Stormtrooper - Armies of the Night

Te veo aburrido, sin nada que hacer. ¿Domingo coñazo?

Estás hecho un muermo, colega. Necesitas energia... y de la buena.

Mira, te venderé algo para que no sigas tan tristón, que me das penita. Una onda Power, ochentosa, con mucho filo Heavy Metal y un buen chorrazo de chulería, cuero y acero. Material sube-ánimos.

Tienes dos opciones: Seguir con cara de acelga, meneándotela en la red, o hacerle frente a los americanos Stormtrooper y a su maravillosamente metálico "Armies of the Night".

Un EP de putísima madre, una movidita de culto que te hará desear cuatro temitas más solamente acabar el último track.

Heavy Metal, y hermanado con Power cabrón, martilleante, vozarrón a lo Venom o primeros Exciter, desgarrado y desgarrador, soletes que se te clavarán en la cojonera y una sección rítmica compactota, que no deja surcos, muy thrasherota y malhumorada.

Metal adictivo, enraizado en lo clásico, pero con buena dosis pegadora y machacona.

A los nuevos guerreros metálicos, a los hijos de Iron Maiden, Black Sabbath, Venom, Judas Priest y Saxon, les da por crecer, les sale barba y quieren su parcela de dolor y acojone místico. El cachorro ya muerde. El niño ya es hombre... y quiere cazar.

Venga, a correr lo que no está escrito. Tenemos a cinco lobos hambrientos detrás, la luna nos ilumina totalmente y no hay escapatoria posible. Corre, llora y reza. Todo a la vez. Pero haz algo, y no pongas esa cara de gili. Galopa y corta el viento, colega... ¡o muere!

"The Reaper", intro-lluvia, muy Manowar o Venom, más larga de lo debido, aunque te acaba metiendo en situación, y comienza el desmelene: "Armies of the Night". Tiempo de mover el cabezón, de darle a los cuernos, de gritar bien alto. Marcando el caminar, sintiendo el peso del acero de la banda sobre tí, siendo aplastados por el guitarreo, por el arrojo de los muchachos. Inyección de adrenalina hecha temita. N.W.O.B.H.M., bañada de petróleo y rebozada en barro Power. Impagable la voz de Damien Black (nombre bien molón para el circo metálico de los ochenta, sin duda), nada dotada a nivel técnico, pero con un sello bien malévolo, bien rompe-caretos. Te sentirás como un hámster, bro. Ruedas y ruedas, como un subnormal, estás como metido en una batidora, y no saldrás, aunque lo intentes a muerte, hasta que los mamones de Stormtrooper lo decidan. Pero sal rápido, pues el segundo track cae en nada, y no aguantarás más vueltas.

"Steamroller", aplastante, hija de perra total. Un mazo, enorme, bestial, que hace trizas tu cráneo, y que juega en la misma liga de los mejores Venom, los más punzantes y destroza-continentes, y todo ello decoradito, y de puta madre, por las cuerdas, saltarínas y dotadas, que actúan como ametralladoras del avión bélico en el que se ha convertido la banda. Un "Aces High" callejero, pero tan intenso como la obraza maestra de los Maiden (si se encuentran al avión de los británicos... no sé yo quién cae fulminado). Un apretón de manos con los guerreros de Cronos y con los de Harris. Menuda comunión. Barbarie y presteza. Temazo. ¿El mejor del trabajo? Puede. Y eso tiene mérito en una obra como la que nos ocupa, pues todo luce de acojone.

"Search and Destroy", onda rockero-power, también con posito Venom, del chulanas, con más chicha cuerdíl, y nos alcanzan finalmente. Ya somos carne para la bestia, comida, futura cagada de alimaña. Qué bonito. Y, por cierto, menudo track en el que nos convertimos al ser mascados por Stormtrooper... pasote total. La intro, ida de la pinza total, ya anuncia la devastación a la que haremos frente. Vacile rítmico, una ceremonia para el buen metalhead, orgía mediotiempera, pero no exenta de sabor a miedo. Bajos incesantes, baterías "ironmaidenescas", y toda la carne en el asador. No hace falta ser el más técnico para ser el más cabrón.

Trabajo crudote, pero con su rollete épico y bien heavy-metálico.

Una pieza antigua, una entrega que no te sonará a caviar si eres de la generación que despertó con los primeros latidos de Amon Amarth, Children of Bodom, Arch Enemy o Evile. Pero si amas a Venom, el buen Power americano de los primeros Omen o Helstar, el azote guitarrero, la N.W.O.B.H.M. en su vertiente más peleona, y a los vocalistas con agallas, que no te tiemble el pulso.

Stormtrooper, una delicia para la escuela añeja.

4 cuernos (bajos) para "Armies of the Night". Cojonudote, crudote y acertadote.

Metal, del de verdad, del que echa chispas. Del que ya no se hace, vamos.