Suffocation - Effigy of the Forgotten

Enviado por stalker213 el Jue, 14/04/2011 - 23:20
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1. Liege of Inveracity (4:30)
2. Effigy of the Forgotten (3:50)
3. Infecting the Crypts (4:49)
4. Seeds of the Suffering (5:52)
5. Habitual Infamy (4:16)
6. Reincremation (2:54)
7. Mass Obliteration (4:32)
8. Involuntary Slaughter (3:02)
9. Jesus Wept (3:42)

Reyes. Monarcas indiscutibles. Dioses. Me da absolutamente igual el término que queráis usar en estos momentos para describir a los neoyorquinos SUFFOCATION, pero lo que no voy a permitir ni un solo segundo es que nadie me rechiste el hecho incontestable que viene a demostrarnos cómo este bíblico y fundacional ‘Effigy of the Forgotten’ es uno de los diez mejores discos de Death Metal de todos los tiempos. Curioso ¿no es cierto? Efectivamente. Es muy curioso que una banda que apenas habiendo asomado los morros a la galería que da a donde aclaman las ignorantes masas, haya colocado una de sus obras en lo más alto de los altares, pero es que aquí y hoy no estamos hablando tan sólo de un excepcional trabajo que destaque únicamente por la acogojante o inenarrable celsitud de sus cualidades, sino además porque quien más quien menos, debiera saber como “oficiosamente” (algunos espabilados dirán que no) este es el disco que en primera instancia levantó la persiana y dio a conocer al mundo entero el salvaje y truculento fenómeno más conocido como Brutal Death Metal. Luego aquí ya no se está juzgando tan sólo a una descomunal y extraordinaria obra maestra, sino también a uno de esos pasos firmes al frente que, resueltos a romper con todo lo anterior, crea e impone un nuevo modelo para que el resto de mediocres lo sigan sin más; Y estimados amigos ¿Qué es el álbum debut de SUFFOCATION sino eso? Un paso adelante. Una lanza clavada en medio de la nada. Un punto de ruptura crítico. Dios cagando por la mañana, vaya.

Después, inevitablemente, muchos serán los que pregonen a vuestro alrededor aquello tan típico de que “son muy buenos, pero no tanto como…” y ante eso yo no tengo más que decir que UNA PUTAZA MIERDA. Una enorme, gordísima y lustrosa señora mierda, porque si nos ponemos mínimamente serios y afirmamos como los de Centereach no son la banda más brutalmente salvaje que haya dado el género, es que nos hemos levantado con ganas de hacer el ridículo más absoluto y quedar como unos auténticos gilipollas. Sencillamente, eso es algo que no se discute, porque durante los ya casi treinta años de historia del Death Metal, yo no he escuchado en la vida a ninguna otra banda que conjugando semejantes niveles de técnica y bestialidad, haya alcanzado un nivel de perfección tan insultante como el exhibido por los chicos de Terrance Hobbs en su primera placa.

No hace falta decir, como los de New York no buscan (y menos todavía, pretenden) remar por las mismas aguas en que tan cómodamente se manejan gente fuera de lo común como ATHEIST o CYNIC, pero si hablamos de talento, destreza y saber hacer, equiparar a SUFFOCATION con los dos nombres antes citados no es exagerar; Y esto os lo digo yo, que de exagerado -a veces- lo soy y bastante. Aunque no hoy, eso os lo aseguro.

En ‘Effigy of the Forgotten’, todo, absolutamente todo, escapa a lo habitual u ordinario, y si no pues que alguien me diga si es muy normal cómo mete la primera ‘Liege of Inveracity’ y Mike Smith se mete directamente en tu jodido estómago al propulsar sus supersónicos calcetines contra los industriales dobles bombos de su instrumento. De veras, escuchar este disco a máximo volumen y comprobaréis al punto como lo que digo es cierto. No en vano, la labor de Bahron al bajo no queda menoscabada en modo alguno frente a la del feroz percusionista, y es que por algo estamos hablando de una de las secciones rítmicas más demenciales y superdotadas de la historia del género. Lógicamente, del combo integrado por Hobbs y Cerrito no hace falta decir nada, dado que cada uno de los cortes del álbum habla por sí solo, pero si os remito directamente al apabullante seísmo que arranca a partir de (03:34) en ‘Seeds of the Suffering’ creo no será necesario seguir esgrimiendo fútiles palabras que en modo alguno harían jamás justicia a la talla de estos señores.

Técnicamente, SUFFOCATION es una formación que toma las curvas a mayor velocidad de la que alcanza en mitad de las rectas, y encima ya no solo es que lo hacen sin matarse, sino además rascándose tranquilamente la bolsa, que tiene eggs la cosa. Ir más al límite es ya desafiar a la propia muerte delante de sus narices, pero justo como decía: Con Hobbs & Friends, es como ir al campo a recoger caracoles.

Insisto en apuntar como nada de lo que rodea a la música de SUFFOCATION es ordinario, corriente o extrapolable a nada que haya hecho nadie antes, porque sencillamente es una misión imposible. Es así de simple: Los más grandes de entre los grandes, no tienen nunca suficiente con reproducir lo mismo que pueda hacer cualquier otro hijo de vecino, y por eso –una mañana cualquiera- se levantaron y dijeron algo así tal que “¿Nos inventamos hoy un género o qué?”. Desfachatez al poder ¿Qué duda cabe? pero ojo: También seguridad. Seguridad de saber como nadie hace mejor que tú, aquello que tú mejor haces que nadie, y la verdad: Confrontar al 95% de las bandas de Death Metal de todos los tiempos ante SUFFOCATION, es hacerles a todas aquellas la putada de su vida, porque hasta algún jodido purasangre de la movida sudaría tinta china en el envite (¿Alguien puede creer el modo en cómo arranca ‘Jesus Wept’? Difícil, difícil).

Repetiré ahora algo que creo he ya dicho antes, aunque intentaré hacerlo con otras palabras: Mike Smith es Dios disfrazado de negro percusionista de Rhode Island ¿vale? ¡Qué sí! Que su estilo ni profundiza tanto ni tiene el trillón de matices del de su colega Sean Reinert (¿Quién tiene los cojones de acercarse a él?), pero que tampoco nadie dude lo siguiente, y es que Smith es sin margen al error uno de los mejores de todos los tiempos. Innegociable otra cosa. ¿Y qué decir del dúo cacatúa formado por Hobbs y Cerrito? ¡Casi nada! Y esto os lo digo también muy claro: Cerrito tendrá sus neuras y todo lo que queráis, pero el tío es un crack. Aunque eso sí, el alma de la banda es Terrance Hobbs (con sus gaficas, como si no hubiera roto un plato él), sin menoscabar un solo segundo (¡Por favor!) al buenazo de Frank Mullen y su vozarrón del mil, que lo mismo lo contratan para talar secuoyas, cuando no para demoler edificios si es que la maquinaria no anda operativa o algo.

El tracklist entero es oro en estado puro, pero no quiero dejar pasar la ocasión de subrayar tres momentazos como los pertenecientes a la ya mentada ‘Seeds of the Suffering’, la revienta-almas ‘Infecting the Crypts’ (¿pero qué coño es eso que asoma las zarpas en 02:20?) y sobre todo la tritura-cerebros, parte-craneos y aniquiladora de sistemas planetarios ‘Mass Obliteration’ y su irresistible break crítico ubicado en (02:23). DIOSES ¿No os lo había dicho ya?

En definitiva, nos hallamos ante el disco que eres absolutamente incapaz de imaginar si es que no lo has escuchado antes. Alejado de todo lo demás, ‘Effigy of the Forgotten’ exhibe las formas de un trabajo de esos que coge el molde, se lo mete por el ojete y lo parte en añicos al propulsarlo mediante un histérico pedo contra la pared (¿os vale lo gráfico del comentario?). Descomunal obra maestra, imposible de confrontar a ningún otro disco adscrito al género, precisamente por lo que decía antes: Dejemos en paz a los más grandes, no fuera que les sacáramos los colores…

Valoración: 99/100

Frank Mullen: Voz
Doug Cerrito: Guitarra
Terrance Hobbs: Guitarra
Josh Barohn: Bajo
Mike Smith: Percusiones

Sello
Roadrunner