Skagarack - Hungry For A Game

Enviado por Gibson el Vie, 26/12/2014 - 17:52
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La vertiente más melódica y satinada del Rock (cuyo apelativo fue denominado bajo la etiqueta de AOR), nos ha deparado grandes grupos -y, por consiguiente, discos- a lo largo de su ya extensa historia. Un género basado en composiciones orientadas a dar a conocer que el Rock también posee un lado lleno de exquisitez y sensibilidad sinfónica, con ritmos agradables para cualquier tipo de público, incluso ajeno al estilo rockero, y que en la gran mayoría de ocasiones presenta temas donde la clase y la elegancia muestran una finura armoniosa musical muy diferente a la crudeza que suele proporcionar el Metal en cada una de sus numerosas variantes.

Evidentemente el AOR no es un estilo ajeno a lo que suele ocurrir en otros subgéneros tanto del Rock o el Metal... y, por una razón u otra, encontramos trabajos discográficos que, pese a su contrastada calidad, no llegaron a tener una cierta repercusión a nivel global. Así que mi cometido es darlos a conocer a quien no haya tenido la oportunidad de degustarlos (así como recordarlos a quien tiene el privilegio de conocerlos), a través de este medio web comunicativo que trata de difundir la cultura musical.

Y a este respecto tenemos que señalar el segundo trabajo que se marcaron en el año 1988 los daneses Skagarack (los cuales ya dejaron grandes sensaciones con su disco-debut, un par de años antes, que dicho sea de paso también recomiendo su escucha).

Un álbum, éste que hoy nos ocupa, con todos los alicientes para agradar en sobremanera al seguidor del puro y cautivador AOR, con unas muy cuidadas y meticulosas líneas vocales a cargo de Torben Schmidt. Un sonido de guitarra bien presente por parte de Jan Petersen cuando el tema así lo requiere, plasmando unos solos bastante refinados y eficaces en su definición. Y todo ello junto a una congruente base rítmica que no desentona ni un ápice en el desarrollo de este magnífico "Hungry For A Game".

Entrando a analizar brevemente el contenido que Skagarack nos proporcionó en este trabajo discográfico, encontramos una labor muy compacta, con buenos arreglos y lleno de un veraz atractivo melódico en toda su duración. Y esto es algo que se refleja en su inicio con el tema-título "Hungry For A Game", con mucho sabor a ese Hard/AOR europeo tan característico y esencial de finales de los 80s, que plasmaron con total acierto compositivo grupos como Treat o Glory.

Ahondando en las mejores virtudes que nos puede ofrecer un estilo como es el AORero, encontramos en los siguientes "Joanna" y "Somewhere In France" absolutamente todos los ingredientes musicales adheridos a su distintiva clase. Melodías solemnes y mágicas con una muy distinguida ejecución interpretativa que harán las delicias de los seguidores de la depurada y sabrosa finura rockera.

Con un sonido de guitarra algo más marcado se presenta "She's A Liar", con milimétricos ritmos melódicos -en cuanto a su calidad- que ganan mucho cuando alcanzan su pegadizo estribillo... algo que se vuelve a repetir en "Boys", con un poco más de dinamismo rockero, aunque sin dejar de lado la capacidad que tiene el grupo para entregar temas elegantones.
Sin desentonar en la línea y el buen nivel que viene ofreciendo el álbum, "Outrageous" vuelve a garantizarnos las buenas maneras que desempeña el grupo, quizás con más sencillez compositiva que los anteriores temas, pero nuevamente con una minuciosidad rítmica que es de alabar. Llegados a este punto del plástico, creo que sobra decir que el terreno baladístico es una cualidad que estos Skagarack saben manejar a la perfección... aún así, y para que no haya ningún atisbo de dudas, el detallista y notable "This World" lo corrobora plenamente.

El grupo baja un poco el nivel con el positivista "Take Me Home Tonight", donde los teclados toman una presencia significativa a lo largo de un tema en el cual se denota una cierta previsibilidad, no llegando a impresionar en demasía pese a sus aceptables líneas vocales. Sin embargo las buenas ideas vuelven a aflorar en el medio-tiempo "Always In A Line", donde la belleza sinfónica en el transcurso del corte posee una calidad muy medida y equilibrada.

El cierre del disco nos llega con la segunda balada "Facing The Truth", un tema bastante emotivo donde estos daneses vuelven a demostrar su efectividad desenvolviéndose en este tipo de terreno, y que dejará gratas sensaciones a los paladares de la suavidad melódica.

En resumidas cuentas, muy apropiado trabajo el que se marcaron los Skagarack en el año 1988 dentro del género AOR más purista, dotado de la clase y categoría que se requiere en dicho estilo, y que convecerá satisfactoriamente al incondicional de este género musical.

4 horns.

Torben Schmidt: Voz
Jan Petersen: Guitarra
Morten Munch: Bajo
Tommy Rasmussen: Teclados
Alvin Otto: Batería

Sello
Polydor Records