Turia - Degen Van Licht

Enviado por Mendoza M. el Mar, 14/07/2020 - 06:44
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1. I
2. Merode
3. Met Sterven Beboet
4. Degen Van Licht
5. Storm
6. II
7. Ossifrage

Disco Completo

Turia es una de mis bandas fetiches. Su testaruda propuesta comprende un Black Metal de corte atmosférico muy bien trabajado que presenta ambientes y sonoridades muy representativas de su escena local, donde comparten cartel con agrupaciones de estilo muy similar y con las que incluso comparten integrantes, tales como Solar Temple, Nusquama, Galg o Imperial Cult, pero es que a ninguna de estas le encuentro el carisma que, de alguna manera, sí le logro encontrar a Turia.

Los neerlandeses han afilado su sonido hasta dar con la tecla. Su auto producido debut, "Dor", sentó las bases para un "Dede Kondre" donde ya se visualizaban ciertos brotes verdes, los cuales han terminado de florecer tras un breve pero importante paso por el sello alemán Eisenwald, y el resultado de esa unión es este "Degen Van Licht" ("Espada de luz") que nos muestra una cara todavía más épica e intensa de Turia. Y es que a medida que las escuchas se acumulan, saltan a relucir una serie de innovaciones técnicas que no significarían nada en otro escenario, pero que aquí son muy palpables y cuanto menos agradecidas, siendo la mejoría en producción quizás la más importante, pese a no abandonar del todo ese crujido de cuarto de baño.

El tridente, simplemente acreditado como O, J y T, nos presenta un Black Metal que se cocina a fuego lento, con arrebatos de cólera que se disparan tras varios minutos apretando tuerca. El sonido es nítido para lo que le conviene, y el grupo demuestra ser sólido e intenso. Los medios tiempos poseen mucha importancia, igual que en obras pasadas, pero ahora se palpa mucha madurez, muchos detallitos desparramados a lo largo del minutaje que redondean la faena de manera espectacular. Ya no es sólo el clásico "tiki-taka" con dos acordes de fondo con distorsión a toda mecha. Ahora vemos a un grupo delicado, que maneja los matices con comodidad y soltura, que trabaja muy bien la melodía y que nos otorga un álbum precioso que se insinúa desde su portada.

El álbum consiste sólo de cuarenta y tantos minutos, divididos en siete temas, dos de ellos instrumentales de apertura y transición respectivamente. La apertura del álbum es exitosa, con esa "Merode" que empieza a toda velocidad para ir adentrando al oyente a su mundo. Los cambios de ritmo se presienten incluso minutos antes de que se efectúen, y el silencio general juega un rol importante. La distorsión está presente, ya no como un elemento para esconder carencias, sino como un plus que empuja el grupo hacía adelante. La percusión es sencilla, eso sí no parece que vaya a cambiar nunca, pero las sutiles melodías que penetran desde todas direcciones hacen el viaje muy divertido, lo cual es fácilmente comprobable en "Met Sterven Beboet" y ese tímido riff inicial que de a poco se irá envalentonando hasta erigirse como capitán del navío. Los interludios están muy bien localizados y la atmósfera que se consigue es genial, todo para terminar cayendo en un clímax apoteósico a golpeteo acompasado y con una furia vocal completamente desbocada que hasta llega a conmover.

Justamente parte del encanto de Turia radica en su vocalista, la señorita T. Portadora de un berrido alarmante, por qué no decir agobiante, la mujer sabe cómo transmitirle ese sentimiento de aversión al oyente. Precisamente, en la homónima "Degen Van Licht", nuestra cantante se despachará uno de sus momentos más álgidos al micrófono, y es que los viajes a medio tiempo le sientan muy bien. Ese histrionismo vocal se apodera de todo, hasta parece levantar una guitarra generalmente taciturna y la hace parecer más épica de lo que realmente es. Los teclados de fondo aportan lo suyo, sin muchas florituras a la vista. Incluso hay trompetas totalmente random zumbando por ahí.

En "Storm", pese a ser el tema más corto, la guitarra se da el tupé de exhibir cierto tecnicismo (para lo que es Turia) y descerraja melodías y punteos deliciosos, quizás de lo mejor del trabajo, siempre en estrecha unión con los cánticos de fondo y con una percusión que posteriormente enmudecerá para darle paso al teclado sombrío de "II", el cual le da paso a su vez a la culminante "Ossifrage" y a sus más de doce minutos de furor y vehemencia. Todo un repaso de los mejores momentos del álbum y con un final sideral a tecla desnuda muy efectivo y que permite bajar el telón a la par que el oyente se reconecta con sus sentidos.

"Degen Van Licht" es un trabajo redondo para lo que pretende. Su propuesta no es delirante, no es experimental ni osada, pero posee un aura espectacular que parece estar danzando siempre entre la sutileza y el desprecio. Muy buen álbum, sobre todo cuando observas la discografía del grupo y te percatas que sí hay evolución, madurez, propuesta y muy buenas ideas que evitan caer dentro del Black atmosférico monótono e insípido que abunda hoy en día. Cuatro cuernos bajos para la consagración de Turia, aunque sea dentro de ese extraño panorama metálico de los Paises Bajos.

T: Voz
O: Guitarra
J: Batería

Sello
Eisenwald