
1. The Sciences
2. Marijuanaut's Theme
3. Sonic Titan
4. Giza Butler
5. Antarcticans Thawed
6. The Botanist
Al Cisneros y Matt Pike: Las dos caras de la misma moneda que es el Stoner Metal. Las dos vertientes más características del reino, la místico-fumeta y a salvaje-riffera, estaban encarnadas en esa tremenda aleación bautizada como Sleep. Al y Matt. Pike y Cisneros… es difícil decir quién de ambos es más imprescindible para su banda primordial Sleep. Y, ¿sabéis por qué es tan difícil? Porque nunca tuvimos a unos Sleep sin uno o el otro; es inconcebible imaginarse a la banda de Oakland sin el bajista y cantante o sin el hacha. De hecho, el stoner no sería lo mismo sin ellos… No voy a decir que no existiría ni sandeces de esas… pero sin duda no sería lo mismo que es hoy día.
Allá por 1998, Sleep entraron en Split-up por puro agotamiento: El mastodóntico Dopesmoker se atragantaba y se negaba a salir a la luz (más bien el sello Earache se negaba a sacarlo), Pike buscaba más crudeza y Cisneros más calma y meditación. Era el rumbo natural de las cosas: imprevistos, evolución, destinos opuestos… a veces la forma más natural de decir que quieres a algo o a alguien es dejarla marchar… Eso sucedió con Sleep. Del mismo modo, también el destino volvió a unir a nuestros protagonistas diez años después cuando en 2009 se dio la oportunidad de organizar una reunión. Es el sino; el telar formado de hilos por las propias parcas el que unió estas dos buenas piezas (junto con Chris Hakius también, brevemente) y los puso a tocar juntos de nuevo. Y es más: en 2014 Sleep anunciaron su intención de sacar adelante el que sería su cuarto trabajo de estudio y primer larga-duración desde el ya lejano Dopesmoker (2003). Pasaron los años y… en 2018, así como de re-pronto, salió al mercado The Sciences tomando por sorpresa al respetable. Precisamente, es de este álbum del que vamos a dar buena cuenta hoy.
The Sciences es la respuesta de Sleep a un montón de fans y simpatizantes suyos que adolecían no solo por un regreso a los escenarios, sino también por una nueva obra que poner en el tocadiscos y colocar al lado del resto de sus opus. Es la culminación de un largo y difícil proceso en el que los ya dispares rumbos musicales de Cisneros (Om) y Pike (High On Fire) se vieron obligados a dar su brazo a torcer de manera recíproca y justa para evitar crear un monstruo de Frankenstein de amarillo perpetuo. Hacía falta un equilibrio preciso, frágil y difícil de discernir para llegar a buen puerto y… en medida de lo posible, Sleep consiguieron dicho propósito. No creo que The Sciences sea el regreso ideal de una agrupación tan importante como lo son Sleep, pero también es cierto que es el regreso más realista que se podía esperar de ellos. Quiero decir: entre los distintos rumbos musicales, el tiempo sin sacar discos de estudio y el enorme proceso de crecimiento y evolución de la propia agrupación como entidad propia, The Sciences es un exitoso resultado final. Por tanto, estamos hablando de un notable regreso. Puede que no “perfecto”, pero notable al fin y al cabo, no nos equivoquemos.
Sleep supieron condensar en The Sciences esas dos caras de las que hacía referencia al principio de la crónica: esa mística esencia vaporosa cargada de THC tan bien traída en Om, junto con los poderosos acordes del indomable Pike junto con sus alocados solos (muy High On Fire, por otra parte). Esta es la mezcla de Sleep para crear un stoner de alta factura a alturas de 2018.
La nube de distorsión que es la canción “The Sciences”, da paso al incombustible bong de Al Cisneros, que se pone a burbujear para abrir así la salvaje Marijuanaut's Theme. Track que da significado a la portada del álbum: un astronauta en traje de humo que viaja al planeta “Iommia” pasando por unos campos de “hashteroides”. Y es que los años pudieron pasar, pero la admiración por el THC y por los Black Sabbath nunca dio signos de debilidad en Sleep. Un excelente comienzo para el álbum; temático y la mar de envolvente. Aunque si queremos algo envolvente, ahí tenemos también Sonic Titan (canción que nació de las sesiones de grabación del Dopesmoker y que al fin fue grabada para entrar en un álbum).
Giza Butler (otro juego de palabras con el bajista de Birmingham), continúa vaporosa y densa aturdiéndonos con unas líneas de bajo espectaculares, mientras batería y guitarra hacen avanzar el tema a lo largo de diez pesados minutos de delirios sabbathiano/fumetas (continuando con el concepto del álbum). Una vez arranca Antarcticans Thawed, queda claro que este The Sciences vale totalmente la pena; Sleep no han dejado de sonar atrapantes y de abrazar la tendencia de las canciones largas. Tendencia que al menos yo veo positiva en este mundo del “metal de los fumados”. Es mastodóntico lo que Sleep hacen en Antarcticans Thawed, sencillamente asombroso el modo tan orgánico de llevarla adelante. Finalmente, cierra la instrumental The Botanist, que aporta algo más de melodía en forma de virtuosismo bluesy y rítmicas cíclicas cargadas de luminiscencia.
Si algo falla en The Sciences, es que lo mismo le falta algo de garra de primeras, como que cuesta memorizarlo. Pero cada vez que me lo pongo, paradójicamente, me lo termino (salvo en caso de interrupción, obvio). Está claro que es un disco a la altura del legado de sus hacedores; que The Sciences es uno de esos álbumes que parece contar un viaje. Y en esta ocasión, resulta que el viaje era bastante astral, lo cual no es sorpresa hablando de Sleep, ni siquiera después de tanto tiempo.
Seguramente merezca más este The Sciences para muchos, pero para mí es un 7,75. Es de esa clase de discos que gana más y más con las escuchas y la comprensión de sus letras. De esos que te atrapan y te fuerzan a agitar la cabeza como si estuvieses en trance. Y joder, eso siempre es bienvenido cuando el cuerpo te pide algo de psicodelia. Cuatro cuernos.
Al Cisneros: voz y bajo.
Matt Pike: guitarras.
Jason Roeder: batería.