The Rolling Stones – Black and Blue

Enviado por El Marqués el Vie, 09/12/2011 - 21:07
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Más Stones para el Portal, y esta vez no han sido MOP, House ni Stoned, no. Esta vez me tenéis que echar la bronca a mí. “Black & Blue” debe andar por el quince o dieciséis disco de estudio de sus Majestades –con la primera etapa, entre tanta edición inglesa/americana circulando con títulos y track list diferente me hago un poco de lío, la verdad-, y hay en él una premisa fundamental: Fue el primer disco en que participó Ron Wood.

Mick Taylor era muy bueno, pero como explica Wood en sus memorias: No se trataba sólo de tocar con esos tíos, había que saber convivir con ellos. Taylor sabía que el monopolio Jagger/Richards a la hora de componer no iba a romperse, ni iba a aceptar a un tercero tratando de aconsejar a The Glimmer Twins. Sentía su capacidad creativa anulada y se apeó.

Richards necesitaba un descanso en su salvaje ritmo de vida, y durante un tiempo estuvo viviendo en la caseta al fondo del jardín en The Wick, la mansión de tres plantas sobre la curva del Támesis en Richmond (Londres), que Wood había comprado a Eric Clapton. Clapton, precisamente, fue otro de los nombres que sonó para sustituir a Mick Taylor, pero allí, en Wick, Richards y Wood entendieron que a nivel musical hablaban un mismo idioma; ese que llamaban “el antiguo arte del tejido”, extraordinaria expresión para designar la interacción guitarrística que desde los años 70 hasta nuestros días han seguido practicando.

Con la entrada de Ron Wood, los Rolling Stones sintieron que su energía se renovaba, y grabaron un disco sencillo de tan solo ocho canciones que muestran su faceta más variada, la pluralidad de estilos que eran capaces de dominar, y también su aspecto más macarra y patibulario. Sobre el título, “Black and Blue”, se ha dicho que aludía al color de los cardenales en el cuerpo cuando se apaliza a alguien, y en la funda interior del vinilo aparecía una imagen de una chica de raza negra golpeada. Hoy día, por menos de eso, se les acusaría y con razón de promover la violencia de género. A ellos les daba igual, todo era parte del show, y de hecho los cinco posaron en la portada con aspecto de reclusos a la hora de pasar revisión en Alcalá Meco.

Decimos que son la mejor banda que ha existido ¿Por qué? A ver, venga, argumentaciones para convencer a los escépticos, que hablar es muy fácil, pero exponer argumentos sólidos que respalden nuestras teorías ya no lo es tanto.

Más aún, que tampoco nos pagan para convertir a infieles. Hechos que prueben que el Portal – Head medio, si se anima a leer estas líneas, debe de una vez por todas perder el miedo y lanzarse a bucear a pleno pulmón en el apasionante océano Stones:

“Black and Blue”. Sencillamente, no busquemos más. “Black and Blue”, más discreto que su antecesor “It´s Only R&R”, inferior también a su sucesor “Some Girls”, un cuatro cuernos dentro de la producción de los británicos, por supuesto un siete u ocho cuernos con fondo de música de Wagner si lo comparamos con cualquier cosa que se grabe de treinta años para acá.

En este álbum unos Rolling sabedores de su condición de jefes del cotarro, de amos y poseedores del cetro, ya no necesitan estar mirando lo que se cuece alrededor para no perder comba, como hicieran en sus comienzos al imitar a los Beatles, como harán poco después cuando coqueteen con la música disco, como hicieran al fusilar unas cuantas ideas del country rocker Gram Parsons en sus mejores discos.

En este álbum se limitan a dejar que la música llegue sola, a que los tapices tejidos en el uso de ese antiguo arte den colorido, y este se manifestará y brillará en las ocho canciones, que van desde el funk de la primera, “Hot Stuff”, al Hard Rock de “Hand of Fate” -con un solo de guitarra "pa´cagarse"-; del reggae en “Cherry Oh Baby” a los fabulosos tratamientos del ritmo en “Hey Negrita”; del pantanoso sonido coral estilo la Creedence de “Crazy Mama”, a la miel derretida de las baladas, “Memory Motel” y “Fool to Cry”, tamizado todo por ese charm, esa sensación con sabor a Bourbon y humo de colillas en los ceniceros a la esquina de la mesa de billar en un tugurio en mitad de la carretera, donde solo quedan los coyotes al atardecer y no queda otra cosa que hacer que acodarse en la barra, coger la guitarra e improvisar, tomándote a coña los muchos sinsabores del día a día, haciendo de ellos un vacile, como sólo ellos saben hacer y bordan en la impresionante “Melody”, con ese cachondeo que montan susurrando una y otra vez el “melody/it was her second name” sobre base bluesy, y esa tremenda intervención de los instrumentos de viento hacia el final.

¿Me he explicado bien? ¿Queda el párrafo muy largo? ¿Se ha entendido lo que quiero decir? ¿Os dais cuenta del alcance de lo que estoy contando? ¿Existe algún grupo de Metal Extremo que sea capaz de componer hoy día un disco donde se aglutinen todas las tendencias de ese estilo con tanta coherencia como los Stones aglutinaban todos los estilos emparentados con el Rock and Roll? ¿Alguno de Heavy Metal que sea capaz de tocar todos los palos de la baraja, de llamar a la puerta de todos los vecinos, llámense Hard, AOR, Sleazy, Power, Prog o similar y salir bien parado?

Los Stones lo hicieron durante décadas, y por eso son la mejor banda de la Historia.

Mick Jagger: Voces, Coros, Percusión, Guitarra, Piano, Piano Eléctrico
Keith Richards: Guitarra, Coros, Voces, Piano Eléctrico, Bajo
Ron Wood: Guitarra, Coros
Charlie Watts: Batería, Percusión
Bill Wyman: Bajo, Percusión

Junto a sus habituales colaboradores Ian Stewart, Billy Preston, Nicky Hopkins...

Sello
Rolling Stones /Atlantic