Saxon - Saxon

Enviado por Onán el Lun, 25/01/2010 - 10:07
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1. Rainbow Theme
2. Frozen Rainbow
3. Big Teaser
4. Judgement Day
5. Stallions of the Highway
6. Backs to the Wall
7. Still Fit to Boogie
8. Militia Guard

Si los grupos fueran personas, el debut de Saxon en 1979 tendría el encanto de un rancio video en el que podemos ver a la banda jugando cuando era una niña. Aunque aún quedaba todo por hacer, en cierto modo la personalidad del grupo estaba definida, y tan solo un año después llegaría el maravilloso Wheels of steel que, si bien aún una pizca verde, ya tenía todo lo que tenía que tener: ¡a los Saxon! Acto seguido nos fueron regalando en fila india una buena tacada de discos clásicos del género que siempre me han parecido de lo más recomendable que se puede uno "chutar" en las orejas para ponerse activo y contento.

Pero este debut... bueno, es el debut y por lo tanto, como sucede con cualquier banda, es más inmaduro y tiende a pasar más de puntillas. Lo que ocurre es que en el caso de Saxon la barrera es especialmente clara: por un lado está este disco y luego parece que van los siguientes en bloque. ¿Por qué? Vamos allá.

Estamos hablando de una banda que durante dos años se había llamado Son of a Bitch (es decir, "Hijo de perra"), y se cambió de nombre más o menos durante la época en que firmaron contrato discográfico. Es decir que, si nadie hubiera "puesto orden" en aquellos chavales, quién sabe contra qué muro de olvido se hubieran reventado la crisma antes o después. Eran cinco tipos bastante centrados en la música y en llevar adelante el grupo, por lo que se puede percibir mirando atrás, así que me parto pensando en hipotéticas trifulcas internas que pudo haber entre un "núcleo duro" al que le pareciera mal cambiar de nombre (nos hemos vendido, y todo eso) y una facción más razonable que, gracias a Odín, triunfó y permitió así que saliera adelante con honores esta perla de la NWBHM.

Pero dejémonos de anécdotas y divagaciones. Una de las cosas que pasa con este debut es que fue víctima de una producción patatera que desmerece bastante las canciones. Instrumentos sin empastar entre sí, exceso de reverb, pequeñas ráfagas de horterismo súbito en algunos coros que no parecen venir muy a cuento... cosas así. El resultado es un tanto "desmigajado", desordenado por así decirlo. Como si entras de golpe en un trastero lleno de riffs y te encuentras uno aquí, otro allá y no sabes dónde guardaste el que andabas buscando. Un poco como una maqueta del grupo, qué rábanos. Las producciones de los siguientes dos discos no es que fueran ni de lejos un prodigio, pero la mejora fue sustancial. Ahí está una parte de la "barrera" que, según veo, aísla a este disco de los demás del grupo.

Por otro lado, las propias canciones no contribuyen a que el debut se sacuda ese aire maquetero. Aquí brillan ya (aunque sin deslumbrar todavía) muchos de los elementos que muy poco después convertirían a Saxon en un grupo de sonido tan sólido y personal, tan "conciso", pero dichos elementos aparecen también de una manera todavía deslabazada. Como si no hubieran encontrado el rumbo, la fórmula mágica que más adelante convirtió los arreglos de Saxon en una auténtica maza. Ahí está la maravillosa voz de Byford, a la que apenas le faltan un par de ajustes finales, ya con su vibrato maravilloso, su temple y su timbre especial; el bajo "mono-tono" de mi querido destripaterrones Steve Dawson, que de hecho abre el disco con dos cojones y sin mirar atrás; la batería florida y a la vez pesada de Pete Gill, que pronto dejaría el puesto al ya clásico Nigel Glokler; y cómo no las guitarras de Oliver y Quinn, con su mordida tan especial y su talento apabullante para improvisar solos "hablados" que te llevan de aquí para allá sin dar una nota de más y sin que se les note sombra de duda en la intención.

Pero todo ello un poco "fuera de sitio", ya digo.

¿Son malas las canciones entonces? ¿Tuvo este disco la producción que merecía? ¡Para mí no, por Belenos! Comienza con el hipnotizante combo Rainbow theme / Frozen rainbow, que consiste en una intro instrumental con la que entran en ambiente, seguida de una especie de intensa balada (Frozen Rainbow) en la que Byford luce su vena melódica con profundidad y sin atisbo de cursilería, y por fin la reexposición del tema inicial mediante un abrupto cambio de ritmo, siendo todo ello en conjunto una especie de canción sandwich (de estructura A-B-A), entre enérgica y muy bella, que le deja a uno un tanto desconcertado y preguntándose qué vendrá ahora.

Pues bien, acto seguido lo que nos encontramos son un puñado de rocanroles llenos de testosterona y juventud que también están muy bien (¡qué melodías más logradas hay por todas partes!) pero que no sé hasta qué punto encajan con tan solemne inicio. Los estribillos pegadizos y resultones (Big teaser, Stallions of the highway) se van sucediendo con alegría, atravesando como buenamente pueden la maraña de reverb -qué lejos estás, Byford-, y el esperado retorno a la cálida gravedad de Frozen Rainbow sencillamente no se produce nunca. En cambio, el disco se cierra con la agradable Militia guard, que tras una intro de guitarra con fondo de redoble marcial de caja comienza a descomponerse en "trozos de canción" a cual más animada e interesante, y lo hace de una manera que en cierto modo resume lo que el disco ha dado de sí: belleza primaria, juventud, inspiración... pero todo como amontonado de cualquier manera.

Mientras todo esto sucede, el sajón de la portada, de infantil diseño, se abalanza hacia nosotros blandiendo su fálico acero ensangrentado y parece gritar desesperado "¿Qué pinto aquí yo, a todo esto?"

En definitiva, si no conoces a Saxon y te pica la curiosidad, te recomiendo fervientemente al grupo y la escucha de este disco en concreto... pero empieza mejor por otro.

Biff Byford: voz
Graham Oliver: guitarra
Paul Quinn: guitarra
Steve Dawson: bajo
Pete Gill: Batería

Sello
Carrere

No es mal disco y cuanto más se escucha más nos lo parece. Un poquitín distinto a los debuts de Accept ya que por aquí hay mucha influencia de las bandas que estaban antes en las islas, hay momentos que tiran incluso a Thin Lizzy. Y después hay algo de desarrollo en los temas igual que en las bandas anteriores. En cambio los Accept son más concretos y temas más cortos.
Un saludo Black Rose.