Saxon - Denim and leather

Esta auténtica macarrada de disco es una de mis principales fuentes de nostalgia musical. Cuero, motos, bigotazos y patillas como pompones, unas letras a veces tan infantiles que harían sonrojar a los Teletubbies... yo no me enteraba de nada. Ajeno a todas estas características exteriores, me zambullía en aquella inspiradísima música, siempre guiado por la sabia y bien timbrada voz de Biff Byford y, cómo no, por los enervantes guitarrazos de Paul Quinn y Graham Oliver.

Play it loud, Never surrender, Out of control… todas eran grandes himos a mis oídos, y más de 25 años después de su aparición siguen manteniendo su frescura sin límites, su arrogante inconsciencia juvenil, tan templada a la vez por esa finura especial a la hora de arreglar las canciones. Éste es sin duda uno de los pocos grupos de este estilo y época a los que el tiempo ha dado la razón, a los que no ha hecho ningún “daño histórico” el haber sido tan absolutamente horteras.

Por el contrario, da gusto verlos tocar en directo, ahora que si no me equivoco vuelven a ser tres de los cinco que eran. Byford se conoce a sí mismo, y lidera el grupo con un buen humor y un saber estar envidiables. Parece estar riéndose de todo, mostrándonos a qué hemos venido: a divertirnos. Y si no, para qué estamos viendo a Saxon.

De las canciones que componen Denim and leather, a mí no me sobra ninguna. Es un disco de los redondos. Pero no puedo evitar mencionar especialmente el grandísimo himno que abre la cara B: And the bands played on, que exacerba mi nostalgia hasta lo intolerable. Al modo de Strangers in the night, la canción lleva un solo “fijo” de Paul Quinn que hace las veces de riff al irse repitiendo entre estrofa y estrofa, en el que consiguió sublimar esa forma tan sinuosa y característica que tiene de comunicarse a través de la guitarra. Esos bendings son puro queso fundido de calidad.