Slaughter - The Wild Life

Enviado por Witchfyre el Mar, 21/07/2020 - 01:09
Slaughter

1. Reach For The Sky (5:30)
2. Out For Love (3:32)
3. The Wild Life (3:24)
4. Days Gone By (4:35)
5. Dance For Me Baby (3:20)
6. Times They Change (7:08)
7. Move To The Music (4:30)
8. Real Love (3:40)
9. Shake This Place (3:37)
10. Streets Of Broken Hearts (4:39)
11. Hold On (3:56)
12. Do Ya Know (6:25)
13. Old Man (5:26)
14. Days Gone By (versión acústica) (3:25)

Vamos con la banda de Mark Slaughter. Bautizados según la honorable tradición de nombrar a una banda a partir de su apellido, Slaughter fueron de las últimas bandas en romper los charts con un debut, Stick it to Ya, editado en 1990 y certificando el doble disco de platino, hazaña al alcance de muy pocos. Independientemente de sus ventas, lo cierto es que nunca he conseguido conectar del todo con la música de Mark Slaughter, ni en Vinnie Vincent Invasion, de cuyas cenizas surgen los mismos Slaughter, ni con el mencionado debut editado en el ocaso de la era dorada del hard rock. Veamos si esta vez es diferente.

Las primeras impresiones no son buenas. ¡Vaya mierda de portada! Ideal para ahuyentar a los chavales que se van a comprar un CD a ciegas en la tienda de discos (aunque no lo creáis, práctica habitual hace 25-30 años). A ver si el contenido mejora, pero esos 14 temas en 63 minutos no auguran nada bueno... y algún “visionario" ha editado incluso una versión extendida. ¡Qué puta manía! Que el CD tenga capacidad para 74 minutos no os obliga a hacer discos de una hora... ¡Qué esto es hard rock, por favor! ¿Glam con delirios artísticos? Ya puede ser muy bueno. Y encima repiten una en versión acústica. Mala señal...

De entrada, la cosa engaña y empieza con tres temas bien potentes que me cierran la boca, dos de ellos escogidos como singles. Reach for the Sky (nada que ver con la de Firehouse del mismo año) es un corte de riffs muy heavies, con la estupenda pegada de Blas Elias y un estribillo algo peculiar, pero tremendamente adictivo. Slaughter se ponen aún más duros con Out for Love, el tema rápido del álbum, y una potente The Wild Life (¡menudo peliculón de vídeo!) que repite el esquema de Reach for the Sky, pero resulta aún más pegadiza.

Ya estaba pensando que me iba a tener que tragar mis palabras, pero no, se acaban poniendo tontorrones con una Days Gone By que ya me sonaba de haberla escuchado antes. Con Slaughter tengo el mismo problema que con los antes mentados Firehouse. Puestos a rockear, me enganchan bien con esa combinación de potencia y un cantante “over the top" pero, cuando se ponen empalagosos, me entran ganas de cortarme las venas un poquito para liberar el exceso de glucosa. ¡Vaya pastelazo de canción! Y encima aquí Mark se acaba haciendo de lo más cargante con su agudísimo registro. Melosa, pretenciosa y con ciertos aire a los Queen más barrocos y extravagantes que no son del todo bienvenidos, sensaciones que no conseguiré disipar a lo largo de los 10 temas restantes.

De aquí en adelante, una montaña rusa, pero no de emociones exactamente, si no una de esas en las que te pasas largo rato paseando en la vagoneta sin saber muy bien a dónde vas. Encontraremos desde temas interesantes como Move to the Music, una balada, Real Love, que me gusta bastante más que Days Gone By, en la que, por cierto, cambia el sonido de batería, a clásicos y poco sorprendentes cortes rockeros como Dance for Me Baby, Shake This Place... Incluso en esa eterna, "zeppeliniana" y, a veces, tediosa Times They Change rescato su vigorosa sección central, pero lo que más encuentro aquí es aburrimiento y ganas de ponerme a otro asunto, sobre todo conforme voy avanzando en la escucha. Muy mala cosa, me van perdiendo con el paso de los temas y ya no me recuperan. El resto, es que ni me apetece mencionarlo, van pasando, una tras otra, hasta llegar a las 14 y los escasos momentos de placer que encuentro hacen que no me compense el tiempo invertido. Hay hasta alguna, como el delirio country de Old Man o esa versión instrumental y acústica de la ya innecesaria Days Gone By, que están a punto de poner mis nervios a prueba y forzarme a sacar el CD del reproductor de malas maneras. ¡Vaya recta final!

Disco largo, pretencioso y muy disperso, en el que las canciones más directas y rockeras funcionan bien pero, a menudo, se pierde en desarrollos que no llevan a ningún lado. He estado a punto de poner, por primera vez, dos cuernos en una reseña, pero creo que no estaría siendo del todo justo porque, una cosa es que un disco no conecte conmigo y otra que no tenga calidad (seguro que alguno incluso encuentra aquí la genialidad que yo no soy capaz). Al final, a The Wild Life lo salvan sus sólidas interpretaciones, un buen sonido (no espectacular, ojo, que había bandas con menos músculo financiero sonando bastante mejor en esa época) y un arranque realmente bueno. Más allá de eso, naufraga y no pasa del aprobado raspado. Me he repasado este álbum varias veces en los últimos días (y hasta ha hecho que vea el debut con mejores ojos), pero mucho me temo que, una vez colgada la reseña, me volveré a olvidar por completo de él.

- Mark Slaughter: voces, guitarra y teclados
- Tim Kelly: guitarras y voces
- Dana Strum: bajo y voces
- Blas Elias: batería y voces

Sello
Chrysalis Records