Ayreon - Universal Migrator (Part.I The Dream Sequencer)

Enviado por Rockexplorer el Sáb, 27/06/2009 - 09:55
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1. The Dream Sequencer (5:10)
2. My House on Mars (7:49)
3. 2084 (7:42)
4. One Small Step (8:46)
5. The Shooting Company of Captain Frans B.Coqc (7:59)
6. Dragon on the sea (7:09)
7. Temple of the Cat (4:11)
8. Carried by the Wind (3:59)
9. And the druids turns to stone (6:37)
10. The first man on earth (7:20)
11. The Dream Sequencer (Reprise)(3:38)

Arjen Anthony Lucassen, arquitecto de esta perfecta obra de Rock Progresivo de gusto antiguo pero hecho en la modernidad, es para mi, uno de esos músicos que solo se pueden calificar como genios, quizás a la altura de Trent Reznor, de Nine Inch Nails, o el propio Mike Oldfield. Uno de esos músicos multi-instrumentistas, capaces con su genio de construir este tipo de obras, verdaderas maravillas de la música que de vez en cuando te caen en las manos y durante semanas no puedes dejar de escuchar.

Lucassen es un espigado guitarrista holandés que triunfó en la escena del Metal europeo merced a su trabajo en bandas como Vengeance o Stream of Passion, de cierto renombre entre los conocedores de este extraordinario mundillo, aunque en mi opinión su más importante contribución a la música vino dada por su creación llamada Ayreon. Un proyecto en solitario, sin una banda fija que diseñó para dar rienda suelta a sus influencias progresivas, ancladas en la música de los 70, reino indiscutible de los dioses Pink Floyd, o del tímido genio Mike Oldfield, de los desvaríos folkies de Ian Anderson en Jethro Tull o de la complejidad casi Jazzistica de los Yes de Rick Wakeman, Jon Anderson y Steve Howe.

Él solo fue capaz de tejer óperas de la grandiosidad de “Into the Electric Castle”, mostrando tanto virtuosismo como versatilidad, contando con leyendas de la música de todas las épocas para dar vida a los papeles de sus obras.

Lo que aquí nos ocupa lleva el nombre de “Universal Migrator”, extensa obra dividida en dos partes, ideada para ser publicadas estas por separado, siguiendo una línea argumental que nos sitúa en un futuro lejano, dejando a un protagonista solitario, como único superviviente de la raza humana, confinado en una colonia en Marte de la que no puede salir al estar la Tierra destruida. Debido a que el argumento de los álbumes tiene una continuidad entre sí, la discográfica decidió poner a la venta las dos partes en un solo estuche, para así no privarnos de tan magna aventura sonora. Dada la extensión de ambas partes, las reseñaré por separado, ya que pese a seguir una misma historia, lo que Lucassen nos muestra musicalmente hablando no tiene nada que ver, las dos partes son totalmente diferentes.

La primera parte se llama “The Dream Sequencer”, y está ambientada como os decía antes en un lejano futuro, en el cual la raza humana se ha autodestruido, debido a la contaminación, las guerras y la encarnizada lucha por el poder de las grandes potencias del mundo. Aún así se ha conseguido colonizar Marte, y allí, mientras una trágica guerra asola por completo nuestro planeta, un colono, ha nacido, crecido y sobrevivido allí, totalmente solo. La soledad, el desconocimiento del planeta de origen de su familia, la guerra que ha matado a sus congéneres le hace vivir preso en su propia casa, necesita, viajar a la Tierra, en busca de sus raíces, pero aparte de que sus medios le impiden salir de allí, el planeta ya no es lo que era, se trata de un sitio inhabitable, donde la muerte es lo único que encontrará si viaja hacia allí. Decide utilizar una máquina, el secuenciador de sueños, una especie de dispositivo de realidad virtual que le permite viajar allá donde quiera, tanto en el espacio como en el tiempo. Se propone viajar a la Tierra en su subconsciente, pero atrás en el tiempo, donde podrá conocer algunos de los episodios históricos más importantes de la humanidad y cual fue el destino de esta. Tal experiencia le permitirá revivir la grandeza de una raza que no solo ha hecho cosas malas. Con ello experimentará diferentes estados anímicos, nostalgia, orgullo, miedo, tristeza, alegría…convirtiendo el disco en un viaje mas allá del tiempo y del espacio, un viaje por las entrañas de los sentimientos humanos, para aprender junto con el protagonista de la historia, que en algún momento del tiempo, la raza humana pudo haber vivido en una armonía inquebrantable.

En cuanto a la música, el disco, en esta su primera parte, se convierte en un compendio de todo lo básico que tuvo el Rock Progresivo durante su historia. A medida que su reproducción avance escucharemos pasajes que nos trasladarán a la música de Pink Floyd, con esos sintetizadores evocando infinitos parajes espaciales, secundados por guitarras punteando con notas larguísimas profundizando tanto en el espacio por el que se nos está guiando, como por nuestra propia alma. Riffs de guitarra de melodías exquisitas, solo acariciando las cuerdas, apoyadas en la sublime electrónica que el genio Oldfield nos mostraría durante los años 90. Guitarras acústicas secundando la majestuosidad de los parajes sintéticos que nos trasladan atrás en el tiempo, evocando antiguas batallas en el mar. Bellos parajes de clara influencia Folk, de nuevo tendiendo un guiño a la influencia de Mike Oldfield, para hacer revivir el mundo medieval de la Irlanda antigua. Órganos Hammond como el magistral Rick Wakeman nos mostraba en las largas suites de Yes, con una sensibilidad increíble, capaces de erizarnos la piel.

Lucassen cambió por completo la estructura de la obra con respecto a anteriores y futuras publicaciones realizadas bajo la firma de Ayreon. La estructura del trabajo vocal, aparte de las partes corales, fueron realizadas no siguiendo un patrón en cuanto a papeles de una ópera se refiere, sino asignando una voz a cada tema según la conveniencia de los sentimientos que se quisieran mostrar con cada uno de ellos. Así en el disco nos encontraremos con gente tan conocida como Lana Lane, solista norteamericana de extensa carrera en el mundo de Rock Progresivo. Johan Endlund de Tiamat, para evocar la melancolía y tristeza que la soledad le produce al colono en su automatizada cárcel que es su hogar en la colonia marciana. Edward Reekers, de la banda holandesa Kayak, para hacernos vivir la emoción de la llegada a la Luna a finales de los años 60. El norteamericano Mouse de la banda Tuesday Child, pone la voz para hacernos sentir el orgullo de un caballero enrolado en la milicia holandesa contra los todopoderosos Tercios de Flandes, apunto de ser retratado por el inmortal genio de la pintura Rembradt. Neal Morse de Spock’s Beard, nos trasladará a la prehistoria donde viviremos la experiencia de ser el primer hombre sobre la faz de la tierra. Son solo unos cuantos ejemplos de la grandiosidad de una obra que no debe pasar inadvertida, y solo es la primera parte de un viaje alucinante, donde hay más, mucho más. Pero parafraseando a Michael Ende, eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.

Arjen Lucassen: Guitarras eléctricas y acústicas, Bajo, Sintetizador Análogo, Mellotron, Hammond y teclados adicionales, y Voz Principal (Tema 8)
Rob Sneijder: Batería
Erik Norlander: Sintetizador Análogo, Piano, Vocoder, Hammond
Clive Nolan: Solo de Sintetizador (pista 3)
Peter Siedlach: Arreglos orquestales
Oscar Holleman Ingeniero de Sonido.
Vocalistas:
Lana Lane: Voz hablada, coros, Voz principal (Temas 3 y 6)
Johan Endlund: Tema 2
Floor Jansen: Coros (Tema 2)
Edward Reekers: Tema 4
Mouse: Tema 5
Jacqueline Govaert: Tema 7
Damian Wilson: Tema 9
Neal Morse: Tema 10

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