¿Es el hombre un lobo para el hombre? pues según este libro, poco menos que los niños que son peores. Considerado un clásico de la literatura inglesa del siglo pasado, Golding dispara esta primera novela llena de simbolos, alegorías y mala leche situándola en una isla paradisiaca que describe con profusión y detalle cual auténtico paraíso terrenal.
Tras un accidente de avión, un montón de alumnos de un colegio son los únicos supervivientes en una isla desierta y deben montárselo para sobrevivir. Con esta premisa Golding desarrolla un marco "de laboratorio" para la representación humana de diversas clases sociales, sus motivaciones políticas y la relación entre ellas. Así los diversos personajes, que se pueden alinear en "mayores", que representarían las clases superiores, y "pequeños" que serían un simbolo del pueblo llano, son identificados con algún valor de la cultura occidental, ya sea moral o político (la razón, la religión, la democracia, la dictadura...) y luego puestos en conflicto entre sí y contra la isla que les rodea, que a la vez que representa un paraíso también se identifica con el miedo a lo desconocido.
Lo que empieza como una especie de sociedad inocente se corrompe rápidamente por la pereza y luego todo se viene abajo en un ambiente cada vez más retorcido y desagradable, en el que los niños se van asalvajando exponencialmente y realizando acciones cada vez más incivilizadas que revelan la verdadera condición humana, según el autor. Es especialmente escalofriante, por frío, quizá, el final del libro que no puede hacer olvidar los actos que estaban sucediendo, pese a que nos viene a recordar que al fin y al cabo son simplemente niños en otro simbolismo importante en la obra.
Un clásico moderno, un libro incómodo y sin intención moralizante que recomiendo desde aquí encarecidamente a todo el mundo.