
1. Shadow Walk (05:00)
2. Hungry Soul (05:03)
3. Blinded Pain (06:51)
4. Do You Understand (04:52)
5. Love on the Edge (05:30)
6. Voice of Thunderstorm (03:30)
7. Power & Blood (04:32)
8. Fever Eyes (03:44)
9. The Night We Stand (05:12)
Creo que huelga toda presentación sobre Anthem después de la tabarra que os he dado con ellos en los últimos meses y con este, su ya sexto álbum de estudio, queda por aquí cubierta la que yo considero su discografía esencial.
Los de Naoto Shibata se plantaron en 1990 con la complicada tarea de suceder un álbum brillante como Hunting Time, con el hándicap añadido de que su productor de confianza se encontraba encerrado en algún lugar de Dinamarca “matando el dolor" con cierta banda británica. ¿Se puede mejorar un disco que, a la postre, se demostró como prácticamente perfecto? ¿Consiguieron Maiden superar el Seventh Son..., Queensrÿche el Operation: Mindcrime o Megadeth el Rust in Peace? Pues dependerá de quien opine pero, a mi parecer, no. La clave está en si consigues componer un digno sucesor y Anthem eso sí lo consiguieron. Este curiosamente titulado No Smoke Without Fire puede no resultar tan excelso como su precedente inmediato, pero sigue siendo tan disfrutable como todo lo que habían sacado Anthem hasta aquel momento.
No son las portadas uno de los principales argumentos de Anthem, pero la de este LP tiene su encanto y nos predispone favorablemente para una escucha que comienza con la contundente Shadow Walk. Era complicado igualar el impacto que resultaba de la tripleta inicial de Hunting Time y, ciertamente, Shadow Walk no lo consigue, pero sí pavimenta el terreno sobre el que se va a mover este No Smoke Without Fire. Tempos en general más lentos, un toque más oscuro y riffs más densos, aunque mantiene el mismo gusto por la melodía en estribillos y solos que caracteriza la discografía de estos nipones.
En la misma línea siguen Hungry Soul, con su pegadizo estribillo, y la fantástica Blinded Pain, con unas fabulosas líneas vocales y unos teclados ambientales que hacen su aparición hacia el final del tema y serán una de las señas de identidad del trabajo. Recuperan la intensidad de Hunting Time en Do You Understand, primer zarpazo del álbum y que tiene unos acojonantes duelos de guitarra y bajo hacia la mitad del tema que me hacen pensar en los Racer X de Scarified. ¿Tendrá algo que ver aquella gira que hicieron juntos por EEUU en 1987?
Llegados casi al ecuador de este sexto trabajo, puedo sacar varias conclusiones. La primera es, sin duda, que echo de menos a Chris Tsangarides. No es precisamente el de Tony Taverner (Vow Wow, Heavy Pettin’...) el trabajo de un aficionado, pero no nos engañemos, no es Chris Tsangarides, y bastante seguro estoy de que no fue la primera elección de Anthem, habida cuenta de que volvieron a contar con su productor fetiche para Domestic Booty. El LP suena potente, las guitarras con fuerza, pero el conjunto en general resulta menos dinámico, como si la batería, que no suena mal, frenase los temas. Y no es que Takamasa “Mad" Ohuchi sea un batería precisamente lento, extremo que se puede comprobar a la perfección en la feroz Voice of Thunderstorm, pero algo en la mezcla del LP resulta menos inmediato que en sus tres trabajos anteriores con Chris Tsangarides tras los controles.
En la cara B, Love on the Edge, que me suena demasiado a metal japonés moderno, y la profusa en teclados Power & Blood me parecen las más flojas pero, como viene siendo costumbre en una banda que se demuestra muy hábil en sus movimientos, Fever Eyes, muy pegadiza y con un bajo muy penetrante, y The Night We Stand terminan el LP por todo lo alto. Vuelven a dejar claro Anthem que son una banda muy inteligente a la hora de estructurar un álbum y reservarse alguno de sus ases para el tramo final.
Yukio Morikawa, el Graham Bonnet japonés, está enorme a lo largo de todo el trabajo y la figura de Naoto Shibata se hace realmente inmensa en todas las composiciones, con un sonido que le beneficia considerablemente y da mucho protagonismo a su instrumento. Desgraciadamente no puedo decir lo mismo de un batería tan intenso como Takamasa “Mad" Ohuchi, que parece algo apagado en esta ocasión, no sé si por cuestiones de producción, y del fantástico Hiroya Fukuda, con mucha menos presencia en estos temas que en anteriores apariciones. Cierto es que poco después de la salida del álbum fue sustituido por un jovencísimo Akio Shimizu, tan válido como él técnicamente, pero al que veo algo menos inspirado y que, por cierto, aún sigue en la banda.
La conclusión que personalmente extraigo es que No Smoke Without Fire nos deja a unos Anthem ligeramente menos brillantes, pero igualmente solventes. Este LP no va a decepcionar a nadie que haya disfrutado de sus trabajos anteriores, ni a nadie a quien le guste el heavy metal tocado con total profesionalidad y ocasionales dosis de genialidad, pero a mí, personalmente, me deja cierta sensación de fin de etapa con un Hiroya Fukuda a las puertas de dejar la banda y una separación que no se haría esperar mucho más. Los años 80 terminaban y, como todos sabemos, llegaban vientos de cambio. No obstante, Anthem mantienen todavía muy bien el tipo en 1990. Cuatro cuernos bien orgullosos para los de Naoto Shibata en el cambio de década.
- Yukio Morikawa: voces
- Hiroya Fukuda: guitarras
- Naoto Shibata: bajo
- Takamasa "Mad" Ohuchi: batería