
1. Wango Tango
2. Scream Dream
3. Hard as Nails
4. I Gotta Move
5. Violent Love
6. Flesh & Blood
7. Spit It Out
8. Come and Get It
9. Terminus El Dorado
10. Don't Cry (I'll Be Back Before You Know It Baby)
Apenas arranca esa ardiente y poderosa Wango Tango (con el mismísimo Nugent a las voces), mostrándonos ese riff principal que arremete contra nosotros cual caballo colérico, no hay vuelta atrás. Ya nos montamos en este carril, y no podremos bajarnos de nuevo. Un mundo onírico del Rock ‘n’ Roll más salvaje nos espera en aquella ciudad de la fantasía, donde Ted Nugent fulge como emperador, ciudadano ilustre y embajador de los temas más viriles, ácidos y cabrones de las instancias.
Desde el homónimo Ted Nugent (1975) hasta este Scream Dream (1980), los discos de nuestro peludo amigo se cotizan con altas sumas de aplausos y gritos eufóricos. Seis discos, uno por cada año, con grandiosos temas para el recuerdo. Y la última tajada del Nugent más clásico no podría ser mejor.
La euforia y la locura es totalmente palpable en esa portada, con Ted Nugent vestido como cavernícola hiperrealista, dos Les Paul por brazos y un ambiente de miedo, miedo que desaparece apenas comienza el disco con aquel mega HARD ROCK de alta costura. Un trabajo que desde el primer hasta el último corte destroza el mundo, acaba con todo. Convierte la ficción en realidad, despegando sin miedo todos los cuadros más famosos del museo de Louvre, arruinarlos y dejar aquella fechoría bajo un solo eslogan:
Alright? It's the Wango Tango! One, two, three, FOUR!
Scream Dream te hace delinear una gran sonrisa en el rostro desde que comienza. Oliendo perfectamente a los 80’s (concretamente sus comienzos), nos hace generar un bienestar impagable. Guitarra ronca que, fusionada con estribillos que exaltan lo varonil de un sociópata muy simpático, empieza a arrojarnos estructuras armónicas tan vacilonas que es completamente imposible no imaginarnos haciendo el Andar de Pato de Chuck Berry. Pura nostalgia que te inyecta, por no decir los esteroides que en determinados puntos los cortes este LP te empieza a destrozar la normalidad de tu cuerpo.
Una vez sumergidos en Scream Dream, no hay de otra, sino subirse a las sillas del local a pegar gritos, tomar a los colegas por los brazos y arrojarlos por esa borda, guiñarle un ojo a la cortesana media y acabar vuelto un desastre luego de una noche explosiva. TED NUGENT (todo su conjunto, no se olvide) aquí desemboca como el río hipnótico que acaba por tomar una forma muy convincente: ROCK asesino y preclásico que sólo debe degustarse cual platillo desvergonzado y grasiento. Música que te hace querer sacar la cabeza por la ventana de ese cohete en el que Nugent y los suyos nos hacen montar hasta quién sabe cuál planeta del universo.
Si los marcianitos oyen Rock, de seguro no pueden perderse a TED NUGENT. En concreto, Scream Dream, con esa fina elegancia que no sobrepasa el límite. Pese a que duro y pesado como una patada en las bolas, veámoslo como un ligero puntapié directo a tus testículos por parte de una zapatilla, no una bota militar. Un Hard Rock de ensueño, mágico y, lo mejor, perteneciente a una era (y especialmente un año) donde la mutación del Rock ‘n’ Roll y su entrada triunfal al incesto de géneros se hicieron palpables. Muchas bandas, especialmente de la corriente más rockera y menos metalera, toman apuntes de este disco, de esas lecciones del lanudo Nugent, que aporrea su guitarra como un cavernícola intenta crear fuego con dos rocas. Lo peor es que, increíblemente, funciona y sus melodías son de lo más excitante.
Diez canciones, como todo disco que se precie. Temas duros y sencillos potenciales, cortes cortos y rápidos con exceso de crudeza, canciones más melódicas y un cierre homogéneo que se distingue del resto, sin que esto lo ponga por encima de otros. Scream Dream es un álbum balanceado, un vinilo que suena potente en cada segmento de su círculo. Ambas caras con sus temas rockeros, llenos de solos Blues, gritos icónicos y una base rítmica como nunca la gozó Nugent. Si creías que después de cinco álbumes extraordinarios y que definen bien muchos aspectos de esa cultura popular de los Estados Unidos a mediados y finales de los 80’s (consumismo, excesos, lascivia y poco sentido de la responsabilidad) TED NUGENT no terminaría de arrancar la pestaña que quedaba… ¡te equivocaste! Scream Dream cierra su primer ciclo con un grandioso trabajo que se condecora a sí mismo sin esperar ser premiado por otros.
¿Pero, quién reniega lo adictivo de este sexto trabajo del cavernícola más carismático de Detroit? Ese Nugent podrá ser fascista, nazi, nacionalista, ateo, conservador, neoliberal y demás términos contradictorios que no vienen a cuento con su música… pero, retomando esto último, nadie le quita lo bailado. Su personalidad puede mezclarse con su música, pero en el mejor de los aspectos. Esa bestia de los bosques que da conciertos en el Congo poco a poco evoluciona hasta convertirse en un irreverente pisahuevos de las calles más peligrosas de Nueva York. No es mentira; pillando su evolución en sus discos, Nugent se acerca poco a poco al estándar ochentero y melódico (pese a no perder el sello), luego de ir abandonando poco a poco esa naturaleza salvaje y caricaturesca que muchos adoramos. ¿Qué se pierde? ¡Absolutamente nada! Sin embargo, Scream Dream es ese disco que conecta dos épocas. Y lo hace tan bien que es un grandioso cierre a esos años de ensueño con álbumes sedientos de sexo, cervezas y espectáculo en cada ciudad de los Estados Unidos de Norteamérica.
Mucho podría destacarse de este trabajo, pero quisiera señalar lo más espectacular de Nugent, que en esta pieza se puede percibir más aún: al igual que algunos otros discos, te sacan de tu momento presente y te estiran el cuello hasta que estás de lleno en esa época donde fue elaborado. Habrá álbumes (especialmente los de la corriente Death Metal técnica y la del Metal Alternativo) que suenan hoy como sonaron ayer, es decir, puedes oírlo en cualquier momento y sonará a la época que vivimos actualmente. Los trabajos de TED NUGENT (Especialmente los seis primeros) sólo se pueden entender si cierras los ojos y retrocedes a ese tiempo. El sonido de una era.
Scream Dream define grandiosamente ese Rock ochentero que comenzaba a manifestarse, terminando de procrear el último hijo de un excelente artífice que, a pesar de sus pocas virtudes sociales, rockea como el mejor y nadie se lo discute. Ted Nugent ama el Rock como a sus dos huevos.
Y después de todo, no me deja de sorprender que el año que viene esté cumpliendo CUARENTA AÑOS. ¡Vaya! ¿Cómo pasa el tiempo, no? Y aun con prácticamente cuatro décadas después, trabajos como este son descubiertos por la juventud y son tan disfrutables como antaño.
Ese es el poder de la música.
Ese el poder del Rock.
Scream Dream para siempre.
Ted Nugent - Voz y Guitarra
Charlie Huhn - Voz (En 4 y 10) y Guitarra
Dave Kiswiney - Bajo y Coros
Cliff Davies - Voz (en 8) y Batería
*Colaboración*
The Immaculate Wangettes - Coros en "Wango Tango"