
1. Recrucify (2:27)
2. The Black Vomit (2:17)
3. Satanas (2:04)
¡Pero díganme, amigos, qué tienen estas cosas que te hacen tan adictas a ellas! ¿Por qué estas portadas asquerosas, borrosas, que invocan demonios retorcidos, machos cabríos haciendo de las suyas y nombres sacados de tumbas profanadas y violadas, son tan viciantes?
¿Qué tienen SARCÓFAGO, SEPULTURA y la escena Extrema de Brasil que tanto me hacen buscar hasta en lo más hondo de sus chabolas malditas para oler el delicioso olor a muerte?
Me encantan. Me fascinan. SARCÓFAGO representa un tópico; los hijos de perra que se lanzaron a la vida con la tarea de ser los malditos más grandes del planeta, y tenían cómo hacerlo.
Cojones.
Cinturones de balas.
Cogumelo echándole ron al asadero.
Son viciantes porque así se lo propusieron. En medio de la marginalidad, Cristos Redentores falsos y una aparente moral sostenida por una prácticamente destruida dictadura militar… SARCÓFAGO fueron de los más avezados a la hora de partir el mundo en dos con su propuesta.
Propuesta de la que chuparon en muchas partes del mundo.
El corazón se me parte de dolor verdadero cuando esa Recrucify entra a mi frágil cordura de cenicienta dormilona. Una voz macabra y podrida, acompañada de un viento muy agónico, nos narra la resurrección del mal. Y cómo es regresado a su origen.
Cada martilleo y desesperante berreo que pareciera ser cosa de niñatos, elevan mis pulsaciones cardiacas a niveles que no cuento. Cierro mis ojos, mis piernas tiemblan y titubeo por toda la habitación con esos “AAAAAAAAAAH” tan dolorosos.
Siento como si me estuvieran crucificando a mí…
Y después de una introducción así de maldita, esta demo que sucede a una ya publicada y un Split (Warfare Noise), The Black Vomit es la canción principal del tema. Melodías muy aterradoras desatadas bajo una producción algo pobre que sólo mejoran las sensaciones capaces de mandarte de golpe este álbum. Con un poderoso solo desafinadísimo, pero que conduce a una veloz parte a toda verga en donde literalmente Lamounier se vomita el alma sobre nuestras caras que demuestran sensaciones terribles.
Satanasse deja de idioteces y le da aún mayor brillo al hedor tan imponente de estos piches 6 minutos cabronísimos de una demostración explosiva del verdadero Metal controversial y odioso lleno de mucho talento, aunque algunas veces se pasen de listos y olviden qué coño se están trayendo entre manos: pura diarrea tóxica que se come y devuelve a la tierra con ganas.
Este es el Brasil que me gusta:
El que no tiene piedad con nadie.
¿Que si de INRI hay que hablar? ¡Qué sí, por los cojones de Satán! Una obra cumbre y puntualísima en la historia del Metal Extremo, tanto así que a este servidor al que le parece mucho ruido y pocas nueces (comparado con esta demo BRUTAL), el corazón se le abre y lo pone en lo más alto de la cima de este subgénero. Y en The Black Vomit vemos resumida la esencia carioca y asquerosa que venía saliendo por las tuberías de Minas Gerais.
Ok, SEPULTURA ya habían sacado Bestial Devastation y Morbid Visions (que juntos hacen el trabajo preferido de SEPULTURA de este humilde guerrero del Metal), pero también estaba CHAKAL, HOLOCAUSTO y MUTILATOR anclados fuertemente con Cogumelo a lo Metal Blade en plan: “Pasa la cinta, cabrón. Tenemos unas demos ahí”. Y POOM: un Split cargado de mala leche con toxoplasmosis.
Y The Black Vomit apenas abría la carretera de esta gente que llegaría a lo más alto. No sólo por su debut, sino por sus consiguientes discos.
A pesar de haber perdido esto que aquí admiramos hoy en día: humilde porquería transformada en grandiosa interpretación musical que cada vez rompe más con todo. Estamos en el 2018, ya no existen ni existirán estas cosas, pero... cállate… pásame la cinta y a partirnos los cocos con un Mosh en plan satánico al son de Satanas.
Lo que solían decir tres brasileños pecosos y llenos de rabia cuando eran estas cintas baratas e inútiles su verdadera expresión de identidad musical en un país en crisis...
¿Verdad?
SARCÓFAGO es un producto de la época:
Ira.
Odio.
Y fuego...
Con mucho vómito negro encima en bucle infinito...
Valoración: 7.8
Wagner Lamounier - Voz.
Zéder Butcher - Guitarra.
Gerald Incubus - Bajo.
Amando Sampaio "Leprous" - Batería.