Revocation - Great Is Our Sin

Enviado por Betrayer el Jue, 15/09/2016 - 23:15
2732

Dos años después ya tenemos aquí el nuevo trabajo de “Mr Riff” David Davidson y sus secuaces. Y a estas alturas ya va siendo hora de que no tenga que hacerte la habitual presentación de banda “no demasiado conocida”, porque Revocation ya no son una promesa al uso ni un proyecto con futuro, si no toda una realidad, que a base de patear culos disco tras otro, se ha ganado el estar en primera línea en cuanto a bandas de Technical Death/Thrash se refiere. Ahí están, plantando cara a los dos nuevos pepinos de Vektor y Aborted, haciendo que la espera para el nuevo trabajo de bandas como The Faceless, Gorod, Bloodshot Dawn, Arsis o Man Must Die sea más llevadera. Porque un servidor se descojona de aquellos que alguna vez han soltado la sandez de que el Technical Metal anda anquilosado en estos últimos tiempos, siendo en realidad una de las vertientes metaleras que goza de una mejor salud, incluso después de la muerte del percusor Chuck Schuldiner.

Bandas de “calité” las hay a montones, las que os he mencionado y un buen chorro más (Cattle Decapitation, Rings of Saturn, Cephalic Carnage, Decrepith Birth, Obscura, Beyond Creation o Ne Obliviscaris) por citar algunos, serían miembros de una extensa lista donde todas y cada una de ellas tienen su propia identidad y peculiaridades propias. De ahí que la escena técnico-progresiva, lejos de verse estancada, cada día que pasa es más rica en matices y variedad, porque una vertiente tan amplia como esta no conoce límites ni barreras y permite que todas las bandas puedan experimentar a su aire sin ningún tipo de presión ni normas impuestas.

El protagonista de hoy, David Davidson, lo tuvo claro desde el primer día. Tralla burra sin concesiones, ejecutada con la mejor de las técnicas (pero sin empalagar) y a cada disco que pasa, mejores melodías y mejor trabajo en las voces. Rindiendo culto a los clásicos, con bastantes reminiscencias a los maestros Voivod aunque, eso sí, pasados diez veces de revoluciones. Su espíritu cañero y su inventiva parecen no tener límite, y lo mejor, es un jodido asesino del riffeo. Dicha obsesión por maltratar las cuerdas de su Jackson, lejos de calmarse, sigue en un ascenso vertiginoso que parece no tener límites. A nivel de la subjetividad queda el opinar si “Great Is Our Sin” es o no su mejor disco, pero lo que posiblemente sí sea, es su trabajo con mayor número de riffs por minuto, siendo el disco una obscena orgía de cuerdas sin descanso, donde la palabra pausa no tiene cabida (ya hablaremos de “Cleavin Giants of Ice”), y el perder tiempo con rellenos está totalmente prohibido.

Os diría que el disco arranca como un tiro, pero os estaría hablando de una verdad a medias. “Arbiters of the Apocalypse” entra cañera, pero esos coros algo prematuros nos cortan un poco la trempera. Uno se acaba acostumbrando y no les da mayor importancia, (si ya conocías el anterior disco “Deathless” no te van a sorprender para nada), pero para ser el primer corte no es la más estudiada de las tácticas, porque podría inducirnos de modo equivocado a pensar que los americanos han bajado un pelín el pistón. Así que mi consejo es hincarle el diente lo antes posible a “Theatre of Horror”, que entra rabiosa con el doble bombo de la reciente incorporación Ash Pearson perfilándose como una contundente y perfecta base rítmica para el riffeo endiablado de los dos hachas. El tema sabe alternar a la perfección la tralla con enrevesados virajes progresivos que nos recuerdan bastante a los franceses Gorod.

La dupla de inicio ha sido grande, muy grande, pero lo que viene a continuación es simplemente monumental. “Monolithic Ignorance” se perfila directamente como uno de los mejores temas de Death/Thrash del nuevo siglo, sin lugar a dudas. Inicio “futurista-Voivodesco”, seguido de puro veneno thrasher, un estribillo que roza lo repelente, aplastante subida de revoluciones y parón sin avisar en 3:10 para soltar un solo de esos que te llevan directo al cielo. Una puta delicia que no hace otra cosa que prepararnos para el éxtasis total que se produce con esa brutalidad que aparece acto seguido en 3:45, un avasallamiento que arrasa a su paso y se estira hasta cerrar el corte. Llevaba tiempo sin enfrascarme en un tema a tema, pues pienso que en ocasiones acaban cansando al lector. Pero os aseguro que no me he podido aguantar, y que no os voy a dar más la chapa.

Si te ha molado esta triada inicial está claro que el disco entero te va a fascinar, sobretodo porque en estos tres cortes ya se puede detectar una progresión sobre el único aspecto que les quedaba por pulir respecto a su anterior trabajo. Hablamos de las partes más machaconas, que antaño podían hacerse un pelín insulsas o menos inspiradas. En cambio en este “Great is Our Sin” todos los pasajes que trabajan a menos revoluciones siguen teniendo un nivel excepcional. Tanto será así que llama la atención como la mayoría de los solos trabajan dentro de dichos pasajes y no en las partes más rápidas. Digamos pues que trabajan el Thrash/Death más cañero a nivel de riffeo y punteos, y dejan las melodías de los pegadizos solos para las partes más lentas. Curioso si más no que el solo más alocado llegue precisamente en la versión de Slayer “Altar of Sacrifice”.

Ya para terminar me gustaría comentar un par de temas más en punto y aparte. El primero sería la instrumental “The Exaltation”, que cuenta con la inestimable colaboración del maestro Marty Friedman, devolviendo así el “cameo” de Davidson en su disco “Inferno” de 2014. El tema es de auténtico lujo, aunando la potencia en el riff habitual en Revocation, con el vitalista solo de Friedman que se mueve por sus habituales derroteros más “happys”, una combinación de lujo con la cual consiguen una instrumental de auténtico vicio y fácil digestión.

También me gustaría hacer mención especial al tema cierre (antes de la versión de Slayer) “Cleaving Giants of Ice”, porque la veo como un valiente ejercicio de madurez, donde Revocation intenta moverse por derroteros más pausados y melódicos pero sin perder su fuerza característica. Las voces limpias pueden incluso acercarlos al peligroso Metalcore, pero la pasada es muy sutil y consiguen crear un tema de muchos quilates, lleno de preciosas melodías y partes poderosas sin caer en la ñoñería habitual de la defenestrada corriente musical para adolescentes americanos.

Disco redondo donde los haya, ¿el mejor de su carrera? Para un servidor definitivamente sí. Revocation han llegado al punto álgido de su madurez musical, sabiendo mezclar a la perfección su más que conocida violencia riffera, con un sinfín de arpegios, acústicas, pasajes envolventes, coros, estudiados solos y arrebatadoras melodías, todo ello sin perder en ningún momento un ápice de fuerza. Además Davidson consigue modular y repartir mejor que nunca sus variados registros vocales (echad un vistazo a “Only the Spineless Survive”), lo cual casa a la perfección con lo variado y completo de cada uno de los cortes. Y lo mejor de todo es que consiguen hacer todo esto con temas que se mueven entre los cuatro y los cinco minutos, consiguiendo condensar muchísima calidad en un espacio relativamente reducido, lo cual les otorga directamente el rango de maestros.

David Davidson: Guitars, Vocals, Lyrics, Songwriting (tracks 1-10)
Dan Gargiulo: Guitars, Vocals, Songwriting (track 3)
Brett Bamberger: Bass
Ash Pearson: Drums

Sello
Metal Blade Records