Anthem - Tightrope

Por alguna extraña razón, cuando conocí a Anthem hace años, algo me llevó a la conclusión de que este era su trabajo más representativo. Por tal motivo y poco impresionado con la capacidades demostradas por los de Naoto Shibata en este Tightrope, quedaron relegados a algún recóndito lugar de mi disco duro (y de mi memoria) hasta que una oportuna lectura de la reseña del Gypsy Ways en este mismo sitio sirvió para rescatarlos y auparlos a uno de los primeros puestos de mis preferencias actuales. Cosas de la vida.

La cosa es que, sin ser Tightrope para nada un mal trabajo, presenta a unos Anthem que todavía estaban por hacer. Con claros síntomas de inmadurez, se trata de una propuesta mucho menos equilibrada y, hasta cierto punto, obsesiva. Todavía sin que Mr. Chris Tsangarides se hubiese cruzado en su camino, lo primero que llamará la atención a los familiarizados con la etapa más brillante de la banda de la mano del recientemente fallecido productor británico, será la cruda producción de este Tightrope. Suena bastante potente y se podría decir que encaja con el talante más violento de estos temas, pero ese sonido de guitarras tan enmarañado no juega nada a favor de un hábil tejedor de riffs como es Hiroya Fukuda. Todo suena demasiado empastado y es en los cortes más lentos, que aquí están lejos de ser la tónica general, donde podremos disfrutar mejor de las virtudes de Anthem. Ahí está la genial Night After Night, con su impresionante estribillo, para demostrarlo. No en vano, sigue siendo a día de hoy, la representante fija de este LP en el set list de la banda. Un temazo que ya anticipa en lo que se convertirán poco después.

En la misma línea a medio tiempo está también Finger's on the Trigger, sin llegar al nivel de Night After Night, pero también dentro del pelotón de las destacadas. El resto, heavy metal bastante frenético, rozando el speed metal, y mucho menos memorable de lo que nos tienen acostumbrados los de Naoto Shibata. Entre las mejores, la inicial Victim in Your Eyes, la maidenesca Death to Death y el cuasi tema título Tightrope Dancer... en algo ya mostraban cierta habilidad los tokiotas agrupando lo más fuerte en la cara A, con lo que la sensación del arranque del álbum es bastante potente.

Un poquito menos brillante, la cara B ofrece más de lo mismo y en una estructura similar. Ahí está el otro punto flaco de Tightrope, todo resulta un poquito lineal, no hay sobresaltos ni esa sensación de que una genialidad te acaba de golpear. Los temas resultan compactos, bien construidos, fluyen sin contratiempos y... pues eso, falta ese poquito que los lleve a otro nivel y del que nos darán mucho en los tres trabajos que siguieron a este. Empieza sin compasión con Driving Wire, intensa, contundente y algo repetitiva, para luego aflojar un poco con la mencionada Finger's on the Trigger y la cosa sigue en velocidad de crucero hasta el discreto final con Black Eyed Tough, cuyo riff de guitarra me recuerda algo a los primeros Tank.

A Eizo Sakamoto también lo noto verde en Tightrope y todavía lejos del nivel que mostrará en el genial Bound to Break y en esa basura de Animetal que, sin embargo, habrá resultado muy lucrativa para él. Probablemente una cuestión de producción, el trabajo de la propia banda a este respecto, sin ser abiertamente malo, no termina de potenciar unas virtudes que, aún así, empiezan a asomar tímidamente. El impresionante trabajo solista de Hiroya Fukuda, la creativa base rítmica de Naoto Shibata y Takamasa “Mad" Ohuchi y esa sorprendente habilidad para crear temas tan contundentes como pegadizos está algo diluida en esa maraña tejida por la embarrada producción y la urgencia de las composiciones.

Si no los conocéis, cosa complicada por el coñazo que he dado con ellos en esta web durante el año pasado, no deberíais empezar por aquí. Cualquiera de sus tres trabajos posteriores es mucho mejor lugar para iniciarse en la discografía de Anthem, indiscutibles reyes del heavy metal japonés junto a sus geniales “rivales" de Osaka y, en particular, Bound to Break y Hunting Time. En el caso de que, cansado de mi insistencia, hayas decidido escucharlos y caído en sus redes, Tightrope es una más que recomendable aportación a su larga y ocupada carrera, aunque aún lejos de sus momentos de excelencia. Por mucho que me guste la banda, está vez lo dejo en tres cuernos muy altos a la espera de lo que llegaría tan sólo un año más tarde.