
1. Intro (Spoken)
2. Tormentor
3. Branded With Satan
4. Infinite Darkness
5. Intro-Damned Grave
6. The Dance Of The Swords
7. Mephisto
8. Live In Domnation
9. The 7th Day Of Doom
A los metalheads nos mola investigar el nacimiento de todo movimiento o tendencia en nuestro royo. A veces podemos pasar horas discutiendo en que momento nació el heavy metal o qué bandas fueron las que dieron vida a ese estilo musical que ahora nos tiene hechizados. Es normal ¿no? Muchos lo vemos como auténtico arte, capaz de transmitir sentimientos, ideas y de paso, hacernos pasar un buen rato. Muchos desempeñamos el papel de arqueólogos desenterrando en tiendas de segunda mano (o, en su mayoría en Internet) joyas olvidadas que fueron precursoras de algo que ahora hasta el más parado conoce. Hoy, me complazco en mostraros uno de esos tesoros esquivos, una de esas pequeñas obras que ayudaron a dar forma a un subgénero lleno de misterio y horror: en efecto el Black metal ¿El tesoro? Muchos lo conoceréis ya, porque no es difícil llegar hasta él. Sin más dilación os presento a Tormentor y su lejano The Seventh Day Of Doom.
No fue difícil toparme con esta banda porque… leñe! Hasta salen en la Wikipedia, su vocalista no es otro que uno de los más famosos del género: Attila Csihar. El caso es que hay muchos que ignoran su obra, pensando que puede sonar insulsa o cacharrera en demasía. Nada más lejos de la verdad, esta demo de largo minutaje es una obra que trastocaría el mundo negro para siempre. Nos encontramos en 1987, en Noruega no se cocía una mierda, salvo el Deathcrush de Mayhem. En Suecia estaba Quorthon dándolo todo con sus obras satánicas y sucias y también habían otras pocas bandas más como Hellhammer, destrozando los tímpanos a los parroquianos del metal extremo. El black metal era un susurro, un conjuro que pocos metalheads conocían y estaba cobrando cada vez más y más fuerza. Tormentor se reunieron y con paciencia y originalidad crearon un sonido único, nuevo y aterrador.
Juntad la malicia de los primeros Black Sabbath con la furia thrasher más oscura y ese nuevo sonido que se estaba cociendo, el sonido típico del black metal. Si sois capaces de juntar bien estos ingredientes llegaréis a Tormentor. Os seduce, ¿verdad? Queréis traspasar esa rancia y polvorienta carátula para adentraros en su obra ¿no? Pues examinemos el trabajo de los húngaros pues:
La intro Spoken nos muestra un oscuro recital de Attila en su mejor momento vocal, para meternos en materia, poco a poco y sin prisas. Luego toma el relevo la canción Tormentor, que comienza lentamente, creciendo hasta que termina por desembocar en una pieza black total. Siendo esta una demo se perciben ciertos errores instrumentales, por suerte no muy serios. Nada nos impide celebrar este festín de depravación sónica con sus miles de matices y cambios de ritmo. Tras este comienzo nos sumimos en Branded With Satan. Inicio marcial que da paso a unas guitarras thrasher-speedicas. Solos por doquier a lo largo y ancho del corte con batería desquiciada de fondo, todo funciona y enloquece. La refriega sigue: Infinite Darkness corre y nos envuelve con un feroz desenfreno. Attila se arriesga lanzando puntualmente estridentes agudos. La atmósfera es pagana, pero como en un lunático sueño. La oscuridad nos ha envuelto por completo. Es mi obligación felicitar a los guitarristas Tamás Buday y Attila Szigeti por su trabajo, sencillamente pasmoso.
En el ecuador de esta demo nos topamos con la instrumental Damned grave, con su evocadora y fantástica intro. Esta pieza no deja de ser una sucesión de melodías bastante armónicas, veloces y entrelazadas, nueve minutos y medio que pasan volando. Luego viene otra instrumental llamada Dande Of Swords, que ni tan siquiera llega a durar un minuto, sirve de epitafio para su hermana mayor y de preludio para Mephisto. Si algo me conquista de estos húngaros, es la calma con la que crean los ambientes, preparando al oyente para cada uno de los tracks. Este séptimo tema se manifiesta en la misma línea que los demás, con un riffeo más thrash tal vez, y lógicamente sin perder la velocidad. Una vez terminada Mephisto viene Live In Domination, más lenta y macarra, supurando perversidad. Tiene varios sonidos electrónicos y unos punteos que intentan dar un toque futurista al invento, todo esto mientras Attila Csihar suelta sus amenazantes gruñidos, demostrando una vez más quién es. Para terminar, tenemos The 7th Day Of Doom que se inicia bastante satánica con un Attila impresionante, seguido de unas guitarras bastante límpidas que, no tardan en volver a pisar el acelerador para volver a la tónica de siempre. La pieza sigue y sigue, con sus punteos y cambios de ritmo (ya típicos) hasta que al final se acaba.
Un disco (detesto llamarlo demo) bastante lineal, aún que no por ello aburrido, no señor. Desborda calidad, innovación y lo que es más importante: suena bien. No puedo evitar preguntarme: ¿Por qué un disco como este puede sonar tan decente para ser auto-producido y el Deathcrush de Mayhem puede sonar tan claramente inferior en lo que a acústica se refiere? Supongo que todo esto depende de lo pudientes que eran los húngaros y tal vez lograron permitirse un aparato más profesional para las grabaciones.
Bueno pues ahí tenéis este pedazo documento histórico del metal, chicos. Uno de los mayores aportes al black metal de los ochenta, junto con Bathory, Mayhem, Hellhammer y Venom. Como mola explorar, joder. Y cambiando de tema, ahora queda la puntuación. Mi valoración es clara y carece de dudas: un 9,5. Vamos, cinco cuernos. Por la calidad, originalidad y buen hacer.
Attila Csihar: Voz
Tamás Buday: Guitarra
Attila Szigeti: Guitarra
György Farkas: Bajo
Márton Dubecz: Batería