the Grave" nos cambia los esquemas, convirtiéndose en un medio tiempo bastante sentido en el que Clark deja la voz rasgada para entregarnos sus mejores tonos, y en el que Dean nos deleita con un precioso solo melódico, muy diferente a las rápidas escalas disonantes que nos había estado ofreciendo hasta el momento.
Al pasar a la cara B del disco nos encontramos con la que probablemente sea la canción más icónica y representativa de Coven, "Iron Dick". Aquí es donde lo practicado en "6669" se eleva a la enésima potencia, llevando el humor hasta unos extremos absurdos.
“His mother a whore, his father a horse…”/"Su madre una puta, su padre un caballo..."
“Long as my arm and five times as thick/"Largo como mi brazo y cinco veces más grueso
You’ll die at the end of my iron dick”/Tú morirás al final de mi polla de hierro"
“Terrifying fear at the sight of this gland/"Un miedo espantoso al ver este glande
he will rape and kill those who defy”/que violará y matará a quienes lo desafíen"
Frases esquizofrénicas como éstas unidas a una música festiva, más cercana al heavy metal tradicional que al thrash en esta ocasión, hacen de "Iron Dick" uno de los temas más disfrutables y entrañables del compacto.
"The Monger" continua con la onda speedica, mientras que "Another Life" se nos presenta como el momento más calmado del CD, una balada con una letra que deja de lado el humor y el odio hacia los feligreses para practicar una bella reflexión sobre la finitud de la vida y la tranquilidad que nos brinda la muerte. Y entre estas dos se encuentra la que para mí es la mejor canción del trabajo, "McDonaldland Massacre". Toda una locura en la que es narrada una matanza en un local de la famosa cadena de restaurantes al ritmo del más puro thrash. Es de apreciar el plus de teatralidad que adquiere este tema al haberle dado voz a la camarera y haber puesto los sonidos de las armas automáticas reinando el caos, junto a los gritos de dolor y terror del personal que se encontraba en el lugar. ¡Obligatorio en cualquier playlist de thrash metal que se precie!
Y para concluir el trabajo "Creature of Duty (and My Duty Is Death)" pone el punto más thrasher de esta movida junto a "McDonaldland Massacre". Una de las mejores canciones de Coven, y todo gracias a esa marabunta de riffs que se suceden sin parar, como si de una lluvia de estrellas se tratara. Algo similar a lo que habían hecho anteriormente Mercyful Fate (con algo menos de talento en esta ocasión, eso sí) pero en una clave más feroz y cambiando los falsetes de King Diamond por los atronadores berridos del bueno de Jay Clark. Una canción que te deja con ganas de volver a escuchar esta maravilla que es Blessed Is the Black.
Después de este disco grabaron dos más de similar calidad, Death Walks Behinds You y Boneless Christian, pero rápidamente fueron eclipsados por el movimiento grunge que vivió su auge en su hogar, el estado de Washington, y se disolvieron. Pero la historia no acaba aquí, en el año 2010 los hermanos Babbit reclutaron a nuevos mercenarios y renacieron como Coven 6669 (para evitar confusiones con la banda de rock psicodélico del mismo nombre). Desde entonces los fans estamos a la espera de nuevo material, pero eso ya es otra historia.
En resumen, un buen disco de speed/thrash macarra, con un humor muy personal y momentos bastante recordables. Coven no hicieron nada nuevo, pero si te gustan Whiplash, Venom o los primeros trabajos de Metallica y Slayer, con este disco te lo vas a pasar como un niño con regalos nuevos.
Un 8/10 para Coven y su Blessed Is the Black.
Jay Clark: Voz
Dean Babbitt: Guitarra líder
Paul Hash: Guitarra rítmica
Gary Peebles: Bajo
Neal Babbitt: Batería