Cobalt - Gin

Enviado por Mendoza M. el Mié, 28/03/2018 - 22:46
1585

1. Gin
2. Dry Body
3. Arsonry
4. Throat
5. Stomach
6. A Clean, Well-Lighted Place
7. Pregnant Insect
8. Two-Thumbed Fist
9. The Old Man Who Lied for His Entire Life
10. A Starved Horror

Disco Completo

La impactante imagen de un elegante y joven Ernest Hemingway envestido en uniforme mientras prestaba servicio durante la Primera Guerra Mundial es la caratula que ilustra a "Gin", el tercer disco de Cobalt, una banda estadounidense que tiene muchas cosas que decir gracias a su preciosa mezcla de sonoridades y la brillantísima ejecución de las mismas.

La historia de Cobalt empieza cuando el multinstrumentista Erik Wunder y el vocalista Phill McSorley se unieron para crear una banda a la que llamaron Grimness Enshroud y lanzaron el EP "Hammerfight" (2003). Sin embargo, desde su debut "War Metal" en 2005 se les conoce como Cobalt. La propuesta inicial del dúo de Colorado era hacer un Black Metal agresivo, directo a la yugular. Pero desde el magnífico "Eater of Birds" (2007) algo cambió. En 2009 se editó su tercer y más aclamado disco "Gin", toda una gema de cuidado. Éste sería el último disco de Cobalt con McSorley, quien sería expulsado de Cobalt en 2014 por tensiones varias luego de que el muchacho soltase algunas joyitas en su Facebook. Pero lo importante aquí es lo que él ayudó a crear antes de irse: una producción masculina y robusta, exactamente como lo era el ilustre de su portada.

No había mejor manera de darle el puntapié inicial a semejante obra que con la canción homónima. Ciertamente, la canción "Gin" recurre a distintos medios para ir envolviendo poco a poco al oyente dentro de una calurosa y sofocante atmósfera, muy bien conseguida y confeccionada por su parte. Los intensos guitarrazos se desdoblan constantemente, aniquilando cada residuo de monotonía y aburrimiento que tienten con posarse a lo largo de canciones relativamente largas como esta, la cual dura siete minutos y medio. El altanero vértigo que inyectan constantemente los americanos se torna visceral, dinámico y poderosamente nocivo para la salud auditiva. Pero en todo caos existe un orden, y no será para nada difícil, sobre todo para el oyente atento, descifrar el puzzle que nos propone Cobalt en su letal maqueta de sonidos que van desde el Black Metal norteamericano más férreo hasta un coqueto y solapado Metal Progresivo muy en onda con el sonido característico de unos más que influyentes Tool.

De la tormenta del tema-título bajamos hasta el trance que nos espera en "Dry Body", una obra profunda y cavernosa que comienza de manera inquieta y trémula con una introducción hipnótica donde Wunder nos seduce con sus inquietantes cantos ritualistas, los cuales se aparean indiscretamente con la tímida melodía de guitarra, la cual lentamente va tomando cuerpo e hinchándose de manera gradual, casi ceremonial. La batería se sumará al poco tiempo y consigo la faena encuentra su punto de inicio. Un tema largo, con contundentes notas de bajo que caen como aguacero. Es magnífico el control del tiempo, de las texturas y los ritmos por parte de Erik Wunder a la batería. El dominio que ejerce sobre sus instrumentos es verdaderamente impactante.

Tras el descanso anterior, McSorley regresará a la alineación titular para regalarnos una corrosiva "Arsonry" que infecta a este tramo inicial del disco con su ritmo venoso e hiriente. El doble bombo está al pedir del cliente y los riffs atruenan como sables. Un interludio con guitarras acústicas en la mitad del tema da lugar a una segunda parte más ambiental y sofocante donde los shierks de McSorley brindan una atmósfera de agresividad que le viene bien al disco en términos de contraste y variedad.

Cuando nos demos cuenta de que el tema anterior terminó, ya vamos a tener a "Thoat" en sus aleteos finales. Ésta es una instrumental de dos minutos que simplemente le deja la mesa servida a "Stomach", un track que sigue los mismos senderos Black/Progresivos de su antecesora, pero con un plus de melancolía muy palpable tanto en las lineas vocales como en las melodías de guitarra. De nuevo tenemos una división en bloques donde el bajo deja relucir su potencial, cortando el tema en dos y permitiendo que una sección instrumental, tácticamente ordenada, se abalance sobre nosotros y azote con toda su furia.

Es difícil describir el mensaje cósmico que yace encriptado en los compases iniciales de "A Clean, Well Lighted Place"... Un tramo inicial simplemente mágico. Lo extravagante tendrá lugar una vez terminada esta maravillosa introducción. La letra por su parte es una llamada telefónica que le hicieron a Wunder, lo cual no viene mucho a cuento y desentona un poco con el mensaje de otras canciones. Pero eso sí, la instrumentación es un alucine total. Una exquisitez de menú.

"Gin" es un álbum que se encuentra bien dotado de creatividad y diversidad. El por momentos confuso vértigo Black 'n' Roll que podemos encontrar en el inicio de "Pregnant Insect", más que llenar de incertidumbre, sirve de antesala para la ensalada de sonidos que yacen cercanos al ecuador del segundo minuto, donde una tormenta sónica propiciada por la inclemente guitarra de Wunder convertirá lo que reste de la canción en una marea de confusión, experimentación y tenacidad.

Un riff entrecortado, muy típico de Adam Jones, nos será de apertura a un tema que de buenas a primeras no sorprende, como lo es "Two-Thumbed Fist". Sin embargo, gracias a unos agraciados e innumerables cambios de ritmo, nos encontramos de frente a una experiencia de diez minutos realmente divertida y cautivadora. Toda una partida de ajedrez donde los lunares de maestría de Erik Wunder vuelven a ser visibles al desplegar toda su creatividad en un último arrebato de demencia y prepotencia. Y ya cercano al ocaso del álbum se encuentra "The Old Man Who Lied For His Entre Life", otra instrumental que cumple la labor de anunciar que "A Starved Horror" está cerca. El punto final de esta joya se caracteriza por su constante aura de clímax, de ejecución final, de jaque mate.

Este es un trabajo que hay que escucharse varias veces. No hay de otra manera. Deshojar a "Gin" es una labor que vale completamente la pena debido a que su principal atracción yace en la notable capacidad interpretativa de estas dos bestias pardas. Ya no estaban explorando su sonido, sino que lo elevaron a la máxima potencia y tuvieron el tupé de dejarnos semejante pieza de exhibición en el proceso.

Cada vez que le doy al replay, la uniformada figura de Hemingway y su penetrante mirada sólo se agiganta más y más. Un disco hermoso. Cinco cuernos.

Phil McSorley: Voz
Erik Wunder: Guitarra, bajo y percusión

Sello
Profound Lore Records