
1. Quench Your Thirst with Christian Souls (03:47)
2. Evil Attack (03:42)
3. The Prophecy (02:58)
4. Crematory (03:43)
5. Slaughtering Christianity (05:16)
6. Sacred Prayers to Expiation (03:05)
7. Demon's Bloodwrath (02:28)
8. Armies of Hell (03:56)
9. Screams of Homicide (03:17)
10. Vomit on the Cross (02:41)
11. Eternal Darkness (03:28)
Grecia, en los últimos años, se ha convertido en uno de los grandes imperios del Thrash Metal de nuestro, aún joven, siglo XXI, cosa que ya ha decidido demostrar la impetuosa camada de bandas nacidas en el país helénico.
Una de las bandas más considerables de dicho terreno es, sin duda, Suicidal Angels, la cual ha demostrado su valía con discos tan arrolladores como Sanctify the Darkness (2009) o Bloodbath (2012).
Hablar de Suicidal Angels (en un sentido biográfico) es hacerlo acerca de las aventuras y desventuras del guitarrista y vocalista ateniense Nick Melissourgos, quien, con tan solo dieciséis años, daría comienzo a su proyecto en el año 2001 (y bautizándolo con un nombre, en mi opinión, terrible para una banda musical de Thrash).
Desde entonces, Nick se empeñó en componer música con una influencia totalmente asentada en las costas del Thrash clásico de los 80’, cosa que demostró en su primera demo, United by Hate (2002), grabada con el bajista Kosta Antoniou.
Momento crucial es cuando Nick conoce al baterista Orfeas Tzortzopoulos, con quien establece una química especial. Así, otra demo, Angel’s Sacrifice, sería editada en 2003.
Es a partir de este tramo cuando las cosas empiezan a ser más serias dentro de Suicidal Angels, y llega la hora de promocionarse dentro de su nación, actuando en un sinnúmero de conciertos. Mismamente, en octubre del año 2004 abrirían escenario para los grandes de Tankard.
Viento en popa, y viéndose completada la formación del grupo con la adquisición del guitarrista Themis Katsimichas y el bajista Sotiris Skarpalezos, Suicidal Angels, al fin, y tras darse a conocer por los medios europeos, firmarían con la discográfica estadounidense Old School Metal Records para lanzar su LP debut, Eternal Domination, cuya producción se llevó a cargo en Los Ángeles, California, a manos del aclamado productor Colin Davis (Vile).
De esta manera, Eternal Domination se consolida como un excelente punto de partida para empezar a conocer la discografía de Suicidal Angels.
En líneas generales podemos decir que habremos de encontrar un buen número de pros ofrecidos por el disco, pero también los reaccionarios contras que entran dentro del juego.
Con sus luces y sombras, son estas primeras las que aparecen a la vista desde los primeros tracks, comenzando con Quench Your Thirst with Christian Souls, Thrash hórrido y oscuro que recuerda a los más clásicos Slayer y Kreator con sus respectivos Show No Mercy y Endless Pain (varias de las más destacables influencias de estos chavales).
Veremos que Suicidal Angels no tardan en tomar posesión de un par de himnos para su colectorium, entre las que destacan Evil Attack (subrayable el dúo dinámico/diabólico de Nick y Themis, digno de presenciar cómo ambos crean las melodías en el acto en canciones como ésta) o Armies of Hell, ésta última de potente corte épico (atención a la oscuridad que expulsa Nick a través de su puesto vocal, sobre todo en el centrífugo estribillo).
Los supuestos aprendices del noble arte thrasher no se hacen de rogar a la hora de apostar por diferentes módulos de conexión entre malicia y música. Podemos notar cómo sacan su lado más enfermizo con temas como Demon's Bloodwrath, mientras que en otros, como The Prophecy, se percibe mayor peso en los medios tiempos y los paseos instrumentales de mayor factura.
Una de las cosas que más me han agradado ha sido ese toque melancólico que tanto hace recordar a obras clásicas y magnas del género, en especial ese olorcillo a mugre infernal onda Reign in Blood que destila esa bestialidad que lleva por título Sacred Prayers to Expiation (una de las más espectaculares del tracklist).
Sin embargo, Eternal Domination no se libra de presentar sus debilidades, siendo su escuálido esquema repetitivo en las melodías que fraguan los riffs el pie de Aquiles del trabajo. Ni siquiera hace falta que el escuchante esté atento para que se percate de ello, pues es un hecho que canta enseguida, sobre todo en temas como Crematory y su hermana sucesora Slaughtering Christianity, cuyas melodías que sirven de base a la estructura nuclear de la canción son, prácticamente, idénticas (y no, no me vale que una sea secuela de la otra).
Sea como sea, me dispongo a afirmar que las mejores cualidades del álbum son sus tres últimos temas, un infierno del Thrash en sí mismos: Screams of Homicide (para aplaudir está la labor de Orfeas en la batería, una máquina incansable que lucha por seguir el ritmo del aquelarre en ciernes); Vomit on the Cross (pura maldad de raíces Kreator-Sepultura); y Eternal Darkness (una impulsiva fuerza que nos obligará a seguir destrozando lo que aún quede intacto a nuestro alrededor, ya sea mediante sus caóticas melodías de guitarra o por medio de los últimos y desesperados versos cantados por Nick, con toxinas incluidas, por si no era suficiente).
Eternal Domination, debut en cuyos ojos brilla realeza visceral, un trabajo que no se preocupa de no ser de lo más rompedor de su escena, sino de que pases una buena media hora acojonante, siempre disfrutando de una cuidada calidad sonora, la cual le hace ganar puntos extra al compacto (encantador cómo estallan los solos de las guitarras, alucinante).
Si bien la versatilidad y la diversidad melódicas no son su punto fuerte (lo que es más, la repetición de esquemas canta más que un gallo mañanero, como ya establecimos párrafos más arriba), es algo que hace quedar lejos el acto de tirar lo apto por la borda. Todo lo contrario, no aburre en ningún momento y cumple a las mil maravillas su lúdica función.
Así que, que no te extrañe el hecho de sentir la necesidad de volver hacer rodar el plástico, no es mera casualidad. Doy fe de ello.
Dejo tres cuernos medios (7/10) para Suicidal Angels y su primera encrucijada en busca del dominio sonoro total.
Themis Katsimichas / Guitarra
Orfeas / Batería
Nick / Voz, guitarra
Sotiris / Bajo