
1. Down on the Street
2. Loose
3. T.V. Eye
4. Dirt
5. 1970
6. Fun House
7. L.A. Blues
No hay música más creíble y auténtica que aquella que se nutre del contexto que la rodea, y en este sentido probablemente la peligrosa, marginal y desalentadora Detroit de finales de los 60 también tuvo algo que ver con la intensidad, locura, y salvajismo que caracteriza a esta emblemática banda, tanto en estudio como en directo. Pero mas allá del contexto, dichas cualidades reposan principalmente en dos grandes virtudes: un sonido enérgico y crudo como pocos (en su época directamente único), que por mérito propio supo convertirse en un fiel exponente del término garage rock, erigiéndose como una referencia obligada cuando se desea ilustrar este movimiento. En segundo lugar tenemos a su desquiciado e impredecible frontman, el gran Iggy Pop, una auténtica leyenda de este rollo que tanto nos apasiona,... el Rock.
Fun House es un disco clave no solo en la discografía de los Stooges, si no también para el rock and roll en general y su incontenible evolución, pues además de ser una de las obras cumbres del garage rock americano se trata de un precoz y adelantado disco de punk. La actitud y el sonido contenido en rolas como T.V. Eye o Loose sentaron las bases del género varios años previos a su nacimiento formal, motivo por el cual es muy frecuente referirse a esta placa como una obra de proto punk, y a Iggy Pop como uno de los padres y máximos referentes del género.
Si bien Iggy es un auténtico imán de masas, no me gustaría dejar de lado la estupenda labor de quienes lo rodean, empezando por el imprescindible e impredecible Ron Asheton (RIP), cuya guitarra destila fuerza y sugestión por los cuatro costados. La base rítmica es perfectamente ejecutada por Scott Asheton en batería y Dave Alexendar en el bajo, quienes se lucen (sobre todo este último) a partir de la simpleza y precisión que caracterizan sus intervenciones.
Entrando en terrenos lisa y llanamente subjetivos, he de afirmar que Down on the Street es lo más grande que ha grabado The Stooges en su vida, una auténtica master piece del género, amparada en un riff básico, repetitivo y rudimentario como pocos, pero a la vez impregnado de un magnetismo único, potenciado al máximo por las carismáticas vocales de Iggy. Como gran parte del lp, Down on the Street ofrece un hipnótico (con sabor a improvisado diría) pasaje instrumental y vocal, con solos completamente alucinógenos y atmósferas colgadas que hacen volar nuestra mente a lugares insospechados.
Dirt, ahí ubicada en el ecuador del disco, representa la calma entre tanta tormenta, un blues psicodélico que oficia de guarida para sobreponernos a tanta distorsión y locura que antecede y precede. La voz de Iggy, al igual que en Loose, muestra un tinte más sugestivo que agresivo, esencial para no desentonar con el clima relajado y minimalista que recrea el resto de la banda, absolutamente ideal para caer en trance, el equivalente a sumergirse en una piscina de LSD, algo que seguramente hicieron los Stooges para componer un disco tan inspirado y excitante como Fun House.
El lado de B del lp es una auténtica oda a la psicodelia y desfachatez compositiva, no por nada previo a su homónimo debut de 1969 la banda se hacia llamar Psychedelic Stooges. "1970" retoma los sonidos del garage más crudo y primitivo, pero con un ingrediente adicional, un desquiciado saxofón que irrumpe a los ´3:31 gentileza del Sr. Steve MacKay, uno de los máximos responsables de la demencia que sobrevuela el esquizofrénico lado B del álbum.
Fun House descoloca con una protagónica melodía de saxofón, que se ensambla a la perfección con el groove que le imprimen guitarra, bajo y batería a la canción, dando forma a otra delirante delicia contenida en esta obra maestra. Mención especial para Iggy Pop, quien nos muestra su versión mas enajenada, frenética y maniática. Y si no que alguien me diga como un sujeto en su sano juicio podría cantar como lo hace Iggy en esta rola, más específicamente a partir de los ´5:51.
El final llega con L.A. Blues, la composición más enfermiza y trastornada de todo el álbum, donde Iggy ya no canta, más bien ruge como la fiera indomable que supo ser. Instrumentalmente la pieza es un auténtico ritual de lo inaudible, una locura improvisada (o una improvisación de la locura, como gusten), que lo único que tiene de blues es su título.
Atónito y estupefacto queda un servidor luego de repasar una obra tan suculenta como Fun House, concebida por un artista tan básico como The Stooges, que hizo del lema sexo drogas y rock and roll una feroz realidad, absolutamente palpable en sus letras y música. Quien puede negar que estos tres ingredientes fueron la fuente de inspiración en la música de los Stooges, y no un simple slogan, como suele pasar en la mayoría de los casos, sobre todo hoy en día.
Discos de la talla de Fun House no se cuestionan, se idolatran,...o al menos se respetan, pues su invaluable aporte para la evolución del rock así lo amerita, amén de que ofrece por si solo una experiencia tan salvaje como desconcertante, digna de ser explorada al menos una vez en la vida.
10 Astburys
Iggy Pop: Vocals
Ron Asheton: Guitar
Dave Alexander: Bass
Scott Asheton: Drums
Steve MacKay: Saxophone