
1. Intro
2. The Rack
3. Ordeal of Death
4. Nuns Have No Fun
5. Send Ya' to Hell
6. The Enforcer
7. Betrayer
8. Die Young
9. Torture in the Tower
10. Cowards or Martyrs
Si te la pone durota el buen (y cañero) Metal alemán ochentero, si andas flipado por los primeros Running Wild, Rage, Blind Guardian, Paradox, Helloween o Angel Dust, te ofrezco algo, chato. Te regalo un paseo por el riffero mundillo de los Warrant (no me los confundas con los moñarrones de "Cherry Pie" o te pego un palizón que te dejo tieso). "The Enforcer" está preparado para saltarte al cuello, para reducirte.
Me encanta la ilustración del disco. Muy Sodom, con su verdugo cabrón, esculpido en mármol, musculado a lo WWE, y todo ello en un contexto azulado. Es como si Skeletor, el rival del bueno de He-Man, se hubiese metido a modelito para movidones metaleros. Aunque se tapa el jeto. Derechos de imagen, copyrights y esas polladas, con Mattel. Lo dicho, un portadón. Años llevo buscando la camiseta. ¿No tendrás tú una para mí? Venga, enróllate. Te voy a comentar el álbum. Qué menos, colega...
Empezamos. El verdugo sube el hacha. Reza. Ya la baja. Cruuuuuuuuunch...
Una onda acústica, "Intro", para ir metiéndonos en el papel, en el rol. En la peli, en "The Enforcer", haremos de dos metaleros, algo gilipollas, que reciben un palizón tremendo. Un papel corto, morimos en nada, pero vale la pena. "The Rack", el primer track, echa a volar, se pone a toda castaña desde el primer momento y ya no lo pillas. Speed-Power con filo, buen acero y un vocalista a caballo entre el tono más urbanote y chulesco y el más netamente heavymetalero y agudo. Una combinación cojonuda. Juegan en el mismo patio que los Angel Dust, para situarte. Mucha velocidad, mucha pegada, unas baterías insaciables que no paran de aporrear y aporrear y tono épico, sabor añejo. Speed-Power sin una producción soberbia. Speed-Power sin pasta. Speed-Power huraño. Compensando. ¿No hay dinero? Tranqui. Hay cojones. Y se acaba sonando cañero. La personalidad y el carácter por encima de los medios.
"Ordeal of Death", "Nuns Have No Fun" (que no es una versión de Mercyful Fate) y "Send Ya' To Hell", que compiten en cuestiones riffero-solistas, y que dejan claro que Warrant están sudando la gota gorda, que se están dejando el alma, son manjares para el amante del headbanging. May y Klein, los guitarras, dotan a la banda de una solidez total, de un filo peligroso, oscuro. Algo muy del momento. Se nota que los tios aman a Priest, a Accept, pero quieren ir más lejos, ser más osados. Normal. El alumno que no pretenda mejorar la premisa de su maestro, joder, ni es alumno ni es nada.
"The Enforcer", que comienza como la hermana maligna y traviesa del "Bark at the Moon" del tito Ozzy, pronto se convierte en otro vehículo con el motor en llamas, con cargamento Venom, y directito a la gasolinera de marras. Y en hora punta. Masacre. Los solazos nos arrancan la piel la tiras, pero aguantamos. Deberían regalar una de esas almohadas pequeñitas con el disco, joder. Te queda el cuello que da pena. Mear sin mirártela. Es una jodienda. Y un par de dias. Pero compensa.
Turno para "Betrayer" (Mötley Crüe + Venom + Angel Dust), "Die Young" y la oscura "Torture in the Tower". Warrant tienen una tara. El plato que nos venden es cojonudo, sólido de narices, pero los temas se hermanan demasiado. Hablamos de Speed y partimos de la base de que los medios tiempos y las baladitas no serán lo que más nos encontremos. Pero una mayor variedad en el concepto, una construcción algo diferente en los temas, algo que los separe unos de otros y les otorgue una personalidad propia, algo diferenciador, se hace necesario.
Me encanta el Speed que va a quinientos por hora y que no se quiere mover de ahí. Joder, soy megafan, a muerte, de los dos primeros álbumes de Blind Guardian (dos discos en los que todo, salvo la intro a "Follow the Blind", suena clavado), así que tengo el oidete acostumbrado. Pero Warrant, aún demostrando un nivelón técnico de cojones y teniendo mogollón de carisma, se hunden en el concepto clon. Han dado con un temazo, con una onda de puta madre. Y la repiten y la repiten. "I'm Alive" o "Twilight of the Gods" son dos de mis cinco temas predilectos de Helloween. Pero no me gustaría que la obra de Weikath y colegas andase toda llena de temitas idénticos.
Nos plantamos ante "Cowards or Martyrs", el último track. Más de lo mismo. Rugido chulesco, vacile de primera. Un buen martilleo en los cojones. Algo de puta madre en 1985, joder. El punto justo entre lo que se paría y lo que se iba a parir en nada. Viviendo en la frontera. Un buen cierre.
3 cuernos (mega-altos) para Warrant.
Recordaba el disco muchísimo más completo y complejo. Aunque no está nada mal, te encandilará si disfrutas mucho con el Power-Speed del momento.
Tiene cierto estatus de culto, las canciones emanan calor y quedará bien en tu colección. Pero poco puede hacer contra los mejores Angel Dust, Helloween o Blind Guardian.
Jörg Juraschek: Voz y bajo
Oliver May: Guitarra
Thomas Klein: Guitarra
Lothar Wieners: Batería