
1. The Curtain Pulls Back (01:12)
2. The Crimson Rider (Gallows Frontier, Act I) (10:40)
3. The Iron Horse (Gallows Frontier, Act II) (06:28)
4. Fire & Gold (04:19)
5. Masquerade of the Gunslingers (10:01)
6. Intermission (02:01)
7. Vaudeville (10:17)
Tenía algo de expectación por esta nueva ofrenda de los estadounidenses Wayfarer, luego de encontrarme hace un par de años con un World's Blood dónde me pareció ver a una banda con un norte fijo; luciendo una rica paleta sonora, con raíces en el Black Metal Atmosférico, que se mezclaba fuertemente a su concepto, muy autóctono, en el cual parecen moverse como pez en el agua.
El cuarteto, proveniente de la árida ciudad de Denver, Colorado, parece comenzar a cavar mucho más profundo en sus raíces locales con este interesante nuevo disco, titulado A Romance With Violence, donde la influencia conceptual que manejan queda muy clara apenas se observa la estampa que protagoniza la portada; el icónico y salvaje viejo oeste. Lejos de tocar solo tópicos superficiales, Wayfarer va directo al meollo del asunto: la violencia y la brutalidad que se vivió en esta época de expansión en la frontera norteamericana, plagada de codicia y exterminio, matizados por supuesto con la épica y heroísmo típicos de la visión cinematográfica que tenemos del Wéstern en la cultura popular. Tiempos violentos, y de inevitable progreso, que la banda refleja al dedillo con su base de Black Metal a la americana, de fuerte tendencia atmosférica y con ciertos aditivos, que podemos conectar a bandas como Agalloch o Wolves in the Throne Room. Los de colorado comenzaron por allá en 2014 siendo muy derivativos de esta influencia, pero, con el tiempo, han sabido ganarse un sonido más distintivo.
Polvaredas que se enroscan, espuelas que chocan, y el calor inclemente que te hace sudar las pelotas; sutiles detalles, muy cinematográficos, que el grupo logra sin inmutarse con sus relativamente largas composiciones, sin olvidarse por su puesto de la violencia que es representada a través de los intensos ramalazos de guitarra que se esparcen, con medición y sabiduría, a lo largo del disco. Ciertamente Wayfarer no es la propuesta más visceral y hercúlea del Black Americano –en ese aspecto se destacan mucho más unos Cobalt, por ejemplo– sin embargo el grupo logra sacarse el rabo sin dificultad cuando tiene que hacerlo, destacándose sobretodo esa primera parte del disco que, luego de una apropiada introducción con apertura de cortinas, se presenta con la composición de dos partes Gallows Frontier. El primer acto, The Crimson Rider, asienta las pautas a seguir con una fuerte labor instrumental: una percusión simple y árida, pero con suficientes matices para aguantar el galope certero de unos riffs que no van directo a la cara, se esconden un poco en la polvareda yendo de aquí para para allá, pero cuidado que de vez en cuando lanzan algún latigazo mortal a las zonas bajas; terminan de conjugar la lograda ambientación desértica un bajo lejano pero audible y los bramidos del señor Shane McCarthy que también suenan recónditos sin sacrificar potencia, presagiando una tormenta que por momentos se hace con la batuta.
Pocas costuras se notan durante los siete cortes que conforman A Romance With Violence, pasando casi desapercibidas las transiciones entre temas; por ejemplo, ese paso invisible entre la acorazada continuación del tema anterior The Iron Horse y la pasional Fire & Gold que trae al neofolk y la música tradicional americana como protagonistas. Tema sencillo pero que llena; muy lejos de la excentricidad de sus paisanos Panopticon y sus cortes country bien animosos, pero con una vibra hogareña muy similar.
Reforzando la avanzada llega Masquerade of the Gunslingers, entregando otra larga composición con diversos cambios de ritmo, bellos pasajes acústicos y un vértigo incesante que al final termina por romper. Un trayecto entretenido, fiero, y de exuberantes paisajes de tonos rojizos que culmina con unas últimas vistas del crepúsculo. Vaudeville, o Vodevil, se encarga del cierre de cortinas con un espectáculo variado, y a la altura de las circunstancias, aunque con un tono distinto; más cercano a las sonoridades etéreas del Post Metal y el Post Rock, una influencia omnipresente en la música de Wayfarer que finalmente toma las riendas del show.
Veo en Wayfarer una propuesta que va progresando con cada ofrenda, comprometiéndose totalmente con su concepto, el cual no solo se manifiesta de forma superficial sino que se aferra profundo a su núcleo base. ¿Metal con tema de Vaqueros? Bah, estos gringos son mucho más que eso, y como no, están para tenerlos en seguimiento. Cuatro Cuernos justitos para A Romance With Violence.
Isaac Faulk: Batería
Shane McCarthy: Guitarras, Vocales
Jamie Hansen: Bajo, Vocales
Joey Truscelli: Guitarras