
1. War in Paradise - 07:45
2. Of Pure Unholiness - 06:39
3. Ceremony of the Seventh Circle - 06:58
4. Uncultivated Grave - 07:02
5. Malevolent Invocation - 04:11
6. Isolated Magick - 05:14
7. Cult of the Dead - 07:09
8. Frozen Terror - 05:47
9. Amulet of the Conquering - 05:32
Huele a chamusquina, apesta desde leguas. No es para menos, semejante epitome maligno tenemos frente a nosotros. Busquemos en el índice, de disco en disco, de esos que a todo regla deberías de oír. En el apéndice hallaremos Let Us Pray: catástrofe enervante. Dícese de los discos pútridos, técnicos, de los labores del Death Metal, esos que laceran la cavidad auditiva y acertadamente llegan a infectar.
Vital Remains, de Rhode Island, tierra de nuestro querido Lovecraft; por algo debieron ser de esa localidad: Para zarandearnos en blasfemias. ‘Let Us Pray’ es el trabajo debut, el primer testamento de los americanos. Vale destacar su alineación clásica con el maestrazo Tony Lazaro en guitarras, y Jeff Gruslin en los crujientes Growls. Dupla vívida que monitorea la organización de pe a pa, sin ellos, y Flynn, las cosas no tuvieran resistencia, por así decirlo.
Estamos hablando de Vital Remains clásico, no es para menos sentir un golpete en el chacalele cuando pronunciamos el nombre de una maquinal e ingeniosa agrupación, que no tuvo los apelativos distintivos que hicieron estatuilla de aquiescencia a gente como Morbid Angel y Deicide. Es cierto que los discos de la talla como ‘Descristianize’ y ‘Icons of Evils’ tienen una fiereza pocas veces vista por los de Lazaro, en sí, esos discos ulteriores, fueron “irrebasables”.
Detengámonos un momento.
Es cierto, qué bestia Benton en las entonaciones hipertrofiadas, pero más allá de la súper-técnica -que nunca la han perdido- , en este génesis hibridan el “destiempo” (La lentitud) con el contemporizado y retaceado aire venenoso del Doom. No, no son especulaciones mías, he dicho Doom. Esa confabulación entre querer tocar Death con pasajes a “Stp-Motion”, o sea, sin querer queriendo, registra un variante muy interesante como desgustativa.
Uy, uy. Pero lo que me pone la piel de gallinazo, es la duración del ensangrentado y lacustre ‘Let Us Pray’, royendo casi la hora. Se percataran que es una hora asfixiante, insalubre como la despensa de una carnicería de mercancía vencida, donde el encargado, no congela la carne, la deja a temperatura ambiente… y se nos viene ese olorcito, ese tufito a tripas mucilaginosas, y escuchas el zumbido de moscas asechando la carne tibia y descompuesta. Eso me produce Vital Remains… esa fetidez, ese sentimiento cálido, pero podrido.
Y es que, si no lo menciono reviento. Pero, esa hediondez, la parte mohosa del disco, es provocada por el bajista Joe Lewis; tremendo señorío para condensar, aquietar el ambiente, darle más gravedad al asunto con su bajo.
Y es más sorprendente cuando ese bajo vuelve un Death de Riffs abrasadores en un Death Congelado por el bajo, y, después el derretimiento, eso significa la carne calientita, carajo. Vuelve el olorcillo que tanto me gusta. No menos importancia tiene A.Alonzo, casi un incauto y desapercibido tipejo, que a decir verdad, importa poco si es un notabilísimo renombre de las percusiones, ya que el trabajo, casi cayendo en el anonimato, es reguardado por las espinosas y férreas batallas que ejerce en su batería; los parches están flojitos, por eso esa densidad y rotundez que hace totémico a cualquier sonido enclenque.
‘War in Paradise’ arguye todos los elementos que he estado detallando. Hermoso es, para quién le halle una rubrica morbosa al asunto de “no comenzar” todavía, ir a medio tiempo, como quien no quiera la cosa, como que si estallo no te diste cuenta, ¿eh? Así de maligno nos quiere engullir este primer lobezno, que se va ensanchando en un carroñero letal y mordiente.
Chequear con recatada atención la atmósfera que se firma entre Riff y Riff alucinante. Me sorprende la aptitud de Gruslin para con su dicción mefítica, y el hondísimo que puede lograr obtener es de cuidado. El punteo se hace tenso con un quiquiriquí radioactivo en acordes apelmazados. Muchos despuntados entresijos tiene aún el tema, pero a modo de troquel, he de citar el Solo que ejecutan las guitarras… imparable.
El tufo a carne sigue esparciéndose con la llegada de ‘Of pure Unholiness’ -Hasta para títulos estaban atravesados- Tenemos el momento de esclarecimiento cuando los riffs van tejiendo hebra de titanio, bañada en bronce para tenga apariencia más vetusta y “carcamalística”. Se ve la luz con la sección rítmica adecuada; a mitad del camino un estallido de guitarras; a ¾ que termine, un paro y desavenencia con toda la rapidez que hace deudor el Death Metal y lo hace orfebre del Doom. Decídanse: ¿Lento o Rápido?, ¿Doom o Death?, ¿Pardo o Negro?... sin moldes, debieron pensar… agriemos momentos, mejor. Tremendos cavernícolas, qué destreza. Huele a países bajos por aquí… Asphyx y Cía.
‘Ceremony of the seven Circle’ es la que se granjea salirse del miramiento que estaban teniendo con los dos tracks iníciales, sin embargo, peliagudo la sincronía que nos vienen a lucir ahora; si ya no densos, si equilibristas y manejadores de tempos y marchas exactísimas. Qué muestrario. Se abre el abanico, se dejan ver las demás páginas que ocultaban, las demás cualidades de por qué son Vital Remains. En materia de solos tenemos una homogeneidad con sus anteriores, aquí si no se puede abordar un cambio notable. Chulesca si está, no reprueba por ello.
‘Malevolent Invocation’ antes que nada, hay un apartado especial que me causa delirios irreversibles. Es de fijarse en el segundo 0:22, ese mugido constreñido es una prueba de nefaria acritud. Repetiría ese momento miles de veces si es posible. La canción nos muestra su musculatura: densa, migratoria –De acá para allá con tonos bajos-, veloz, despeinada –capaz ni cabezas tienen sus canciones, por lo amorfas que son-, chocante y consumidora de energías. Los cambios son excelentemente fructíferos.
‘Isolated Magick’ catapulta la granada de los Remains, coordina los sonidos graves con la profundidad del vocal, el “grumiante” Jeff, más riffs más mecha, menos interludios, cara B enojada porque le dijeron a su amiga, la cara A, que era maricona por meter interludios, y en son de limpiar el nombre de su hermana, esta sucia cara B nos tira embalajes, paradójicamente ambientales –Campanas y opresión- y nos cierra la boca con una cremallera instalada, como si fuera Saw la jodida.
‘Cult of the Deads’ sigue la misma línea así como Frozen Terror. Pero, para cerrar: ‘Amulet of the conquering’ intercala, ahora, toda su armazón, se repliega a lo que sabe agregar: brutalidad, profundidad, lentitud, ambiente, pasajes ininterrumpidos de llanos y rugidos desesperantes.
Lo único que le critico a 'Let Us Pray' es la monotonía que cargan sus solos, basta escuchar la duración que tienen estos y la similitud en rangos y patrones que se van desollando. De ahí, todo me parece excelsitud, puro mana, ambrosia, cena palaciega… ¿pero qué hay de comer? Fácil: la carne del dispensario que se ha calentado tanto, que ya tenemos gusanos por el costado y el olor más penetrante y un sinfín de tuberosidades contaminadas en coágulos intestinales….¡Bon appetit , camaradas!
¡Cuatro cuernos a la médula!
Tony Lazaro:Guitarra.
Paul Flynn: Guitarra.
Jeff Gruslin: Voz.
Joe Lewis: Bajo.
A. Alonzo: Batería.