
1. Half the way valley
2. Doghouse
3. Too much T-bone
4. Someday
5. Back to the grind
6. Bunkbed creek
7. In the mood for love
8. Miss fortune
9. All the time
10.Three's a charm
11.Under the night stars
Hablar de Sea Hags no es tarea fácil. Una banda que llamó la atención de Kirk Hammet de Metallica (el cual les produjo alguna de sus primeras demos), que según rumores también captó la atención de todo un Ian Astbury de The Cult, interesado en producirlos, y que finalmente recibió las atenciones de Mike Clink, el responsable sonoro del debut de Guns n’ Roses en 1987.
Digo que no es fácil hablar de ellos porque se trató de una banda con potencial, como demuestran los nombres interesados en ella, pero cuyo desarrollo no fue notorio ni duradero.
Formados en 1985 al igual que los mencionados “Gunners” en la ciudad californiana de San Francisco, no fue hasta 1989 que su primer y único álbum nació… como epitafio, ya que a pocos meses de su salida, la banda se disolvía.
“Sea Hags”, el álbum, fue lanzado en 1989 siguiendo la estela Hard Rock / Sleazy que tan en boga estaba. La banda provenía de sonidos más garageros que fueron adaptados a la corriente dominante en un disco que, indudablemente, presenta unas pocas joyas rodeadas de un conjunto menos efectivo que el de otras agrupaciones contemporáneas.
Ron Yocom, frontman al que se adivinan ciertos rasgos nativo-americanos, Chris Schlosshardt al bajo, Frank Wisley a la guitarra solista y Adam Maples a la batería lograron, pese a sus diversas adicciones alcohólicas y de sustancias, ser fichados por Chrysalis Records para un disco que se abre de forma muy interesante con “Half The Way Valley”, un tema Rockero que te hace mover la cabeza pero que promete más de lo que luego ofrecerán…
“Doghouse” sin embargo se aproxima más a la tónica general del disco. Un tema muy bueno, de ritmo más pausado y pesado, pero cuya fórmula repetida en la mayoría del resto de la obra acaba cansando.
Hay buenos momentos como “Too Much T Bone”, con esa alegría Sleazy que nos transporta a las calles de Los Angeles (en contrapartida a otros momentos musicales más apegados a los desiertos del Oeste Norteamericano) pero pronto empieza a notarse cierta monotonía en el ritmo de los temas. “Someday” o “Back To The Grind” siguen manteniendo la energía Hard Rock, pero empieza a notarse en ellos cierta dolencia de ideas más trabajadas u originales. Me explico: son buenos temas, pero les falta una chispa extra que los haga ser más apreciados. Tal vez el problema resida en la capacidad de los propios músicos para elevar ciertas composiciones por encima de su valor intrínseco, como ocurre con otros artistas que sí traspasaron la barrera de la grandiosidad.
Continuamos con “Bunkbed Creek”, cansino tema instrumental que poco aporta y que, más bien, lastra un álbum que se queda a un paso de algo más grande.
Otros temas como “In The Mood For Love” o “Miss Fortune” siguen exactamente la misma línea trazada. Algo monótona y que empieza a producir cierto hastío. Pero la cosa levanta sorprendentemente con “All The Time”, único tema emparejado con el de inicio del álbum en velocidad y ritmo. Una canción con efectivos cambios de tono que se escuchan con alegría, sobre todo durante el solo.
“Under The Night Stars” (tema compuesto por la banda para la película “Pesadilla en Elm Street 4”) cierra el disco con los mismos peros ya comentados.
No se me entienda mal, es un álbum muy interesante, con buenos temas, pero por gusto puramente personal me resulta algo aburrido en su conjunto. Sin duda estos muchachos podrían haber aportado mejores cosas de haber seguido adelante, pero tal como el manager comentó, “fue lo más lejos que se pudo llegar con un alcohólico y tres drogadictos”…
El disco cuenta con un único videoclip, del tema “Half The Way Valley”, que muestra a la banda en un desguace de vehículos en un ambiente decrépito y chatarrero que le va como anillo al dedo. Ron Yocom, cantante y guitarra rítmico, muestra actitud y energía. ¿Quieres representar en una imagen lo que son Sea Hags, su decadencia y final anunciado? Metete en un automóvil oxidado y canta la estrofa central del tema enlazando acordes con tu guitarra Gibson negra. Darás en el clavo, Ron.
La banda no perduró mucho más allá de la salida de su debut, disolviéndose a principios de 1990. Como curiosidad, decir que Adam Maples ocupó el puesto de batería en Guns n’ Roses durante un breve tiempo antes de que Matt Sorum se uniera a los de Axl y Slash.
“Sea Hags” es un disco que no recomendaré con énfasis. Vale la pena oírlo como contenedor de algunos buenos momentos, pero no como un grandioso álbum en conjunto. Una muestra de una agrupación que no dio todo lo que podría haber ofrecido, teniendo los mismos defectos que algunos de sus contemporáneos, pero sin duda con algo menos de talento y suerte.
Ron Yocom: Voz y guitarra rítmica
Frankie Wilsey: Guitarra solista
Chris Schlosshardt: Bajo
Adam Maples: Batería