
1. Glad to See You Go
2. Gimme Gimme Shock Treatment
3. I Remember You
4. Oh, Oh, I Love Her So
5. Carbona Not Glue
6. Suzy is a Headbanger
7. Pinhead
8. Now I Wanna Be a Good Boy
9. Swallow My Pride
10. What's Your Game
11. California Sun
12. Commando
13. You're Gonna Kill That Girl
14. You Should Never Have Opened That Door
RAMONES quedaron para siempre grabados en la historia de la música por razones más que obvias. Más que un nombre popular que va y viene de boca en boca, los neoyorquinos rompieron esquemas de hace muchos años, para crear un estilo que, también muchos lustros más tardes, son tomados como una referencia generacional.
RAMONES… ¿quiénes les discuten algo? ¿Quiénes son capaces de poner en tela de juicio que estamos hablando de unos de los más grandes artífices del Rock (Sin “ismos”) de toda la vida? Puede que se vendan más camisetas con su nombre que discos como el que tenemos a continuación… pero, ¿es demasiado trascendental?
¡No!
Dale ‘play’… que lo que viene es bueno.
Y es bueno porque nos encontramos frente a uno de los primeros (y por ende, menos “preparados”) discos de los neoyorquinos más carismáticos y problemáticos. Sinceramente, el segundo disco de los RAMONES tiene algo especial. Como cualquiera de sus otros trabajos, aquí tenemos más de lo mismo. Más de riffs sencillos, letras irónicas y, lo más hermoso de todo esto, una personalidad muy marcada.
A base de simples compases (one, two, three, four!), crearon una fórmula copiada hasta el asco. Estilo que ha mutado hasta convertirse en lo más grotesco, o incluso en una versión más sencilla de lo que fácil que ya significa.
Pero no por fácil y pegajoso es reconocida y amada la música de RAMONES. Lo que encontramos en Leave Home (1977), podríamos haberlo hallado en su último disco. Composiciones que nos demuestran un problema que va siendo resuelto poco a poco, descubriendo que en dos minutos la frustración puede ser curada, y convertida en un “desestrés” que terminaría fascinando hasta los sectores más radicales.
Tremendo es todo lo que este segundo disco de RAMONES nos arroja sin piedad. Punk en subida, pero que todavía era demasiado primitivo y humilde como para que se le considerara así. Rock ‘n’ Roll, y nos quedamos cortos. Pues en una era donde la exuberancia, los excesos y la excesiva vanguardia era a lo que arrastraba el sector más popular del Rock, estos cuatro jóvenes se atrevieron a cambiar las reglas del juego, sin habérselo propuesto literalmente.
Sólo querían demostrar que en tres compases podían ironizar toda la oda al hiperrealismo que en las calles de Queens (o de Nueva York en general) se mostraba. Y en Leave Home los Ramones estallan las alcantarillas, mientras beben cerveza, observando un romántico y pútrido atardecer a las orillas del mar.
Es irrepetible lo que estos cuatro hediondos y mal vestidos se aventuraron a plasmar. Leave Home es un disco de época. Fuera de ahí, no lo entendemos. No obstante, supo prevenir un inminente futuro que se avecinaba. Batería, bajo, guitarra y voz. Toda una oleada de sonidos naturales y eléctricos, que se atrevían a cuestionar las verdades más inexactas de la sociedad promedio. Si hoy en día las masas siguen como rebaño las tendencias y los mensajes motivadores, también lo fue así en 1977. Quizás era diferente, pero la personalidad era la misma. Y Johnny, Joey, Tommy y Dee Dee Ramone no perdieron el tiempo para condensar su malestar general y recurrente en un modismo que no sólo atacaba los convencionalismos de un sentimiento, sino que osaban hablar desde la sexualidad más explícita hasta la expresión política más nefasta con una minuciosidad y un ocio que hoy en día se entienden como en aquellos años parecía un discurso forzado a regañadientes.
Los recursos eran pocos, el dinero todavía no llovía (y jamás lo hizo, en comparación con otros “Friends” del género) y hasta para pagar el bus era un problema. La música, el Rock, para RAMONES era tratar de desubicar el topicazo semanal, y remplazar las radioemisiones matutinas por mensajes que contradecían los impulsos. De virtuosos, nada. Pero el Rock ‘n’ Roll no había salido de Cambridge, recordaba Johnny Ramone. Y ellos tampoco eran los más ávidos del barrio. Con una mente fresca y los sentimientos jóvenes ambivalentes por la existencia, su único propósito era pasarla bien, escapar del estrés diario, dejar casa y pisar la calle con más firmeza que nunca. Comprender que las verdades de siempre no estaban en sintonía con lo que ellos vivían, y tenían que transfigurar para convertir la “mentira” en verdad. Hacer del Rock ese liberador espiritual, que era como se había concebido.
Tanto Ramones como Leave Home son dos trabajos que se complementan. Tanto así que podrían bien ser un solo disco. Su atmósfera es idéntica, y lo que transmiten es una furia tenue contra todo…
Pero que a su vez es una manera crónica de liberar todos los impulsos y transformarlos en una obra rebelde que choca directamente con todo lo que sus mismos padres habían creado. “Esto no tiene que ser así”, dijeron, e hicieron su galaxia aparte.
Y hoy en día… ¿cuál es el aporte de los Ramones? ¿Cuánto llegaron a influir en la música? No lo sé. Tal vez nunca fueron importantes, o quizás lo son tanto que hoy en día cualquier goth-girl se conoce Blitzkrieg Bop. Pero, sin lugar a dudas, cuando oyes cualquiera de sus temas, sientes una pasión incendiaria que revoluciona lo más profundo de ti. Esos riffs de Johnny, lunáticos y distorsionados, compensan esa falta, digamos, de “experimentación” que tanto buscaban los británicos más famosos. Pero RAMONES no necesitaban meter trompetas, sintetizadores y orquestaciones para demostrar cuánto valían. En unos treinta minutos y catorce temas son capaces de hacer realidad ese sueño del vivir porque hay algo más allá. Joey brinca por todos lados, y ni siquiera tiene que cantar melodiosamente para expresar todo lo que lleva por dentro. Tommy, quien a la larga produciría más que tocar la batería, fue un precursor innegable de una modalidad en la percusión que hoy en día gastan los ídolos rotos del Pop Punk. ¿En dónde dejamos a Dee Dee? No tenía la correa suelta a tal punto de componer casi todo un disco él solo (como en el magnífico Too Tough to Die), pero su aportación fue más que una casualidad.
RAMONES fueron, son y siempre serán la verdadera representación del Punk. ¿Por qué? Porque el Punk no se trata de excesos, rebeldía sin causa, tatuajes y pinchos o groserías y cerveza. El Punk nació como la liberación del yugo, de la vuelta a las raíces, de hacer lo que se quisiera más allá de lo que esperaba quien te escuchara. Y a través de TODA su amplia discografía, lo hicieron. Cuando pensaron que se les agotaron las ideas, sacaba un disco diferente, y cuando suponían que estaban por morir, resucitaban como el ave fénix.
Un conjunto de mentes que jamás morían en los escenarios. Y representan al Punk no sólo por darlo a luz y criarlo hasta que terminase la primaria (aunque los SEX PISTOLS lo pervirtieran en la secundaria), sino por haberle dado una técnica que jamás ningún ser humano (ni siquiera en el Hardcore o el Grindcore) se atrevió a quitarle: su capacidad para destrozar la percepción de adaptación. RAMONES eran tarzanes de las calles, y en Leave Home invaden nuestros hogares al mejor estilo Marvel 1960’s para dejarnos sus vinilos, tan llenos de temas inmortales como sus propias almas, que viven entre nosotros como el aire que respiramos cada mañana.
Gracias, RAMONES, por haber sido todo nuestro mundo por tanto tiempo. Por haber demostrado que cuatro notas y una columpiada podrían ser la definición de los mudos.
El lenguaje de los no-convencionales.
Gracias… para siempre.
Joey Ramone – Voz.
Johnny Ramone – Guitarra.
Dee Dee Ramone – Bajo.
Tommy Ramone – Batería.