
1. Burn You (04:32)
2. Blind Revolution (04:34)
3. Set 'em on Fire (03:43)
4. Killing the Peace We Fall (03:39)
5. Wild Cats (02:47)
6. She Makes Me Hot (Hot) (03:52)
7. Wild and Free (03:20)
8. Ruling the World (05:15)
9. Beat It (03:37)
10. On the Wings of Endless Pain (03:24)
Ya lo dijo un célebre reseñista años ha, pero ojito con Scratch Records. No sé si sois de fijaros en estos detalles, yo sí, y es que tres de las cuatro últimas bandas que he reseñado recientemente aparecen firmadas por el ya extinto sello del sur de Alemania y eso no puede ser casualidad. Sólo echar un rápido vistazo a su escueto catálogo nos hace reparar en nombres no muy cacareados, pero altamente recomendables, como Gravestone, Stormwitch, los Battlezone de Paul Di'anno, Angel Dust, High Tension, Sinner, Noisehunter, Tyran’ Pace, los Sword canadienses… o los protagonistas de hoy, Tyrant, así que, obviamente, alguien por allí sabía lo que se hacía.
Tyrant probablemente tendrán el nombre menos original de la historia del heavy metal (un total de 22, sin incluir variantes, he encontrado en cierta conocida wiki metálica) pero, sin duda, unos de los mejores eran estos oriundos de Ulm que nos atormentaron con su rocoso heavy metal entre 1981 y 1989. Hace algo más de 20 años, el dueño de un bar local me dejó su tercer álbum, Running Hot, pero no consiguieron pasar de la consiguiente grabación en cinta y su posterior entrega al olvido. Poco más que unos mediocres imitadores de Accept me parecieron en aquel momento, muy a pesar de esa curiosa portada con un jabalí tocando la guitarra y algo de razón no me faltaba. La influencia de los de Hoffmann era notable, como en muchos de sus contemporáneos pero, de entre todos estos, ahora, décadas después, veo en Tyrant algo más que un mero “doppelgänger".
Algo de bidimensional tenían los tres primeros trabajos de la banda. Limitados al fugaz zarpazo speedmetalero y al pesado medio tiempo rockero, poco placer encuentro yo en los aclamados, en términos undergound, Mean Machine y Fight por Your Life, más que el de un ratito de desenfrenado "headbanging". Algo empieza a cambiar en el mentado Running Hot, injustamente tratado como una bajada de pantalones por algunos inquisidores, el cual, a pesar de un opener algo más accesible y esa humorística cubierta, no era más que otro sonoro puñetazo en toda la jeta. Quiénes lo critican por su supuesta comercialidad demuestran no haber pasado de la portada y el primer tema. Pero, si en algún momento estuvieron realmente finos estos cinco alemanotes de curiosos apelativos, fue en este canto de cisne a una carrera tan modesta como sólida.
No sé si, de haber entrado a la banda por esta puerta, mi aprecio hacia ella habría sido mayor cuando los conocí, pero sí es cierto que ahora ha sido el canal que me ha hecho valorarlos mejor de forma retrospectiva. Cuando lo escucho, encuentro en Ruling The World uno de esos discos de madurez, más allá de tratarse de la más ignota de sus obras. Siempre he sido un poquito más de estos trabajos que mostraban el crecimiento de una banda, que de esos productos algo más descerebrados del jovencito armado de tachuelas y cintos de balas hasta los dientes. No me malinterpretéis, me gusta mi heavy metal "duro y potente” como al que más, pero suelo encontrar más gratificantes estas escuchas algo más cerebrales que los desenfrenados descensos hacia el infierno en los que no importa nada más que ver arder todo a tu paso.
En primer lugar, el bueno de Kermit parece haber asumido sus limitaciones y deja de sonar a un Udo aquejado de almorranas y estreñimiento a partes iguales, para introducir un bramido semigutural que lo acerca hasta los territorios de un Ron Royce. Nada espectacular, pero sí mucho más controlado y amenazante. Por otro lado, Tyrant nunca han sido los tíos más torpes que han entrado a un estudio y sus grabaciones se encontraban casi siempre por encima de la media de lo que a una formación como esta se le supone. Pero es que este LP suena de cojones. Me parece a mí que, con una lección muy bien aprendida del Russian Roulette, han conseguido que este Ruling the World atruene con una batería que golpea como un martillo pilón y una guitarras cortantes y con un punto levemente estridente capaz de perforar los oídos. El hostión que pega Burn You después de esos 26 segundos introductorios es importante.
Pero lo mejor llega con la música, como siempre. No falta aquí la tan habitual receta de “chucrut” esperada. Uséase, speed metal potente y acelerado a lo Grave Digger, Warrant, Running Wild… (Burn You, Killing the Peace, Wild and Free), combinado con esos rítmicos y machacones himnos perfeccionados por Accept hasta la extenuación (Blind Revolution, She Makes Me Hot (Hot), Beat It. Creo, en cambio, que el acierto de Tyrant aquí fue ofrecer algo más que el menú del día en forma de arreglos melódicos (Set 'em on Fire, con mucha presencia de ese Russian Roulette) y una oscuridad épica que sólo aparecía esbozada al cierre de Running Hot (Ruling The World y, muy especialmente, On The Wings of Endless Pain... ¡vaya titulazo, eh!). Sólo lamento ese pequeño patinazo con una Wild Cats algo desenfadada que me recuerda a los Van Halen de Hot for Teacher y veo algo fuera de contexto en un álbum tan ceñudo como este.
Por lo demás, mucha testosterona, rudeza, bigotes poblados, coros bien machotes, mucho pelo en pecho, olor a sudor rancio, melódicos solos puestos donde tienen que estar y guitarrazos que cortan el acero. Nada que nos vaya a coger con la guardia muy bajada, pero que pondrá a prueba las cervicales del más curtido y levantará bien sus astas hacia el cielo. No es algo para volverse loco, pero me la juego a que convencerá a todo fan del (buen) heavy metal alemán de los 80. Por mi parte, cuatro cuernos justos, algo entre un 7,5 y un 8.
- Kermit: voces
- King Carl: guitarra
- Phil Zanella: guitarra
- Chris Peterson: bajo
- Dieter Behle: batería